Hay duendes en los árboles

Capítulo nueve: Hasta Pronto

El sol salía como todos los días, pero este no era un día como cualquier otro, este era el día en el que Dante y Clara dejaban el pueblo para comenzar de nuevo.

Esta vez no había una escuela militar que lo estuviera esperando, solo un mundo el cual siempre quisieron conocer, cada uno por sus propias razones.

—Entonces, ¿Estas seguro de que no te falta nada?,— le pregunta su padre.

—No estoy seguro, pero revisaremos antes de irnos,— dice para calmarlo.

—Está bien, Clara, ¿Necesitas algo mas?

—No señor, creo que tengo todo, para no tener mucho,— bromeando le responde

—Tu tranquilo papá, aun no nos vamos, el camión sale a las 2:00 pm.

—Lo sé, es solo que debes de entender es difícil despedirme de ti.

—¿No ibas a enviarme a una escuela militar hace un año?

—Esa es otra historia.

—Mejor hay que desayunar, por que me muero de hambre.

Muchos siguen contando historias sobre Ridgewood, sobre lo que se oculta en nuestro bosque y preguntarse que es lo que hace tan especial a este lugar y a sus habitantes para vivir entre tanto misterio, resulta difícil para muchos, en especial si no eres de aquí.

Los pocos que deciden irse de aquí, no lo hacen por miedo, ni mucho menos para olvidar, más bien lo hacemos para descubrir si el resto del mundo es tan especial como el lugar de donde vinimos.

2:00 PM

El camión llego a la estación...

—Promete que llamaras.

—Lo haré.

Padre e hijo se daban un fuerte abrazo, prometiendose mantener contacto y diciendose cuanto se aman.

—Clara, cuídalo mucho por mi.

—Yo me encargo de que vuelva en una pieza.

—También cuídate y vuelve en una pieza.

—Si.

El padre de Dante abrazo a Clara, aceptandola como alguien de su familia y diciéndole que no permita que Dante se le vaya de las manos.

—Bien, creo que ya es hora de irnos,— dice Dante aun sin creer que estaba por irse.

Ambos subieron al camión, pero antes de tomar asiento, Dante bajo rápidamente para poder abrazar a su padre una vez más, diciéndose hasta pronto, en vez de adiós, prometiendo volver algún día.

Si tienen la oportunidad de visitar Ridgewood solo tienen que hacer una sola cosa...creer, crean en lo inusual y en lo real, en la gente que habita en el y si alguien les dice que hay duendes en los árboles, presten atención, quien sabe que puedan encontrar realmente.

—¿Nervioso?,— Pregunta Clara.

—Contigo...nunca.,— Con una sonrisa le responde.

Nuestro pueblo existe, esta ahi, en alguna parte solo los que nunca se rinde pueden encontrarlo, no necesitas un mapa para llegar a el, solo permitanse ser algo ingenuos y cuando esten ahí disfruten lo especial que este lugar y al irse no lo olviden, por que no será un adiós, solo un hasta pronto.



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En el texto hay: misterio, drama, sobrenatural

Editado: 01.07.2025

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