Hay locos que no son locos y locos que locos son

Capitulo V

Capitulo  V

 

Paula  continua  su  travesía  en  el Hospital  Psiquiátrico.  Entre  conversaciones  y  encuentros tórridos con  Don Toribio.  Aquel  jardín  era  testigo de  cómo  se  iluminaban  los  ojos  de  ambos  al verse, era  fuego  que  se  encendía de  dos  hogueras  en  calma.

 

Largos  días  y  largas  noches  hacen   del  trastorno Bipolar  de  paula   un  carrusel  de  emociones que  se  movían a corrientes  eléctricas  de  110  a 220  voltios  por  minuto.

Ocasionando  cambios abruptos en su  estado de ánimo.  Como  corriente  eléctrica que  se  dispara  y  sale  por  los  poros.

 

Cada  vez  eran  más  frecuentes  los cambios anímicos   pueden   ir   desde   la   excitación   y  la euforia (manía) hasta la depresión y la desesperanza.  Paula  no  los  podía  controlar, solo  el tratamiento  que  le  daban  los  enfermeros  podía  calmar  esos  impulsos que sentía bajo la  presión de su  mente.  Paula  lo describía  cual  cuento  infantil  cuando  su  estado  de  lucidez se apoderaba de su espacio.

 

De  acuerdo  a las  investigaciones  realizadas, y  basada  en la  experiencia  relatada  por  los enfermos que padecen  dicho  trastorno a   este  se  le   conoce como trastorno maníaco-depresivo, o a veces, simplemente, como trastorno bipolar.

 

Paula  durante  sus conversaciones de  atención grupal reflejaba  que  era  capaz  de   recodar  los estados emocionales extremos, de  los  cuales  iba  desde la energía excesiva   donde  le  provocaba  trepar árboles, recitar canciones y  poemas  dedicadas a  su amor  Don Toribio hasta  la euforia.

 

Se  paseaba  desde  la  euforia  de  tenerlo  allí  tan  cerca  y  poder  estar  junto  a  él,   hasta  la  depresión que  le  causaba  encontrarse  encerrada  en un lugar  lleno  de  personas  con mentes  dispersas  y perdidas, que  ni sabían que  existían ;  eso  le  generaban  los pensamientos suicidas  cuando pasaban días  sin  encontrarse  con  su  amor  Don  Toribio. Quizás  simplemente  para  ella  amanecer era  igual que  anochecer,  no  le  encontraba  sentido  a  su  vida.

 

 

Con  el  pasar  de  los  meses y  de  los  años  que  estuvo  allí  encerrada, tal  como  lo  describía  ella mientras  contaba su  historia,   básicamente  sus estados de ánimo cambiaban  bruscamente de un extremo a otro.

 

Paula  aprendió a  vivir con  estos  estados  de  ánimo, sus  síntomas solían manifestarse durante un tiempo determinado (un episodio) e incluyendo  ciertos patrones de conducta.
 

 

 

Paula a veces se  mostraba ( episodios maníacos) con un ánimo inusitadamente alto, mostrarse irritable, manifestar mayor confianza en sí misma , estar más locuaz , distraerse fácilmente, carecer de criterio, no requerir muchas horas de sueño.

 

Es  cuando  ella  se  aislaba por   períodos largos, por ejemplo, algunos  meses. Dando  lugar a agotamiento físico, gastos excesivos y relaciones poco sensatas o inadecuadas.

 

 

Otras  veces (episodio depresivo); la  chica  de  cabellos  rojos  y  mirada  efervescente paulatinamente osaba sentirse infeliz y ver la vida de forma negativa, perder interés en los demás y en lo que la rodea , perder la confianza sentirse incapaz de tomar decisiones, tener dificultad para dormir ,  sentirse cansada ,lloraba  la mayor parte del tiempo  y  se   aislaba   de  los  amigos   que tenía  en aquel jardín de mentes perdidas;  Hasta  llegar  a  pensar  en  el  suicidio.




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