H.D.

Capítulo 8 Sororidad

Nos encontramos en el día ocho de marzo. Nuestros protagonistas están divididos, los hombres se encuentran en una difícil misión, en tanto las mujeres escuchan el discurso típico de todos los años.

 

Hacía unos días a Alex, se le había asignado una misión particular, debía recitar un discurso emotivo conmemorando el dia de la mujer, sería transmitido a todas las H.D.. Lamentablemente no había tenido tiempo de prepararlo puesto que se encontraba planificando una misión que solo los chicos debían realizar.

Ese día, sus compañeros masculinos se encontraban en Italia llevando  a cabo la estrategia de Alex. En tanto, las mujeres debieron cumplir con las reglas y tuvieron que quedarse en la sede central.

Antes de comenzar a hablar se notaba el nerviosismo de nuestra A1, rasqueteaba sus uñas quitando el esmalte que quedaba, caminaba de un lado a otro hasta que fue tiempo de hablar:

—Hola. –dijo firmemente. –Hoy estamos conmemorando..  Hoy todas sabemos para qué estamos aquí.—Tomando una bocanada de aire— Tenemos que escuchar un discurso de lo mucho que hemos crecido, mientras nuestros compañeros están en actividad nosotras estamos aquí,—Suspirando— Sinceramente no tenía nada preparado, no me dio tiempo, por lo que le pediré ayuda a mis colegas de equipo. —mientras  les señalaba pidió que subieran a la tarima, las presento y continuo.— Todos los años se nos pide que escuchemos un discurso, para alentarnos a ser mejores, todos los años pedimos trabajar, pero se nos niega puesto que hay un odioso artículo en nuestro código que lo prohíbe, aunque agraciadamente este sera el ultimo. El año que viene podrán escuchar el discurso mientras están en actividad o podrán ver el video luego, lo bueno es que será distinto.—Realizó una pausa mientras ordenaba su cabeza.

—Hemos avanzado mucho, hasta hace unos años no se cuantos, no se  incluia a las chicas trans.—Señaló Marina

—Hace siete años se incluyeron las chicas trans. —Interrumpió Julie.

Luego de ello Alex, con un poco más de confianza continuo.

—Así es, —Alex aclaró su garganta— El año pasado, una H.D dio un lindo discurso donde señaló que cada vez somos más mujeres en la organización  y que las mujeres tienen más probabilidades de aprobar las instancias a la primera. Lamentablemente ella, aunque la estimo mucho, estaba en un error, no es algo que debamos celebrar. Pero esto lo explicara mi compañera Su.

—Cada año cuando la organización abre sus vacantes para cubrir algunos de los distintos puestos, de cada cien solicitudes solo veinticinco son de mujeres y de estas solo a seis les falta algún requisito, eso no se da porque seamos mejores; generalmente nosotras acostumbradas a que todo nos cueste un poquito más, nos esforzamos más, pero continuará con el discurso mi amiga Alex.

—Gracias, es decir  no es porque seamos mejores, ni más preparadas, se da porque desde siempre se nos obligó a ser perfectas, perfectas amas de casa, madres, perfectas profesionales, el fracaso implica que no somos aptas. La sociedad nos obliga a ser perfectas, cuando queremos ser H.D. pensamos en que no lo lograremos, habrá miles mejores, por lo que revisamos todos los requisitos y cumplirlos lo mejor posible, los varones, no todos obvio, si ven que cumplen más o menos envían su currículum.—Ante las risas y caras de afirmación, Alex tomó una pausa.

—Se ve que tengo razón, creo que esta es una de  las tantas barreras que debemos romper, decirle al mundo que no somos perfectas, somos competentes, podemos hacer cualquier cosa, pero podemos fallar, y está bien fallar, afortunadamente estamos dentro de una institución que reconoce eso, nos exige a todos los géneros lo mismo, tenemos algunos problemas—poniendo cara de asco— como el artículo 75, aunque de hecho fue gracias a la primera generación de H.D. femeninas. —escucho los murmullos que decían A1, ella afirmó sonriendo.

—Si, la antigua A1, nuestro modelo a seguir, ella entró junto con muchas otras como secretaria, luchó por el reconocimiento de un sueldo digno para su cargo y realizó tareas junto con los grupos de elite, hasta que fue líder de uno de ellos, muchas la siguieron, cuando por fin en el 57, creo, lograron reformar el código H.D., para otorgarnos los mismos derechos, sin requisitos especiales, seriamos iguales—Con cara de odio— pero se agregó la obligación de una charla motivacional para todas, una charla que refuerce nuestro espíritu de lucha, lo cual no es algo malo, ojo, el tema es que nos obligan a quedarnos en la sede, lo declaran día no laborable obligatorio, tenemos que escuchar la charla y luego pintarnos las uñas. –Todas rieron, mientras Alex pedía un poco de orden.— Es un día importante para nosotras y  sin embargo nos quitaron la libertad de decidir.

—Además —Agregó Julie— seguimos siendo pre juzgadas por muchos, dicen que no podemos ser H.D., somo muy débiles, según muchos no podemos repartirnos la tarea de ser defensoras de la humanidad y tener familia, como si todas quisiéramos tener familia o como si no fuéramos capaces de hacer las cosas que elegimos. Somos distintas, hemos vivido injusticias pero seguimos en pie, seguimos luchando y cada año somos más.

—Eso es porque ahora nos reconocen—Señaló una chica trans.

—El humor nunca falta,—dijo Alex, sonriendo— pero si me alegra mucho que esta institución nos reconozca a todas, fue un gran logro, mérito de una gran H.D.. –Nuevamente murmuraban un nombre y siglas,” C”.



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En el texto hay: misterio, suspenso, algo de romance

Editado: 16.10.2019

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