H.D.

Capítulo 19 El adiós

Alex recibe una llamada inesperada y el equipo tiene una trágica misión.

 

Al día siguiente, luego de la cena, el equipo se reunió en su salón. 

Revisaron las últimas misiones y la información con la que contaban sobre la organización; que hasta la fecha no habían podido descifrar sus fines.

Ryu y Hayato miraban con tristeza una de las fichas informativas que tenía el nombre y el rostro de una persona muy particular. Rogaban no tener que enfrentarse a él.

Antes que el equipo se diera cuenta, Alex les quitó la ficha y la guardó junto al resto. Apagó las computadoras y luego de dejar todo en su lugar, era hora de cambiar de tema; esta vez ella daría un aviso personal.

—Bueno, como saben yo estoy casada. Ya algunos saben con quien, aunque otros evidentemente no, por ende creo que les debo una explicación. Esta mañana llamé a mi esposo y decidimos que yo diera la noticia. Para empezar, les oculte la verdad por el tema del infiltrado y también por...

 

—Ya lo sabemos. Tus sobrinos me contaron —interrumpió Sebastián—. Entiendo que debe ser difícil, es decir estar casada con un famoso. La familia de él no te quiere. Bueno, tu misma lo dijiste, tu suegro no quiso que lo vieras en el hospital. Además...

Sebastián no pudo terminar la oración debido a las carcajadas de todos los que sabían la verdad.

—¿Tú les creíste?… —dijo Julie, intentando contener su estruendosa risa— Regla número uno, jamás les creas a los sobrinos de Alex, son pequeños demonios. El que se salva más o menos es el mayor, es más centrado, pero cuando están juntos está obligado a seguir el juego de los más pequeños. Tuviste suerte que no estuvieran completos.

—Si, mis sobrinos son así, mis primos tienen algunos problemas para controlarlos. Las dos pequeñas son una máquina de hacer travesuras. Perdón Sebastián y mí suegro me ama pero cuando le pasan cosas así odia que lo visiten. Es un poco berrinchudo.

—Ahora entiendo todo... No te disculpes Alex, esta bien. Debí haberlo adivinado, es decir las niñas me dieron miedo, Jessica es muy manipuladora. 

— Cierto ¿No han considerado enviarlas a algún lado, no se, tal vez un lugar con rejas y guardias? —agregó Julie.

—Son solo niños, que mal pueden hacer. —dijo Hans

—Dices eso porque a ti no te encerraron en un sótano por más de una hora con una rata atada al pie. —dijo Julie.

—¿De verdad te hicieron eso? —dijo Hans con gran asombro.

Alex interrumpió afirmando que eran niños muy traviesos y que luego los reprendería por la broma jugada a Sebastian.

Después de las risas, Alex intentó retomar el tema inicial, pero recibió una llamada que la dejó helada.

—Por favor cálmate, respira profundo y repite lo que acabas de decir. Respira por favor.

Todo mundo enmudeció rápidamente al ver la cara petrificada de Alex.

—Necesito que mantengas la calma, todo saldrá bien, respira hondo e intenta mantenerte centrada. Ahora colgare y me ocuparé.

Alex respiró hondo tres veces antes de hablar.

 Con la misma calma acostumbrada, ordenó a Max que encendiera una computadora, necesitaba ver las noticias de Colombia.

»Derrumbe en cuevas colombianas. Alrededor de ocho personas atrapadas. Los rescatistas están en la zona evaluando la situación crítica« 

Fue la primer noticia que apareció. Todo Colombia estaba muy conmocionado, sus cuevas eran visitadas por una gran multitud de turistas y amantes de la espeleología.

—Unos amigos están atrapados allí dentro.

—¿Li? ¿Li está allí? —Preguntó Julie sobresaltada

—Si ella y otro amigo más... Me llamo Adriana, está muy mal, ella no sabe que soy H.D., pero sabe que puedo ayudar en algo—suspiró—. Max, podrías informar los S de esto, para que se comuniquen con el gobierno colombiano. Tal vez podríamos ayudar. Hans ve con él. Si nos dejan, entonces necesitaremos un experto en el tema, creo que hay un tipo en un equipo de los Forse. Yo esperaré aquí hasta que decidan. Y si no podemos intervenir entonces iré como Alex para acompañar a la familia, Adriana está muy mal...

—Haré todo lo posible para que podamos tomar la misión, tranquila. —Contestó Max mientras se marchaba junto a Hans.

Tanto Hans como el resto de los que no conocían bien a Alex, se sorprendieron tanto de su reacción, que tenían miedo preguntar. Aun así la curiosidad era más grande y preguntaron »¿Quién es Li?«.


 

Hace muchos años atrás, en Mendoza Argentina, había una niña llamada Liliana, aunque todos le decían Li. Ella vivía justo al lado de su mejor amiga Alex, un año menor que ella. 

Ambas compartían todo, eran como hermanas, sus padres se conocían desde antes de que nacieran, estaban destinadas a ser amigas. 

Los padres de Li se amaban pero discutían mucho, Li siempre los escuchaba pelear; noche tras noche ellos gritaban.

Cuando la hermana de Li nació, las cosas se complicaron, los problemas económicos aumentaron al tener que pagar los tratamientos de Lucía; ella había nacido con un corazón muy débil.



#30004 en Otros
#4158 en Aventura
#4351 en Acción

En el texto hay: misterio, suspenso, algo de romance

Editado: 16.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.