¡Niéguenmelo!, ¡niéguenmelo!, ¡niéguenmelo!, ¿porque no hablan más?...
Parece que he vuelto a perder el conocimiento, quizás sea porque estoy muy débil, siento que estoy perdiendo la cordura, “con tanta persecución quien no lo haría”.
Creo que ya puedo levantarme, debo ser más meticuloso y buscar esta vez muy lentamente esa puerta.
Todas las paredes están lisas y muy frías, definitivamente no hay manera de escapar de aquí. Nuevamente estoy cansado, estoy cansado… estoy muy cansado de tanta molesta, cansado de tanta persecución… ¡NO ME JODAN!
Iré a dormir y cuando despierte…