Un Dios que da amor es el que tengo yo. Y por eso ninguna oscuridad me va a vencer, ninguna oscuridad me va a doblegar, ninguna de esas artimañas me va hacer sucumbir de mi gran objetivo que es la salvación, porque Dios es luz. Y es una luz verdadera que ofrece paz, amor y tranquilidad. Es una luz admirable que me acoge. Y en el nombre del señor Jesucristo. Cuando abra mis ojos quiero ver mi habitación como estaba cuando yo entre.
Gracias Dios, de nuevo te doy las gracias. Todo está normal ahora.
Mi habitación esta como antes, mi cuadro de la cascada, mi televisor con todos sus accesorios, mi closet.
Todo está como lo había dejado, gracias señor, por traerme de vuelta a mi humilde casa…