Headaches

HEADACHES.

Nadie aprecia que le digan que su destino entero está marcado dependiendo de las decisiones que tome uno, incluso si es obvio, todos quieren fingir que no, que algo más nos mueve y no nosotros mismos. Ahora, ya no se puede mentir, es como un rompecabezas abandonado por tanto tiempo porque le falta una pieza, hasta que un día, la pieza aparece e incluso si encaja perfectamente, el solo hecho de verlo donde se supone que pertenece, no termina de sentirse incorrecto, como si aquella pieza faltante nunca debería haber vuelto.

Mikasa junto esas piezas por años, hasta que un día no encontró la que faltaba, eso estaba bien, ella estaba bien con eso, por años estuvo bien con eso, hasta que ya no lo estuvo, aquí estaba la pieza faltante, todos los dolores de cabeza, esos fatídicos sueños, que ya no lo eran más. Presagios o recuerdos que se burlaban de ella por vidas que no eran o que podrían haber sido.

Cuando eran niños o incluso cuando huyeron de un destino que nunca pidieron para empezar, pero incluso con esos recuerdos dulces, se sentían mal, distorsionados, como si aquello no debería ser, al menos no en esa vida, nunca en esa vida, era agridulce, incluso si en aquellos momentos, Mikasa se sentía feliz y plena, aun había algo por lo cual llorar, un mal sueño, un dolor de cabeza, un resfriado, pero siempre hubo algo. Ahora entendía por qué.

Se sentía irreal, incluso perdida en ese exacto momento, aún oía algo a lo lejos, las aves se alejaban volando, el cielo era azul como siempre debía ser y ella estaba donde siempre debió estar, tomando el rostro de Eren entre sus manos y observando a la persona que más amaba, y entonces sucede, no recuerda porque y ni cuando, solo llora.

¿Por qué estás llorando?” Eren la observa, suave y un poco apagado, los años que le quedan le hacen eso, recuerda Mikasa, es como una bombilla de luz. Brilla hasta que ya no lo hace.

“Yo… no lo sé” Mikasa limpia sus lágrimas, es como una presa que no se detiene, su alma sabe que pasa, pero ella no tiene la mentalidad ni interés de escuchar más, ya no.

Mikasa mira a Eren, y algo no es como debería, él ahora tiene las mismas marcas que cuando se transformaba en titán, ella no recuerda que en algún momento desde que huyeron él allá usado su forma titán. Tal vez el resfriado fue tan fuerte que solo hizo que se perdiera un poco. Eren tendría sus razones para transformarse, debería haber sido algo realmente importante, pero cuando vuelve a mirar, Eren no tiene esas marcas.

“No tienes que preocuparte, podemos solo descansar todo el día, conseguí un gran pez para la cena” Eren la observa y se aleja de sus manos, se siente distinto esta vez, ella recuerda que había días en que Eren se iba a cazar, pero Mikasa siempre supo que él volvería, ahora no estaba tan segura.

Mikasa se recuesta en la banca de madera y observa el cielo, nunca se vio más azul que ahora, a lo lejos distingue un ave, es peculiarmente familiar por alguna razón, tiene facciones más extrañas, casi pareciera que tiene dientes, Mikasa elige ignorarlo, su dolor de cabeza no le ayuda tampoco.

Algo está mal, pero ella no sabe que es, se siente apagado, toda esta escena, la misma que experimento desde el final del primer año desde que escaparon esa noche, ella recuerda mirar a todos sus amigos con tristeza, sabe que eso nunca fue justo para ellos, pero tampoco para ella, toda esta porquería de matar titanes y vivir entre carnicería nunca fue algo que deseo, sin embargo, hay algo agridulce en el pensamiento, ahora tampoco es todo lo que quiere, hay una variante que odia. Tiene la paz que siempre quizá, tiene a Eren con ella, pero incluso así, está mal, porque Eren morirá, él ya hizo la paz con eso hace mucho, cuando beso la mano de Historia, incluso si hay mucho más que Eren jamás le dijo, se resignó a aceptar que él se llevara eso a su tumba, nunca piensa mucho en eso, después de todo, puede disfrutar más incluso si es solo por el pensamiento que siempre es constante, Eren morirá, no será hoy ni mañana, pero un día lo hará, solo lo hace peor el saber el tiempo casi exacto en el que pasará.

Mikasa puede vivir con eso, incluso si no es un para siempre, es por un largo tiempo, ella puede irse de este mundo con esos recuerdos e incluso cuando sabe que vivirá mucho más de lo que le gustaría, cargará esos recuerdos con ella, de esos años que paso con Eren, los llevará con ella a donde sea que vaya, cuidará la memoria de Eren, de este Eren que solo ella ve, no al chico obstinado obsesionado por la libertad, ni de aquel chico con ojos vacíos, como si mirará un desastre que nadie más ve, esperando a ocurrir, ella llevará esos recuerdos también, pero siempre recordará como fuego en su alma este Eren, aquel que dejo todo lo que por años se esforzó por lograr solo para darle a Mikasa sus últimos años de vida, aquel que ese día tan abruptamente como siempre solo le dijo que huyeran.

Brevemente Mikasa es consciente de algo en ese día, se sintió como un deja vú, nunca se lo dijo, pero mientras corrían lejos del infierno, ella sintió que su cabeza quería partirse a la mitad, pero la adrenalina la mantuvo sedada, pero ella recuerda ese día, recuerda ese día de manera distinta, incluso cuando no tiene sentido, porque aquí esta ella, no en ese recuerdo distinto, pero igual.

Por algún motivo, mientras huía y dejaba todo atrás, ella siente que respondió otra cosa, nunca que realmente amaba a Eren, ella recuerda estar confundida, pero no lo estuvo, Eren siempre le recuerda ese día con una sonrisa esperanzadora, siempre feliz de saber que por una vez Mikasa expreso sus sentimientos en palabras y en acciones, pero incluso cuando cree en la palabra de Eren casi tanto como un creyente cree en una deidad, ella siente que en realidad jamás respondió, que ese día jamás paso y que algo más horrendo paso en su lugar.

Y una vez más, ella ignora ese pensamiento, es como un parasito, pero ella aprendió desde que apareció a ignorarlo, no destruirá los recuerdos que más debe atesorar en pensamientos dañinos, ella lo ignorará una vez más, esos extraños pensamientos y ese dolor de cabeza, no es tan fuerte esta vez, sin embargo, realmente insistente.




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