La raza humana es extraña. Ellos consideran cualquier elemento 'extraño' como algo peligroso.
Ya sea vida, objetos o conceptos... Si es ignoto: es peligroso.
Dicho esto, imaginen lo que pasó cuando 'dragones' arribaron a nuestro mundo. ¡Fue un evento que encendió las alarmas del mundo entero! De un día para otro, descomunales puertas se abrieron en muchos puntos del globo. Y de todas ellas, dragones de leyenda emergieron como invitados no deseados.
La historia dice que el primer dragón emergió en Europa (Inglaterra). Se trataba de un monstruo de cuerpo argentado que poseía dos cabezas, una cola y cuatro alas. Lo llamaron SilverSkin (piel de plata) y según los registros, de hace noventa años, sus escamas eran más duras que el mismo diamante.
Según la historia, la primera visita del 'ente' fue tranquila. La inmensurable bestia emergió de un portal iridiscente, y poco después, atravesó las nubes con vehemencia. Sus alas extendidas median cincuenta metros de punta a punta, y el largo de su cuerpo (desde la testa hasta la cola) lindaba los ochenta metros de amplitud.
Era como presenciar la caída de un ser divino.
Según los testimonios, SilverSkin no hizo nada durante una semana, únicamente vigiló el cielo. Asimismo, el gobierno inglés, así como el resto del mundo, se mantuvieron en expectación mientras escuadrones de aviones 'caza' vigilaban la zona.
Entonces sucedió. Luego de varios días siguiendo el mismo patrón, SilverSkin aceleró como una ráfaga y voló en dirección a Londres. La ciudad más poblada del país.
En ese momento, el mundo entró en pánico.
Se suponía que muchas entidades investigaron a esa 'cosa'. Y así fue, durante una semana, se realizaron infinidad de estudios científicos. El objetivo fue aprender sobre el dragón. Sin embargo, no se pudo hallar nada. Había nuevas leyes, nuevos elementos. ¡Había magia!
Los instrumentos eran inservibles con ese dragón. Se trataba de un ser extraño.
"UN DIOS EXTRADIMENSIONAL".
Por ese motivo, el Reino Unido se mantuvo inquieto. ¿Qué era esa cosa? ¿Era fuerte? ¿Por qué rayos arribó a este mundo?
Mientras la Unión Europea se mantenía expectante, el Reino Unido emitió una orden:
¡EXTERMINEN A ESE DRAGÓN! ¡NO PUEDE ACERCARSE MÁS A LONDRES! ¡LA VIDA DE OCHO MILLONES DE PERSONAS ESTÁ EN JUEGO!
Los cazas despegaron.
Los buques de guerra, destructores, acorazados y portaviones zarparon hacia el punto de encuentro.
Londres reforzó sus sistemas de intercepción antiaérea: Gepards, sistemas S-400 y Pantsir-S, líneas de misiles tierra-aire, artillería, sistemas de intercepción laser.
Cientos de helicópteros, tanques y vehículos acorazados empezaron a movilizarse.
Miles de francotiradores con rifles de última generación tomaron posiciones estratégicas.
Londres estaba listo. Solo faltaba la orden para que todo comenzara.
Por su parte, SilverSkin atravesó el límite. Y una vez que lo hizo, la humanidad liberó su instinto primigenio: Matar.
*****
Explosiones atronadoras, estelas de fuego y muerte, nubes de hollín que pintaban los cielos. Mientras aviones de la serie MIG 29 y MIG 21 realizaban maniobras evasivas, batallones de aviones de la serie: Eurofighter Typhoon, Panavia Tornado y Dassault Rafale, bombardeaban con misiles aire-aire la morfología entera del inmenso dragón.
Un escuadrón de quinta generación conformado por algunos F-22 raptor y F-35 Lightning II. Preparaban contramedidas frente a un posible contraataque.
La batalla parecía feroz. El cielo rugía mientras los cañones Mauser BK-27 disparaban letales balas de 27 mm. Misiles ópticos, termo-guiados, incendiarios, de alto impacto.
La masacre venía de un lado. Los cazas masacraban al dragón mientras este recibía daño por sentado. Luego de cinco minutos de bombardeo sanguinario, se ordenó el cese al fuego. La bestia comenzaba a perder altura, periclitaba. Quizá muerta, quizá herida.
La nube de humo se disipó en el aire. Todos esperaban carne quemada, heridas mortales y huesos descubiertos. Sin embargo, el dragón seguía volando, es más, su condición era perfecta. SilverSkin no poseía heridas, en ningún lado.
— ¡TIENE QUE SER UNA MALDITA BROMA! ¡¿QUÉ PASA CON ESA COSA?! ¡NO LE HICIMOS NADA! —Exclamaron los pilotos.
Al comprender la fuerza del inmenso dragón, los pilotos sintieron temor. Aun así, mantuvieron la calma. Las órdenes eran concisas. Era momento de un segundo intento.
— ¡PREPAREN UN NUEVO ATAQUE! ¡USEN MÁS PODER DE FUEGO! ¡MÁS POTENCIA! ¡SI ES NECESARIO, TODO EL ARSENAL! ¡LA MISIÓN ES FREIR A ESE MALDITO DEMONIO!
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Editado: 26.05.2019