Heaven In Hiding

Capitulo 2

Suspiro, Aiden miro a su madre, le quería y demasiado, nadie era tan buena con alguien que no llevara su sangre y ella rompía barreras, le amaba, nunca dejaría de hacerlo, pero no entendía cómo es que ella quería meterlo en su mundo, ese mundo de magia en el que él no debería de siquiera tener conocimiento, pero entre su madre y el no había secretos y ella le había contado, sabía que sería un completo caos, que nada bueno saldría de los intentos de su madre, el no era parte de eso y eso no cambiaria ni por mucho que amase a su madre o ella le amase a él.

Podía ver como las personas ‘las cuales si poseían magia’ a través de la ventana, su madre le sonrió, de verdad todo era tan incomodo. Salió del coche, su madre le siguió, abrió la cajuela y tomo las maletas, cargándolas, no como los demás que paseaban y sus maletas iban a sus costados volando, pero como él era un humano sin una pisca de magia no podía hacer eso, no era que la quisiese pero las miradas se posaron en él y le vieron como si fuese un bicho raro.

Su madre levanto las cejas, el solo volteo, solo que no soportaba estar ahí, cerca de tantos brujos, era humano y su mundo era con ellos, eso era lo normal, ella ignoro mi acto, camino con las dos maletas en brazos, tenía 19 años, aun obedecía en algunos casos a su madre, aunque él nunca le ordenaba casi nada, hasta ese día que le dijo que iría con ella a la mansión de las brujas.

La bruja se coloco a su lado, sabía que su hijo no estaría de acurdo con irse ahí pero ahora que Alison cumplía 18 se necesitaban de todas las brujas para orientarla y cuidarla aun mas y ella se vería obligada a pasar todo el tiempo en la mansión y no vería a su hijo mas en un buen tiempo y ella no quería eso.

Ella sonrió, amaba a su hijo, el bien pudo rechazar ir a la mansión pero el siempre estaba cerca de ella, él le brindaba apoyo, era tan bueno, el de alguna manera le cuidaba.

Alison podía sentir algo raro, la casa era linda, pero sentía algo raro, una vibra, le incomodaba podía escuchar una vocecilla gritarle que se fuera de ahí, pero al ver los ojos verdes del chico acompañados de una sonrisa y en sus manos una taza de chocolate caliente solo pensó en disfrutar ese momento, completamente hechizada, tratando de olvidar ese sentimiento de escalofríos que le causaba estar en la casa.

Edward sonreía ante la chica, su magia le ayudaba haciendo débil a chica ante sus ‘encantos’ estaba siendo demasiado fácil para él, se volteo, suspiro y borro la sonrisa de su rostro tomando camino a su habitación para darle un suéter a la chica.

El de verdad odiaba hacer eso, odiaba enamorar a la chica, ilusionarla, lo odiaba, mas porque a él ni siquiera le atraía, ni ella ni ninguna mujer, el sabia que sus gustos no eran eso pero si no hacia las cosas como ella quería las pagaría muy caro.

Ninguna mirada se aparto de él en el trayecto, su quijada no podía estar más apretada, lo odiaba, su madre le indico su habitación, entro y boto las maletas con molestia y un poco de fuerza, se empezó a instalar, su madre le dejo para que se calmara, podía sentir como su hijo estaba tan tenso, Aiden estaba tan incomodo, eso de estar entre tanta magia y cosas raras simplemente no le agradaba del todo. Se dio una ducha, dejando su maletas de lado, solo saco su cambio y se acostó a dormir un rato, quería olvidar en sonde estaba y que había magia por todos lados ahí.

Por otro lado ya todas las brujas y los aprendices se encontraban ya instalados, el caos que había ya no existía y las personas estaban calmadas cada quien donde quería, las más importantes se encontraban en el comedor.

—¿Por qué trajiste a ese niño a la casa? —hablo una bruja molesta mirando a la madre de Aiden, Helena.

—Es mi hijo —anuncio con molestia hacia el tomo de la bruja más chica.

—No lo eres, solo lo acogiste cuando su madre decidió dejarlo botado a los 6 años bajo un puente mugroso —contraataco nuevamente la bruja llamada Jane.

—Es su hijo, así que déjenla, tu Jane deberías medirte la boca antes de hablar, si ella quiere traer a su hijo está bien, no está en contra de las reglas —hablo Clarity molesta.

—Está bien, tu eres como la madre de Alison, pero eso no quiere decir que las demás debamos de soportar que una de nosotras haga su obra de caridad y tener las puertas abiertas hacia esa obra de caridad —su tono molesto e incomodo a las brujas ahí.

—Se callan, tú no sabes cómo Helena ama a su hijo, no es una obra de calidad, no es inferior a ninguna de nosotras por ser un humano, ella como Clarity son una brujas que poseen y dan el amor más puro, algo que ustedes no conocen, aun no conocen a su pareja destinada y no tienen hijos y todas nosotros debemos de aceptar a ese chico como si fuera nuestra familia, porque Helena es nuestra hermana, así que Jane cállate y al final iras a mi oficina. —La bruja más grande hablo imponente, su nombre era Kendra y era quien manejaba todo.

—Gracias —murmuro Helena.

—Alison esta en problemas, ahora más porque posee toda su magia ya, nosotras debemos protegerla no estar peleando, debemos estar unidas y con todos los recursos necesarios listos, nosotras somos las más fuertes, no podemos dejar que pase nuevamente lo de Edward ni perder más hermanas en el transcurso. —Todas empezaron a hablar de las posibilidades, de los puntos débiles y de los planes para evitar que ella se acercara lo suficiente para ganarles nuevamente.




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