Hecha Pedazos: Diario de una chica Rota

Página IV

Por primera vez hoy Theo me preguntó algo para lo que no estaba preparada.
- ¿Por qué no sales con tus otros amigos en vez de estar aquí conmigo? 
¿Cómo una pregunta tan sencilla puede causarte tanto pesar?
Simple. Cuando no tienes forma de responderla.
Lo más sencillo hubiese sido haberle mentido pero al girarme en el banco rodeado de flores del jardín del Hope & Health y ver como su mirada estaba concentrada de forma tan intensa en mi no pude. Adiós a los versos de Neruda por hoy.
Moví nerviosamente las manos y aparté la mirada pensando cuidadosamente en lo que diría. No quería que sintiera pena de mi. Todos lo hacían. 
Quizás lo mejor sería decirle una media verdad. No toda pero si la parte que respondería a su pregunta. 
- No tengo amigos. – respondí aun sin mirarlo, prestando toda mi atención a una planta de azucenas que florecía junto a mi.
Una ola de algo parecido a la vergüenza me inundó y mis mejillas se sonrojaron. 
No me había sonrojado en mucho tiempo. Podía decir el momento exacto en que eso me sucedió por última vez y después de eso pasó algo mucho más desagradable que no debería recordar. O al menos no quería. 
No me sonrojaba porque tuviera vergüenza de mi misma. O tal vez si, un poco. Me sonrojaba porque sentía miedo a que el me juzgase de antisocial o creída.
Las personas que no me conocían solían hacerlo y aunque Theo sabía más que la mayoría eso no significa que me conociera en realidad. A la verdadera yo que estaba oculta tras cada uno de los oscuros rincones de mi alma rota.
- Si quieres, puedes tenerme a mi. – dijo finalmente sin dejar de mirarme.
Algo en la profundidad de su mirada me hizo temer. Theo era de los que en vez de mirar, observaban cada milímetro de una persona. No sólo la capa exterior sino también los interiores tenebrosos como el mío. 
¿Lo asustaría lo que veía? No quería que lo hiciera. Quería que por primera vez alguien que no fuera la dedicada de mi madre viniera para quedarse. Ni siquiera mi padre había estado lo suficiente como para hacerlo. Y Jared solo duró el tiempo necesario para destruirme. Las personas acostumbraban a hacerlo. 
Al inicio creía que era por mi causa. Que tenía grandes y feos defectos que los asustaban, pero con la ayuda indicada comprendí que lo que me había sucedido en el pasado no había sido por mi culpa. Yo no me lo había buscado, simplemente tenía la mala suerte de haberme encontrado con personas que no valían un penique.
Pero ahora si tenía defectos. Tenía miedos constantes, pesadillas que me atormentaban y una oscuridad espesa rodeándome. 
No era la mejor opción para ser amiga de nadie y menos de Theo que merecía más que cualquier persona que haya conocido antes.
Pero quería esto. Quería ser egoísta por al menos un segundo. Me lo merecía. Lo miré y alcé delicadamente las comisuras de los labios. 
- Si, te tengo a ti.



#37008 en Novela romántica
#24054 en Otros
#7361 en Relatos cortos

En el texto hay: amor esperanza vida

Editado: 25.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.