Era acción de gracias y aun no me había decidido sobre que iba a agradecer. Mamá había pedido el día libre y luego de tanto tiempo que llevábamos sin vernos esto me alegró grandemente.
La cena fue amena y tranquila. Hablamos del centro y mis estudios. Ni por una vez se tocó el tema de mi próxima consulta con el psicólogo. Por primera vez en casi un año sentí que volvíamos a ser algo parecido a la familia que antiguamente éramos.
Si mi madre me hubiera pedido que saltara de un abismo no me hubiese asombrado más que cuando se acercó a mi y me sugirió que le llevara algo de pastel a Theo. En ese momento caí en cuenta que llevaba hablando de él casi toda la noche. Me sonrojé y ya fuera por la sugerencia de mi madre o por pura curiosidad sobre el hermano mayor de este que ahora se encontraba en el centro, marché hacia él acompañada de un pequeño taper lleno de pastel de arándanos.
Al llegar mi respiración se entrecortó y pensé que quizá lo estuviese imaginando pero me parecía ver a Theo, como en un milagro, de pie nuevamente. Sacudí la cabeza y vi la larga mano que se acercaba a mi.
- Hola. Soy Aaron, hermano mayor de Theo. Él me ha hablado mucho de ti. – como en un estado de shock por el parecido apreté su mano sin siquiera darme cuenta. Sobre el hombro de Aaron vi a Theo sonreír como nunca antes y esto alegró mi corazón en demasía.
Aaron era la imagen exacta de Theo. Era como mirarlos en un espejo o considerarlos gemelos, entre ellos aun así había pequeñas diferencias. Aaron poseía los mismos ojos grises aunque una bruma más seria los opacaba del brillo habitual de los de mi amigo y su cabello era bastante más corto, su cuerpo alto y musculado no se comparaba con los huesos finos y la delgadez de la adolescencia en Theo. Aaron caminaba con una elegancia casi felina y Theo... Nunca podría saber como lo hacía antes del accidente. Mientras que el mayor era todo seguridad y aislamiento el menor era familiaridad y calma. Mi perfecta compañía.
Aún así desde que lo vi comprendí como amaba a su hermano y eso me encantó. Aaron brillaba estando cerca de su hermano menor y no era una máscara. Me había acostumbrado a distinguir mentiras y su amor fraternal no lo era.
No supe con claridad si le caí bien a Aaron pero si que él en cierta forma me agradaba aunque como venía siendo desde hacía un año con excepción de mi madre y Theodore me mantuve a una ligera distancia previniendo nuevamente mi roce con su piel. Entendía perfectamente el sentido de culpabilidad de Theo y por qué quería alejarse de su hermano mayor debido a esto, pero lo que si me descolocó totalmente fue que este aceptara dejar a su hermano allí.
No era quien para juzgar así que me mantuve al margen solo dedicándome a observar a los dos interactuar y reír y de vez en cuando absorbí un poco de esa atención y cariño conservándola para mi misma.
Mientras se despedían no pude evitar la punzada de tristeza que sentí hacia mi amigo al tener que estar lejos de su hermano. Aaron se acercó a mi y con los ojos empañados me dijo.
- Cuídalo por mi. Pronto vendré por él y no quiero que esté solo. – su beso en mi mejilla me dejó anonadada y casi despertó a mis demonios pero sentir la mano de Theo en la mía logró calmar mi interior.