Capitulo 2: Dilan

Dilan

Esta cena era la más larga de mi vida; la rabia me estaba matando, tenía que soportar a esa arribista justo en frente de mí,  podía ver como se burlaba, debió escucharme cuando hablaba con mi amigo sobre la fiesta, le causaba gracia que hubieran dañado mis planes.

 No podía evitar mirarla, tenía que reconocer  su belleza, en especial sus ojos; sentí como me perforaban cuando me dio la cachetada, creo que hasta creí ver como el iris de su ojo se tornaba más brillante y con una línea negra en el centro, muy parecido al ojo de un gato, en ese momento no pude reaccionar, me sorprendí mucho , no podía creer que una mujer se atreviera a ponerme la mano encima; pocos habían tenido ese placer, pero la postura tan imponente que acompañada con su mirada daba un aire de superioridad y misticismo que me envolvió.

–Dilan ¿qué te parece Liorna? Preguntó mi padre.

–es encantadora. Dije con una sonrisa utilizando el mismo adjetivo que ella había usado e mí.

Me lanzo una mirada tan fría que me provoco escalofríos  en todo el cuerpo.

–Me alegra que te parezca encantadora por que la vas a ayudar en el colegio, Raquel me conto que de donde viene la educación es diferente así que necesitara ayuda; además le presentaras a tus amigos y la llevaras a tus fiestas, necesita divertirse como una joven de su edad.

– ¿qué? Dije pasando en seco la comida por mi garganta y dejando el cubierto en el plato.

–como escuchaste hijo. Añadió mi padre en tono de orden.

Que le pasaba, ahora quería que fuera el niñero de esta chica, ni siquiera lo necesitara, se notaba a leguas el carácter que tiene, se veía que era el tipo de personas que no necesita amigos; aunque mostro la misma cara de sorpresa no dijo nada. Solo vio a su tía que parecía estar muy contenta con mi papá, hablando de sus anécdotas, ¡cuando va ha terminar esto¡

Al llegar la hora del postre sentí un poco de alivio, ya casi terminaba esto. El postre era de chocolate con fresas, estaba delicioso, no dude en felicitar a Martha la empleada, hacía tiempo no comía algo así; pero note que Liorna se le dibujo una risa burlona en el rostro.

–joven, yo no hice el postre, la señorita Liorna lo preparo y lo trajo para la comida. Dijo la empleada.

–Mi sobrina cocina delicioso, es muy buena. Añadió Raquel.

Qué vergüenza, ni pensar que alague a esa por su comida. Me prepare para retirarme de la mesa, pedí permiso, ya todos se iban así que no hubo problema.

– ¿A dónde vas? Pregunto mi padre.

–a una fiesta en el club. Respondí mientras me retiraba.

–Perfecto, ve con Liorna.

– ¿Qué? Dijimos los dos al unísono.

–lo que escucharon, además puedes presentarle tus amigos, solo faltan dos días para el inicio de clases.

La cara de Liorna se veía como si no quisiera ir, miraba a Raquel como pidiendo ayuda, se notaba que no le agradaba la idea de ir, por lo que pensé vengarme de la cachetada que me había dado.

–No es necesario que vaya.  Dijo Raquel.

–es verdad lo que dice mi padre, es una excelente oportunidad para que conozca a mis amigos que serán nuestro compañeros de clase. Agregue sonando igual a mi padre mientras meneaba las llaves de mi carro. Pude percibir como  cambiaba  de colores; vaya esto me estaba gustando, me divertía verla así.

–bueno, no se diga más, vámonos, no te preocupes Raquel yo la llevo a tu casa. Manifesté mientras tomándola del brazo la llevaba hasta la puerta.

Estando afuera sentí como si una pequeña fuerza de electricidad saliera de su brazo, lo suficientemente fuerte como para hacer que la soltara.

– ¿Qué fue eso? Cuestione con sorpresa.

– ¿Qué? Inquirió ella.

–Nada. Tal vez había sido mi imaginación; pensé.

Llegamos al carro, me subí mientras ella seguía afuera.

–sube. Dije de mala gana.

–que quede claro que solo lo hago por que no tuve opción; no me agrada estar en el mismo lugar que tú. Añadió mientras se subía al carro con evidente molestia.

Mientras conducía no dijo ni una sola palabra, de vez en cuando le echaba un vistazo; estaba esperando que me gritara o me volviera a pegar, pero en lugar de eso la notaba nerviosa y algo asustada; me estaba divirtiendo viéndola así, después de haberse comportado como toda una salvaje y haberse atrevido a pegarme.