1
Esa noche, Addy no pudo dormir.
No por el insomnio habitual que la había perseguido desde que enterró su caldero, sino porque su mente no dejaba de reproducir la sesión con Lourdes.
Diecisiete nombres en la pizarra.
Diecisiete personas cuyas vidas había alterado fundamentalmente.
Y mañana comenzaría el proceso de contactarlos.
A las 2 AM, se rindió ante la pretensión de dormir. Encendió la lámpara de su mesita de noche, sacó su laptop, y abrió Facebook.
No había revisado redes sociales en semanas—desde antes de romper el hechizo de Rodrigo. El acto de scrollear a través de vidas cuidadosamente curadas de otras personas le había parecido demasiado doloroso cuando su propia vida estaba desmoronándose.
Pero ahora tenía propósito específico.
Necesitaba saber qué les había pasado a sus víctimas.
Comenzó con Miguel Ángel Torres.
2
Encontrar a Miguel fue fácil—nunca había cambiado su configuración de privacidad. Su perfil estaba completamente público.
La foto de perfil era reciente: Miguel en lo que parecía ser sesión de terapia grupal, rodeado de otras personas, todos sonriendo con esa sonrisa cuidadosa de personas que están sanando pero que el camino todavía es largo.
Su bio decía: "En recuperación. Un día a la vez. 🙏"
Addy scrolleó a través de sus posts recientes.
Hace 3 días: "Hoy mi terapeuta me preguntó cuándo fue la última vez que tomé decisión basada solo en lo que YO quería, no en lo que pensaba que alguien más esperaba. No pude responder. Pero estoy trabajando en ello."
43 me gusta. Comentarios de apoyo de amigos y familia.
Hace 1 semana: "Aniversario de seis meses sin relaciones tóxicas. He estado soltero todo este tiempo, trabajando en mí mismo. Es solitario pero necesario."
Hace 2 semanas: "A cualquiera lidiando con ansiedad de abandono: no estás loco. No eres 'demasiado'. Fuiste condicionado a sentirte así. Y puedes descondicionarte. Toma tiempo, pero es posible."
Cada post era ventana a su proceso de sanación. A su lucha por recuperar autonomía que Addy le había robado.
Ella había hecho esto. Había creado esta necesidad de terapia, esta ansiedad persistente, esta incapacidad de confiar en sus propias decisiones.
Guardó el enlace a su perfil en documento nuevo. Escribió notas:
Miguel - Ansiedad de abandono severa. En terapia activa. Soltero por elección mientras sana. Parece estar progresando pero claramente luchando.
Siguiente nombre.
3
Carlos Mendoza fue más difícil de encontrar.
Su perfil principal había sido desactivado, pero Addy encontró cuenta secundaria bajo nombre ligeramente diferente: Carlo M.
La foto de perfil era antigua—probablemente de antes de conocerla. Sonriendo, despreocupado, en gym con amigos.
La cuenta tenía solo 47 amigos. Había sido activa hasta hace seis meses, luego... nada.
Los últimos posts eran preocupantes.
Hace 6 meses: "¿Por qué es tan difícil dejar ir? ¿Por qué mi cerebro sigue diciéndome que si solo pudiera hablar con ella UNA VEZ MÁS, todo tendría sentido?"
Hace 6 meses: "Perdí mi trabajo hoy. Dijeron que mi 'comportamiento errático' estaba afectando al equipo. No sé cómo arreglar esto."
Hace 7 meses: "La orden de restricción es oficial. No puedo creer que llegamos aquí. Yo solo quería que ella entendiera cuánto me importaba."
No había posts después de eso.
Addy sintió náusea subiendo por su garganta.
Este era el daño más visible, más devastador. Carlos no solo había sufrido emocionalmente—había perdido su trabajo, había desarrollado comportamiento tan obsesivo que había resultado en orden legal contra él.
Y todo porque ella había querido alguien "completamente dedicado."
Escribió en sus notas:
Carlos - Estado crítico. Comportamiento obsesivo que resultó en orden de restricción y pérdida de empleo. Sin actividad en redes por 6 meses. Necesita intervención urgente.
Respiró profundo, parpadeó lágrimas, continuó con siguiente nombre.
4
A las 5 AM, Addy había investigado a todos diecisiete.
Algunos estaban bien—habían seguido adelante, se habían casado, tenían carreras exitosas. Aparentemente el daño que ella había causado había sido temporal o al menos no permanentemente incapacitante.
Pero otros...
Otros llevaban cicatrices visibles.
Javier Solis: Post reciente sobre luchar con "attachment issues" y no poder mantener relación por más de tres meses sin entrar en pánico.
Roberto Chávez: En terapia por depresión. Posts sobre sentirse "vacío" y "como si algo fundamental faltara."
Daniel Ruiz: Había bloqueado a Addy años atrás, pero ella encontró menciones de él en posts de amigos mutuos. Aparentemente había tenido "episodio" hace un año que requirió hospitalización breve.
Fernando López: Activo en foros de apoyo para víctimas de abuso emocional, compartiendo su historia (sin nombrarla directamente) sobre "novia que me hizo sentir como si no pudiera funcionar sin ella."
La lista continuaba.
Algunos nombres. Algunas historias. Todo conectado a ella.
Cuando terminó, Addy cerró su laptop y se quedó sentada en su cama, mirando pared, sintiendo peso completo de lo que había documentado.
Diecisiete vidas. Algunas rotas. Algunas dobladas pero no quebradas. Todas alteradas.
Por ella.
5
A las 8 AM, Addy llamó a Lourdes.
—Pasé la noche investigándolos —dijo sin preámbulo cuando Lourdes contestó—. A todos.
—¿Y?
—Y es peor de lo que pensaba. Carlos no es el único en mal estado. Hay al menos cinco más que necesitan ayuda urgente.