– Señor aterrizaremos en 3 minutos – El copiloto vuelve a cabina y recargo mi cabeza en el jet, no se que haré ¿Dejar a mis hermanas y mi madre en manos de este imbécil o llevarlas a Canadá? Pero si lo hago y me las llevo ellas descubrirán a Andrea
Me abrocho mi cinturón y poco a poco vamos descendiendo llegando rápido, en cuanto dejo de sentir movimiento me quito el cinturón y me levanto rápido abriendo la compuerta y saliendo por las escaleras
– Señor Montañez que bueno que… -Llévame al hospital rápido – Digo interrumpiéndolo, el asiente y no vuelve hablar
En todo el camino me la pase mandando documentos por correo, Amelia trabajara demasiado hoy pero se le recompensara
– Señor hemos llegado -Sin decirle nada salgo del auto y entro al hospital, los guardias me miran pero no dicen nada y subo las escaleras hasta llegar al 4to piso yendo así al cuarto número 547 y entrando como si nada
– ¿Dónde está? – Pregunto mirando a Brianna quien es quien protege a mi padre – No lo se – Me acerco hasta donde está y cierra sus ojos – En verdad no lo se Héctor, cuando terminó de golpearla se fue y ya no se nada – La tomo de los brazos y le ejerzo presión haciendo que cierre los ojos con más fuerza
– DÉJALA – Ejerzo más fuerza levantando sus pies del suelo y después la suelto haciendo que caiga
– Miren quien se dignó aparecer – Digo dándole la espalda – El gran Steven Korsakov o Daniel Montañez, vaya vaya, sabes que esto se pudo haber evitado si no te hubieras largado cobarde
– ¿Y quedarme aquí soportándolo a el?, Héctor tu te fuiste abandonándolas, No puedes echarme la culpa
– Sabes muy bien que me fui para tener en donde meterlos, para que tuvieran un techo, pero no, el niño quiso ir a jugar su suerte – Digo mirándolo fijamente
– ¿No podías meternos en donde ahorita estas viviendo? ¿En esa casa pagada con el dinero que fácilmente puede rastrear el señor Montañez?, por Dios Héctor tu no tuviste la misma suerte que yo, todo lo que tienes es por el dinero de la empresa de tu padre
– Nuestro padre – Hablo acercándome a él quien me da una sonrisa y niega – Soy el bastardo, el huérfano que tenía que aprender a vivir con las sobras de mi hermano mayor, tu tienes tanto poder por las empresas de tu padre, el biológico, el que si te quiere, el que mando a NUESTRA madre aquí
– Deja de hablar porque te juro que me estoy conteniendo – Empuño mis manos por la rabia que se está apoderado de mí
– Perdón por tratar de salir adelante y por pensar que podría venir por ellas – Dice mirándome a los ojos, volteo a otro lado y me quito de donde estaba para ir a buscar al doctor y preguntar por la salud de mi madre pero antes paso al baño a tratar de controlarme
– Te dije que se curaría – Unos hombres tienen una platica pero me importa una mierda – SALGAN – Me miran raro y los encaro – Les he dicho que salgan maldita sea – Después de verme deciden salir no sin antes decirme que estoy loco
Pongo mis manos en el lava manos trato de tranquilizar mi respiración pero me es imposible, miro mi reflejo en el espejo y a mi mente llega la cara de Andrea
– Héctor por favor déjame, me duele, está caliente – Golpeó el espejo una y otra y otra vez, importandome poco los daños que se están generando – Maldición Maldición – Digo golpeando la pared hasta que siento como comienzo a calmarme, después de un tiempo entra Roberto, el médico se mi mamá con su maletín
– Diría que es un gusto el verte aquí muchacho pero créeme que no lo es – Pone su maletín en el lava manos y comienza a sacar vendas, gasas y lo necesario para desinfectarme
– ¿Cómo está ella? – Es lo único que digo – Ella se recuperará pero Héctor, la próxima vez que llegue a suceder puede traer grandes complicaciones
– ¿Y qué me aconseja hacer entonces? ¿Qué me mas lleve a Canadá? – Niega – No Héctor, no es muy recomendable que viajen lejos, saldrá débil, los debilitara mas
– Quiere que le diga a Steven que se las lleve – Digo afirmando lo que quiere – Creo que es lo mejor, necesita reponerse, tu madre necesita un psicólogo
– Ella no está loca – Digo quitando mi mano dejando la curación a medias – Tampoco lo estoy diciendo, pero ella necesita saber que lo que está sufriendo con Montañez la puede matar – Toma mis manos y prosigue vendándolas
– Si quieres yo hablo con… - No hace falta, lo hare yo – Digo interrumpiéndolo y saliendo del baño ya con las manos curadas
En el camino a la habitación de mi madre me encuentro con mujeres que coquetea conmigo, Ja si supieran que yo sólo quiero a mi Andy, voy a la cafetería y ahí me encuentro con Steven quien está llamando por teléfono, me acerco y compro una nieve, al dársela voy a donde está Steven y le pongo la nieve frente a él quien al verlo cuelga
– No te perdono – Dice agarrándola – No quiero tu perdón Danielito – Rueda los ojos y me mira con un semblante serio
– Llevatelas – Digo sin más – Llevatelas un tiempo, cuídalas en lo que lea compro una casa en Australia, será rápido – Digo casi en tono suplicante
– Lo haré, pero Piénsalo, si le compras a mamá una casa en Australia ella aceptará al señor Montañez en cuanto este le pida perdón, estará más lejos de nosotros, no la podremos defender
– Eso ya sería problema de ella, la mantendremos lejos por un tiempo – El asiente – Esta bien, lo hare pero que quede claro que no te perdono – Ruedo los ojos y salgo de la cafetería para ir con mi madre y hermanas
***
Ya ha pasado 1 semana, Steven se llevó a mis hermanas y a mi madre a su casa y yo he ido a verlas pero creo que ya es tiempo de ir a casa, por lo que mi nana me ha dicho Andrea se ha portado bien, tan vez la recompense dejando la libre por toda la casa