Helios Anta

Huyendo de ti

No he dejado de mirar hacia donde está Zafiro y Gizah, y eso me da un poco de mal estar, intento evitarla, intento mirar a otra dirección, pero al cabo de unos minutos mis ojos de nuevo están sobre ellas... a quién quiero engañar, es solo sobre ella.

¡Dios! Anta, ahora intentas convertir todo esto es amistad.

Pero algo en mi interior se mueve y me hace sentir como que necesito estar más con ella, quizás, porque me sentí bien contándole lo que tenía dentro de mí.

—Oye. Estoy algo aburrido Anta, eres un pésimo acompañante.

Andree se queja, aunque siento que no es real, que lo dice como apropósito, como que en verdad está buscando una excusa para entregármela en las manos.

—¿Quieres que te cuente un chiste Lossada? —Pregunto acomodándome en mi asiento.

—Naaa, era malo, no tienes esa habilidad... mira a las chicas—Las apunta— ellas se aburren y simplemente duermen.

—No te voy a ofrecer mi hombro Andree...

—Eres duro como una piedra... hasta para admitir que te encantaría...

—¿Tenerte en mi hombro!?, estás soñando.

—Tenerla a ella.

Quedé en silencio, mudo, no, no se debe referir a Zafiro, estoy seguro de que no ¿o he estado mirando de más a la chica?

—¿Qué dices Andree?

—No que estás buscando hacer las paces y ser amigos...

Su declaración me da un respiro, claro, cuando Andree, Zafiro y Gizah eran buenos amigos tenían ese tipo de tratos, se supone que yo también los tengo con Nadir y Dara... los tenía con Andrea. ¿Debería ser igual con Yeru? ¿Por qué insisto en mi cabeza llamarla Yeru?

Solo niego y me acomodo de nuevo, cuando me doy cuenta de que Gizah se despereza y Zaf se recostó hacia la ventanilla, esta podría ser mi oportunidad.

—Sabes que, creo que tienes razón Andree.

Le di una palmada en el muslo y casi en cuclillas voy hasta el asiento de mi hermana y me sostengo con el porta brazos.

—¿Qué pasa enano? —Me pregunta ella al verme.

—Te he dicho que no me llames así en público, renacuaja...

Ella ríe y se retira el audífono que tenía para finalmente prestarme atención.

—Quiero hacer un cambio de lugar por este tramo... hasta llegar a destino, Andree se aburre conmigo y quiero hablar con tu amiga.

—No creo que sea una buena idea Helios...

—Por favor Gizah, en verdad necesito hablar con ella, o en contra partida hacer que esto fluya, siento que me pone muchas trabas y de verdad me gustaría que podamos avanzar como amigos. 

Gizah mira a su amiga, luego a mí, se relame el labio y con dudas me observa de nuevo.

—Helios, aprecio que quieras una amistad con ella, pero siendo honesta, creo que no va a terminar bien, ella no... parece verte sólo como un amigo ¿me entiendes?

—Gizah... quizás sólo necesita verme como un amigo, que hagamos cosas que hacen los amigos... para que ella borre la imagen que tiene de mí. 

—Sabes cómo convencer a la gente...

—Lo sé —digo sonriendo.

Gizah se levanta y me deja tomar su lugar, y ella con mucho cuidado va junto a Andree.

La verdad que Zafiro está profundamente dormida... y creo que he cometido un error.

En mi interior se remueve algo, entre lo incomodo y lo placentero, su aroma ingresa en mí, y mi corazón se mueve con mayor rapidez. Comienzo a sonreír de nervios, y estoy seguro de que debo verme ridículo mientras la observo.

Finalmente me acomodo y decido dormir un rato, para apaciguar lo que se desata en mi cabeza.

Sé que no estoy dormido completamente, porque escucho las voces de afuera, y porque estoy direccionando mis sueños, pues cada vez que en mi mente viene su rostro, lo cambio de inmediato por el de alguien más.

De la nada, siento un peso en mi hombro, y el aroma a Yeru se me hace más intenso.

Entreabro los ojos, para verla, y constato que ella está recostada, una corriente eléctrica me invade por dentro. Se ve hermosa, apacible, y no voy a negar que la suavidad de sus cabellos y la piel de su rostro es realmente increíble. Quisiera acariciarla.

Helios, tranquilízate...

Su mano rodea mi brazo y le da un pequeño apretón, ella se acomoda de inmediato, y esto hace que yo también lo haga.

Sus mejillas están rojas, e intento no darle importancia y me rasco los ojos, cuando me percato de que busca con desesperación una explicación, hasta que da con mi hermana.

—¿Estás bien? —pregunte mientras me desperezaba—¿Tuviste pesadillas? —Obviamente sé qué fui yo la causa de su sorpresa.

—¡Tú eres mi pesadilla! — susurra con enojo, y eso muy por lejos de molestarme me encanta— ¿Qué haces aquí?

—Gizah me pidió cambiar de lugar —mentí, Dios, tengo que pedir a Gizah que me cubra.

Me mira por unos segundos de manera sostenida mientras me sigo rascando los ojos, y noto aún su nerviosismo. Eso la verdad es que me hace sentir algo placentero, no sé por qué.

—Debiste apartarme de tus hombros! — Dijo enfadada mientras tomaba su rodilla, se veía muy tierna.

—Estabas tan bien, no quise despertarte. — Volví a fregarme los ojos.

Ella queda congelada, mirándome, pero al cabo de unos segundo mira hacia la ventana y me evita.

—Deja de esquivarme Zafiro, no fue nada malo—hablo de una vez recordando por qué actúa extraño, el haberla cargado en mis brazos y el roce de mis labios en su cuello. Aunque eso en verdad fue emocionante, quizás, un poco pasado... no creo que esté mal, fue un accidente —.Tu novio no morirá porque por accidente te recostaste en mi hombro. —Hablo al fin, recordando como mi cuerpo se electrificó cuando la alcé

El silencio siguió entre nosotros y a pesar de que quiero fingir, en mi interior creo que siento la misma culpa, pero en verdad quiero estar con ella.

Ella toma su celular y lo observa, me siento mal por generar tantos conflictos en ella... pero para ser honesto. Ella también me genera muchos otros conflictos.




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