Hellend

Hellen

—Ok, eso habia sido extraño— dije mientras me pasaba la mano por el cabello—. ¿A qué viene todo eso?

Suspire y me levante de la cama. Sentía mis ojos pesados gracias a esa pesadilla.

No podía negar que todavía sentía esa espantosa mano sobre mi hombro. Me mire al espejo y note que mis labios estaban hinchados y partidos. Los humedecí y me ardió.

Comencé a llenar la bañera y cuando estuvo lista, me desnude y entre al agua. Lo que necesitaba ahora era un buen baño de agua tibia y relajante.

Repose mis brazos en la orilla de la bañera mientras mi cuello estaba completamente sumergido, dejando solo mi cabeza afuera.

Poco a poco fui relajándome y fue cuando sentí que no estaba sola. Habia alguien más conmigo. Sentí como algo pesado me llevaba hasta el fondo de la bañera, busque y patalee, tratando de librarme pero no habia nadie. Deje de respirar y todo se volvió borroso.

Abrí mis ojos de forma exagerada cuando vi que todo era rojo, estaba en una bañera, pero no cualquiera, era blanca. El olor a azufre y a algo metálico me hizo dar cuenta que no estaba en simple agua, esto era espeso y rojo, no me basto más para saber lo que era. Salí como pude, todo mi cuerpo estaba manchado de rojo, de esa sangre y cuando mire con determinación la bañera, no pude evitar gritar, estuve sobre un cadáver, su descompuesta mano estaba aferrada al borde la bañera y sobre esta había varios esqueletos…

Camine de espalda, conmocionada por todo, esto no puede estar pasando, no puedo estar soñando tantas cosas.

¿Me estaba volviendo loca?

Choque con algo duro y mi cabeza dolió con el golpe. Sentí como lo que habia golpeado vibraba y reía. No era un algo, era un quién o un qué.

—Siento haberte traído de esta manera— dijo, era la misma voz de mi sueño—. No tuve otra opción, no puedo pasar a tu mundo tan fácilmente, a diferencia de ti…

No podía procesar esas palabras. Me gire poco a poco para mirar lo que estaba detrás de mí, era demasiado alto y cuando quise ver su rostro, aparte la vista a causa de un fuerte dolor de cabeza que me produjo.

—Todavía no estás preparada para esto, espera que pasen veintiún días— susurro en mi oído y comenzó a llevarme a la bañera—. Entra y no olvides, nos veremos en veintiún días.

Dicho eso, me deje guiar como un títere hasta la bañera, quería gritar que me dejara en paz, hacer lo contrario a lo que hacía pero ejercía tal control sobre mí que no me resistí y deje que me sumergiera, no sin antes escuchar lo que decía.

Zbogom moja mala sudbino, vidimo se uskoro.

Apenas estuve fuera respiré con tal necesidad, mis pulmones dolían, comencé a toser y mire la bañera, era simple agua, salí y busque unas pastillas en una gaveta y me tome dos, al guardarlas y cerrar la puerta de esa gaveta, mi reflejo se vio en el espejo y grite al ver como tenía la roja marca de cinco dedos largos en mi pecho.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.