Helplessness

•|04|•

Cadence estaba caminando hacia la banca que estaba afuera de su escuela, las clases habían acabado y necesitaba esperar a su padre en el punto de reunión acordado.

Todo iba relativamente bien, hasta que chocó con una persona.

El golpe la aturdió y logró que está cayera, hizo que su respiración se irregulara, de igual forma trato de disculparse, pues creía que tal vez había sido su culpa. 
-Perdón- Dijo en un tono bajo, su mirada no enfocaba a la persona así que no podía distinguir de quién se trataba.

-¿No te cansas de ser un estorbo?- Oh no, por favor solo quería un día normal y sin insultos. ¿Era demasiado pedir que Kenan no la molestará?. 
-Digo, supongo que estarás enterada de la situación. No eres más que una carga para está escuela y para tus padres- Boock se acerca a ella, al punto de quedar frente a frente. Puede detallar sus ojos, hermosos orbes grises, lástima que le pertenezcan a un mal entonado abusador. -Si fueras normal no tendría problema contigo- Lo último lo dice moviendo sus labios lentamente.

Cadence ve hacia los lados. Los estudiantes siguen su camino, solo algunos se paran a observar la situación, pero nadie tiene la intención de intervenir. ¿Tanto miedo le tenían?, Ella misma pondría un alto a la situación, claro si su corazón y su asma se lo permitieran.

Con extrema delicadeza, Cadence se pone de pie, con cuidado se dirige hacia la banca y se sienta. Todo esto lo hace bajo la atenta mirada de Kenan.

El estático chico cambia su estado y procede a caminar en la misma dirección de Cadence. Paso firme, posicionando ambos pies en una perfecta línea recta.

-Vamos corazón de melón, no creas que te irás tan fácilmente- El chico castaño la observa, su mirada de odio le hace sentir escalofríos. -¿No lastimé tu frágil y estúpido corazón cunado te empujé?, Demonios nena, te juro que me aseguré de hacerlo demasiado fuerte-

Intenta ignorarlo, realmente, pero las palabras de el logran, de una u otra forma, penetrar sus sentimientos. Sabe que lo dice con odio, pero de igual manera habla con objetividad. Odia admitirlo, el hecho de compartir puntos de vista con Kenan es detestable, odia el hecho de sentirse inútil, odia ser tan dependiente, odia no poder asistir a clases de gimnasia, solo por el estúpido hecho de que su corazón o asma la matarían en el mismo instante de fatigarse un poco.
Odia ir a la escuela, pero también odiaría el no hacerlo.

Una lágrima escurre por su mejilla, se encarga de limpiarla rápidamente, si Kenan se entera de que está llorando, probablemente hará sus palabras más hirientes.

"Papá llegará rápido, su coche se estacionara, Kenan es demasiado cobarde para quedarse una vez el llegué"

Se repetía constantemente, tratando de creerse su propio pensamiento.

Mientras el oji-gris sigue lanzando bombas orales en su dirección, Cadence se encarga de pensar en algo más. Podría irse, pero eso implicaría caminar en busca de otro lugar, tendría que llamar a su padre, informarle de su nueva posición. Eso implicaría preguntas, respuestas y un descubrimiento. No, no estaba dispuesta a preocupar a su padre Abel, el tenía ya demasiados problemas, como para que su patética hija lo sobrecargara con más.

Suspiró, se estaba obligando a aguantar.

Las personas siguen su camino, el tiempo transcurre, Kenan sigue ahí.

Entre tanta multitud de chicas y chicos, logra distinguir a lo lejos, a una chica de cabello negro y tenis rojos aproximándose. Le resulta familiar. Luego de unos segundos, por fin la identifica. Es aquella jóven de su clase con el profesor Claudio.

"¿Cuál era su nombre?"
"Nancy... Mandy..."

Trata de recordar.

"¡Macy!"

Con expectativas la mira nuevamente, tal vez con la idea de que la chica hará algo. Sus manos sudan y su labio tiembla, cada vez está más cerca.

"Ayúdame"

La chica de sudadera roja parece haberla visto, pues detiene su andar, quedándose parada, mirándola tan solo a unos metros de distancia.

Sabe que algo sucederá (al menos eso desea) pues Kenan para de hablar. Dirige su mirada hacia el, puede darse cuenta de que está preparando para la intervención de Macy.

Tras unos largos minutos, la peli-negra parece fruncir el entrecejo, luego gira en sus propios talones y se marcha. No mira hacia atrás, no dice ni una sola palabra, no ayuda a Cadence, simplemente se va.

 



#31595 en Novela romántica

En el texto hay: homosexual, amistad, amiga

Editado: 20.05.2020

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