Henko: La Ira Salvaje

¡Vivo por ustedes!

Tres horas habían pasado desde el incidente. Tageshí se despertó desorientado y muy asustado, sin tener idea de dónde estaba. Sus ojos recorrieron el entorno. El bello campo de flores que lo rodeaba le transmitió una inesperada sensación de paz. A su derecha, una pequeña cabaña de donde salió Okiro. —Oh, Tageshí. Te has despertado. ¿Cómo te sientes? —Preguntó Okiro al muchacho.

—¿Quién... quién eres tú? Y, más importante, ¿Cómo sabes mi nombre? Estoy completamente perdido, no sé dónde estoy —exclamó Tageshí, incorporándose con dificultad.

Okiro habló con firmeza pero sin agresividad. —Soy tu aliado, ¡cálmate! ¿Qué es lo último que recuerdas antes de desmayarte? Llevas tres horas inconsciente.

Tageshí se esforzó por recordar, visiblemente inseguro. —Recuerdo que lo buscaba, sí, pero el motivo exacto... se me escapa. Lo último que vi fue a mi hermano cayendo; lo agarré y, de repente, sentí un vacío total. Todas mis energías se agotaron de golpe; fue como un apagón.

—Mi nombre es Okiro Krushman, y soy miembro del clan Lintwalk —explicó Okiro con seriedad.—Estoy aquí en una misión de rescate para llevarlos de vuelta a Gardink. Nos hemos alejado mucho de la ciudad. Este lugar era el lugar donde vivia junto a mi equipo cuando el clan operaba aquí. Decidí que era el único sitio seguro para ponerlos a cubierto. Hace tres horas, nos atacó un oficial del clan Kimura. Tu hermano está gravemente herido, y yo recibí esta herida en la pierna derecha.

Tageshí miró la herida abierta de Okiro, sintiendo un escalofrío por lo espantoso que se veía. Pero su sorpresa se duplicó al notar un fenómeno extraño. —Eso está horrible, ¿pero qué le pasa a tu herida? —preguntó, con la voz llena de asombro—. ¡Pareciera que estuviera sanando demasiado rápido! Puedo ver perfectamente cómo tus tejidos se están regenerando.

—Por eso estamos a cubierto —explicó Okiro—. Necesito descansar esta noche para que mi cuerpo pueda sanar esta herida. Mi Talante me permite regenerar las lesiones muy rápido, y si reposo, podremos partir mañana mismo de regreso a Gardink. Esto también le da tiempo a Yoishi para recuperarse; ese ultimo golpe que recibió, fue potencialmente mortal.

—¿Por qué precisamente ahora? —preguntó Tageshí, la incredulidad en su voz—. Hemos estado solos por tanto tiempo... ¡No sabes todo lo que hemos tenido que soportar!

—Esperé este día con impaciencia —respondió Okiro con solemnidad—. Sé que pasaron nueve años, y es natural que perdieran la esperanza, pero el clan nunca los abandonó de verdad. Nunca estuvieron solos. Muy pronto, entenderán la verdad y sabrán todo lo que el clan hizo por ustedes. Trabajamos incansablemente para llegar a este punto. Estamos a escasos pasos de cumplir nuestro objetivo, los necesitamos de vuelta en Gardink.

—¡Pero, por el amor de Dios, ¿por qué te enviaron solo?! —clamó Tageshí, la frustración palpable—. ¡Esta misión es monumental! Para mañana, las fronteras de Natatugo estarán completamente selladas, y nuestra ruta de escape será inexistente. Incluso aquí, en esta base, el peligro es inminente. No estamos seguros ni siquiera aquí.

—Te lo juro, nada de esto estaba en el plan, absolutamente nada. Todo se ha ido al garete de forma terrible. —Okiro suspiró con frustración—. Habíamos infiltrado a treinta de nuestros soldados en el clan Kimura hace años; algunos ascendieron a rangos altos. Esa era mi garantía: por eso entré al país sin ser detectado. Todo estaba dispuesto meticulosamente para mi llegada... pero por alguna razón, me interceptaron a escasos metros de la tienda. Una cruel burla, ¿no te parece? Interceptarme justo al final y no antes. Conociendo a Tai, fue hecho para reírse de mí. —Okiro hizo una pausa tensa, sus ojos se estrecharon—. Pensándolo bien, solo hay una conclusión: alguien nos ha vendido. Y tengo mis sospechas...

—Es la bajeza más grande que he escuchado en mucho tiempo, que alguien se haya puesto del lado de esa gente. Es moralmente deplorable —espetó Tageshí.

—Ya he pasado por esto muchas veces. —Replico Okiro.

En ese instante, Yoishi salió de la cabaña, con la mirada perdida y muy confundido. Al verlo, Tageshí se lanzó de inmediato hacia él, envolviéndolo en un abrazo desesperado y aliviado. Okiro, al presenciar la recuperación del muchacho, no pudo evitar que una sonrisa sincera iluminara su rostro.

—¡Hermano! Estaba muy preocupado. ¿Estás bien, verdad? —Preguntó Tageshí.

—Aún me siento fatal —murmuró Yoishi, la confusión grabada en su rostro—. Desperté muy confundido, pero me alegra ver que estamos bien. Veo que ya has conocido a... ¿él?

Con su carisma habitual, Okiro se presentó ante Yoishi. —Soy Okiro Krushman —se presentó ante el —Estoy genuinamente feliz de verlos; he soñado con este momento durante mucho tiempo. Ya sabes el motivo de mi presencia aquí y cuál es el objetivo de nuestra misión.

Yoishi asintió con un movimiento seco de cabeza, y por un instante, una pequeña y casi imperceptible sonrisa se formó en su rostro, un reflejo directo del inesperado sentimiento de seguridad que lo invadía.

—Voy a encender una hoguera de inmediato para calentarnos, y luego prepararé algo para que comamos —anunció Okiro.

«Creí que pasaría toda la noche inconsciente. Su recuperación es increíblemente parecida a la mía... Es verdaderamente sorprendente» —pensó Okiro, analizando la resistencia de Yoishi.

Okiro fue al granero. Mientras recogía la leña, un objeto cayó: un oso de peluche. La vista detonó un flashback vívido: una joven siendo fatalmente atravesada por una katana, mientras la escuchaba decir, «Te quiero». El dolor le dibujó una tristeza profunda y fugaz en el rostro. Inmediatamente, lleno de valor y con la mente puesta en la misión, Okiro tomó el oso y forzó a su corazón a endurecerse para no revivir el trauma...

Okiro guardó el oso de peluche en el bolso junto al cofre, asegurando el recuerdo. Acto seguido, se dedicó a encender la hoguera. Una vez que el fuego crepitó, arrojando un calor reconfortante, Okiro se volteó hacia los muchachos. —Díganme, ¿hay algo que quieran saber? Puedo contarles lo que necesiten.



#1361 en Fantasía
#1915 en Otros
#340 en Acción

En el texto hay: fantasia, accion, aventura

Editado: 31.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.