Henko: La Ira Salvaje

A Cuatro Días para el Escape.

Habían transcurrido siete desde que Okiro y los muchachos llegaron al laboratorio. Afortunadamente, Tageshí despertó ese día, aunque se encontraba muy confundido y visiblemente débil. Su hermano se alegró enormemente al verlo, le explicó todo lo que había sucedido en la fuga y lo presentó al grupo. Tageshí sintió un gran alivio al saber que todo había salido bien, y que se habían salvado de milagro. Luego, volteó a ver a Okiro con preocupación. —¿Cuánto tiempo estimado das para que se levante? —preguntó, con la voz aún frágil, señalando a Koelle.

Koelle se acercó a Tageshí, con un semblante serio. —Las últimas placas que he tomado y los últimos exámenes realizados revelan que aún está en un estado crítico —informó—. Está mejor que cuando llegó, su cuerpo lentamente se recupera, sí, pero debo admitir que es un caso muy raro. Jamás había visto tanta destrucción por parte del AGT.

Tageshí asimiló la gravedad del diagnóstico de Koelle, la palabra "crítico" resonando en sus oídos. Se obligó a sonreír débilmente. —Aunque sea hay esperanzas de que despierte —murmuró muy confiado —Eso bastará.

Pasaron nuevamente veintisiete días más en el laboratorio. El tiempo de inactividad, forzado por la recuperación, forjó lazos inesperados: Yoishi y Tageshí se hicieron buenos amigos de Neythan y Koelle. Entablaron una relación de respeto y confianza mutua, esencial para el futuro incierto que les esperaba.

Al transcurrir un mes y cuatro días, finalmente, Okiro despertó de su largo sufrimiento. Estaba exaltado y notablemente confundido, su primer instinto fue quitarse las vías y los aparatos médicos. Yoishi, al verlo, se dio cuenta rápidamente de que creía que aún estaban en peligro. Yoishi actuó rápido para calmarle... Al lograrlo y contarle todo lo sucedido, Okiro derramó una lágrima de alegría y sollozó: —Pensé que era el final. En el momento en que me desmayé, pensé que nos encontrarían y nos matarían. Estoy profundamente agradecido y orgulloso de ti. Demostraste ser muy valiente, para hacer lo que hiciste...

Yoishi asintió, aceptando la evaluación de su hermano con humildad. —En realidad, tuvimos mucha suerte —admitió, pensando en Neythan y en la inerte figura de Koelle con sincera gratitud —Le agradezco a Koelle y a Neythan por todo lo que han hecho por nosotros. —Hizo una pausa significativa —Ya tenemos más de un mes en este lugar resguardados.

Okiro buscó con la mirada en la sala, sus ojos llenos de sincero agradecimiento. —Y ¿en dónde están esos muchachos? —preguntó, con urgencia en la voz—. Necesito agradecerles desde el fondo de mi corazón. —Su gratitud era palpable; la supervivencia de su familia era una deuda de vida que debía saldar de inmediato.

Yoishi sonrió ante la sincera gratitud de su hermano. —Aún no han llegado —le dijo—. Fueron a comprar comida y medicinas. Es más, Neythan se pondrá muy feliz de verte. Desde que llegamos, ha estado muy atento a tu recuperación. Desea hablar contigo con mucha urgencia.

Tageshí, que se encontraba durmiendo, despertó al escuchar la conversación y vio a Okiro ya en pie. Se levantó de su camilla de inmediato y, aunque aún débil por su herida en el abdomen, se arrastró hasta su hermano y lo abrazó con todas sus fuerzas. —¡Gracias a Dios estamos a salvo, Okiro! —sollozó de alivio—. ¿Estás bien?

Okiro devolvió el abrazo con gratitud. —Sí, Tageshí, me encuentro muy bien. Estoy muy feliz de volver a verlos. —Su rostro se ensombreció levemente —Para mí pasaron pocas horas, pero para ustedes pasó mucho tiempo. Lamento haberlos preocupado, pero este es el costo a pagar por usar el talante engendro.

Tageshí se separó del abrazo para examinar a su hermano, su expresión de alivio se transformó en asombro. —Koelle nos dijo que despertarías con mucho sufrimiento —dijo, la incredulidad en su voz—, que nos preparáramos para brindarte nuestro apoyo en todo lo que fuera necesario, ¡pero te veo superbién! Incluso tu herida en la pierna ha desaparecido. Eres realmente sorprendente...

En ese preciso momento, Koelle y Neythan llegaron al laboratorio, cargados con provisiones. Koelle se detuvo en seco, tirando una de las bolsas al suelo, incrédula de lo que estaba viendo. —¡No puedo creer lo que estoy viendo! —exclamó con la voz cortada—. ¿Qué hace Okiro de pie? ¡Debería de estar en cama! ¡Esto es imposible!

Neythan vio a Okiro, no solo despierto, sino de pie, y una sonrisa fugaz y fría cruzó su rostro. Se sintió tranquilo, el nudo de la tensión se disolvió. Su alivio era absoluto: la ansiedad por fin tendría fin.

Yoishi sonrió ampliamente al escuchar las palabras de incredulidad de Koelle. —Te dije que despertaría y que estaría bien —le recordó con orgullo—. Nunca tuve dudas. —Su fe en Okiro era absoluta, ignorando la lógica médica que había predicho un sufrimiento prolongado.

Okiro, ignorando el asombro de Koelle, se acercó a ella y a Neythan. Con una seriedad profunda se arrodillo y les habló: —Yoishi me ha contado todo lo que ha sucedido. Estoy profundamente agradecido con su cuidado y su valentía por tenernos aquí. Esto será algo que jamás olvidaré. —Miró a ambos con una convicción total—. Juro pagarles con mi vida si es necesario...

Yoishi y Tageshí sonrieron, sintiendo una inmensa alegría por la promesa de Okiro y su salud. Pero Koelle, con la lógica médica superando la emoción, irrumpió en busca de respuestas: —¿Cómo es que estás bien? —preguntó, con la frustración palpable en su voz—. No logro entender lo que ha pasado. ¡Esto es un milagro! Hace pocos días seguías arrojando resultados desfavorables.

Okiro asintió con una calma que contrastaba con la incredulidad de Koelle. —No tienes por qué sorprenderte —le dijo—. Esto es gracias al Talante Engendro. Es una larga historia, pero para ahorrarte el tiempo, hace mucho fue inyectado en mi cuerpo un suero mutágeno, que agregó de manera forzada un Talante con una capacidad regenerativa inhumana y una fuerza igual de grotesca. En mi combate contra Meitson me vi obligado a usarlo —continuó Okiro. —Aunque me otorga una fuerza capaz de ganar a cualquier rival, el costo a pagar es muy devastador. Debido al uso de esa transformación, mi cuerpo puede pasar hasta tres meses sin despertar. —La explicación era un testamento de su sacrificio y del peligro de su propia habilidad.



#1395 en Fantasía
#1952 en Otros
#361 en Acción

En el texto hay: fantasia, accion, aventura

Editado: 08.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.