Heredera

VEINTE

EN BANDEJA DE PLATA

22:52 PM LUGAR DESCONOCIDO RUMBO A LA CASA DE LILIAN EN RESIDENCIAL 22-458

Justo en el instante que monto la motocicleta una punzada atraviesa mi pierna derecha sobresaltándome, en solo segundos llevo mi mano a la parte del lado de mi pierna siento en la palma de mi mano el frio cuero acompañado de una sustancia pegajosa y viscosas el calor de mi mano que traspaso inexplicablemente hasta la tela de mi pantalón viajando a mi piel se traslada lentamente a la herida provocando que el dolor aumente, reprimo lo mejor que puedo un grito, aun así salió de mis labios una especien de quejido, en la pantalla de mi casco un mensaje salta a mi vista de “te encuentras bien”, no respondo.

El dolor se acrecienta más y solo pienso que es correcto lo que todo mundo experimenta, el dolor se incrementa en el momento que eres consciente de la herida, no se me apetece ver mi mano llena de sangre lo que hago es limpiarla frente de mi pantalón lo mejor que puedo hacer es arrancar. Tomo el control de mi motocicleta haciendo a un lado el dolor que se expande por toda mi pierna al único lugar que sé que encontrare respuestas primordiales para poder resolver este gran enigma que de un momento a otro me persigan lo que dificulta todo en mi vida.

Los mensajes siguen saltando en la pantalla de mi casco que por momentos logran distraerme, que después de un tiempo me acostumbro a su presencia. Agradezco infinitamente que a estas horas la circulación vehicular sea libre para poder llegar pronto, faltan solo unas cuadras para poder llegar a la casa de Lilian, convencida de que ella y solo ella tiene las respuestas a mis interrogantes acelero en el último tramo para poder dar una solución a los hechos pasados.

Justo al frente puedo ver la garita de seguridad que hace unos días atrás atravesé acompañada de mis amigos y novio, al detenerme aun con el casco puesto no veo a nadie en la garita que se encuentra para registrar mi ingres decido bajarme quitando el casco de mi cabeza y colocándolo en mi mano como la pulsera que he tenido, dejando fuera la motocicleta para no activar todo el sistema de seguridad con un movimiento mayor al de una persona dirijo mis pasos a la casa de Lilian las cámaras se giran y me enfocan detenidamente puedo escuchar por el silencio sepulcral el movimiento de estas que siguen con mucha atención, mi corazón se acelera sintiendo por un momento la urgencia de acelerar el paso o salir corriendo, al ser una cámara de 360° no será fácil eludir que capte mis movimientos para mi desventura no tiene puntos ciegos.

El roce de la bala en mi pierna a cada instantes se intensifica en dolor y malestar definitivamente la adrenalina hizo su trabajo al no hacerme notar todo el malestar, doy un gran suspiro de alivio hallando me ha solo o unos pasos del segundo registro las puertas se abren automáticamente sin ningún escaneo, registro la poca seguridad que sentía se ha esfumando como una capa de humo expuesta a una corriente de aire, en contra de mi sano juicio y con todas mís alertas gritando “detente”, “retrocede” no aminoro mi paso hacia el único lugar donde encontrare respuestas; palpo mi bolsa de la chaqueta para corroborar que el arma se encuentre en un lugar accesible.

Sin demorar para llegar a la puerta de la casa, instantes antes de tocar el timbre mis instintos me detiene abruptamente pese a que intento con todas mis fuerzas omitir nuevamente las alertas en mi cabeza, mi cuerpo no reacciona a mis órdenes doy varias respiraciones para que la circulación y oxigenación de mi sangre en el sistema circulatorio logren el objetivo, propiciar el movimiento de mis músculos, avanzo percatándome que la puerta se encuentra entre abierta al momento de dar dos pasos dentro puedo ver que lo ordenado, glamoroso que recordaba de la casa se halla en mis memorias, todo, cada centímetro de lo que mis ojos pueden captar a la distancia es un completo desorden, esto no es un desorden de los que tú haces cuando has trabajado por horas y horas en algo dejando todo fuera de sitio es un desorden donde han buscado, saqueado, tirado, aventado puedo decir que mi desconcierto es inmenso por lo que puedo percibir con la vista.

Adentro mis pasos uno a uno dirigiéndolos a la sala el único habiente que conozco con un mayor detalle del resto del edificio a excepción del desorden interno podría decir que todo fuer aventado con un cuidado perspicaz para no tocar todos aquellos detalles de cerámica o vidrio que pudieran llamar la atención al romper cualquier objeto, sillones rasgados, cortados, en partes desiguales regados por todo el lugar esto no tiene sentido alguno, aun cuando todo es un caos y una especia de una búsqueda implacable se realizó en este lugar, los pocos detalles que puedes observar al prestarles atención son los relevantes dentro de todo lo que puedo ocurrir en este sitio recorriendo la sala destrozada mis ojos se posan en la puerta del estudio donde entre con Lilian y el abogado de Cristopher para que me leyeran cada detalle de su testamento. Con un resoplido de labios solo para expulsas un poco lo que íntimamente estoy sintiendo camino todo lo rápido que mi pierna herida me lo permite puedo moverla con libertada omitiendo el dolor que fluye por todas partes.

Girando la manija espero no poder abrirla pero para mí indiscutible sorpresa el pomo cede antes mis órdenes dejando expuesta antes mi vista anonadada una pulcra oficina es como si nada ocurriera afuera, es como si de toda la casa este lugar no lo conocieran la puerta se podría decir que no es del todo visible pero tampoco se encuentra del todo oculta, observo con detalle grabando cada detalle en mi mente con la sensación de que no volveré a ver este lugar una vez más una especie de presión surge en mi pecho y los olores de madera, vino y un poco de tabaco talvez se mezclan en mi nariz el aroma es embriagador acrecentando un sentimiento de pérdida.




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