Deseaba poder usar mi magia y terminar con este sufrimiento, con este insoportable dolor, no recuerdo con precision en que momento volvi a la celda, solo se que respirar es una tortura me niego a mover mi cuerpo o abrir lo ojos, incluso pensar se me dificulta, por suerte Eskraft me dejo boca abajo, por lo cual mi espalda no tiene ningun contacto a pesar de eso me duele, me duele tanto que siento que me volvere loca, se que debo permanecer en calma, pero no acabo de entender cual es la necesidad de hacerme tanto daño, porque me han torturado de esta manera, durante estos ultimo cinco años he intentado permanecer con vida, luchado en cada momento, sin parar, sin descansar, luchando con el hambre, el frio, la tristeza que no deja de inundar mi alma, no entiendo porque tanta tortura si solo quiero descansar, solo quiero vivir mi antigua vida, mi vida tranquila, llena de amor y apariencias.
***
—Debes ser fuerte, vamos, arriba, no tenemos tiempo— una pequeña voz muy familiar interrumpió mi respiración pausada a causa del dolor— ¡Abre tus malditos ojos! Necesito sacarte de este lugar— abrí los ojos atemorizada por lo que mis oídos escuchaban.
—No quiero sufrir— Dije en un pequeño susurro que solo provocó un sonoro gemido de dolor, aun así ese olor tan familiar inundó mis fosas nasales, la magia me envolvió con desesperación pero a pesar de ello el dolor no disminuyó.
—Mi reina, abre los ojos— obedecí a esa pequeña voz y aunque mi ojos se llenaron de lágrimas, una gran felicidad inundó mi cuerpo —Aun no es tiempo para pensar en reencuentro— Dijo mi pequeña Culpuna mientras movía sus alas cerca de mi cuerpo —¿Te puedes curar? Aunque sea un poco, necesitamos salir de aquí en silencio y será imposible con tu espalda tan destruida—
Concentrarme en otra cosa que no fuera el fuerte dolor era casi imposible, pero toda mi vida fui entrenada para mantener la calma, así que solo centré mi vista en mi pequeña amiga, que regresaba de la.muerta e intente curar mi espalda lo suficiente para poder salir de aquella celda.
Deje que esa pequeña electricidad recorriera mi cuerpo, y centre mi poca energía en curar aunque fue un poco mi destruida espalda. Levantarme fue sencillo a pesar de que las heridas de mi espalda seguían doliendo, pude levantarme de mi nefasta cama y ver a mi amiga revoloteando sus alas por toda la celda. Culpuna me hizo señas para que guardara silencio y la siguiera por lo cual no tardamos en salir de la celda y pasar sobre el guardia que estaba de turno aquella ¿Noche o día? Imposible saberlo en la oscuridad de las profundidades del castillo.
—Hay solo una salida y tenemos muy poco tiempo—
—¿El esta muerto?—
—No, pero no tiene importancia, no perdamos el tiempo— A pesar de que el susurro de Culpa me hizo saber que realmente estábamos contra reloj no pude evitar mirar al guardia que está a un lado de mis pies, claramente lo reconozco, había escuchado mis historias cuatros días, durante el tiempo que estuve encerrada—Silencio— Dijo al escuchar una fuerte respiración por mi parte, pero no podía evitarlo, el cansancio era demasiado abrumador, camine rápidamente sin dejar de pensar que aquella seria la unica salida y de no lograrlo la muerte sería segura, apresuramos nuestro paso intento que nuestras pisadas no se oyeran en ningún lugar de esos pasadizos, caminamos lo más rápido que pudimos, pero a pesar de ellos podía sentir como nuestra oportunidad se escapaba de nuestras manos, como los minutos se hicieron eternos y los pasillos interminables, a pesar de la tenue luz de las antorchas podía ver como los pasillos se hacían eternos en cada paso.
—Entra en esa celda ¡Rápido!— Culpuna entró junto a mi y luego comenzó a tocar cada parte de la celda, el suelo y las muralla, hasta dar con lo que buscaba, una salida, una pequeña puerta se abrió formando parte del muro, totalmente oculta a la vista de cualquiera, pero mi pequeña amiga sabía perfectamente lo que hacía, entró en ella y casi sin darme tiempo a entrar la puerta se cerró a mi espalda, a pesar de que la luz era complemente escasa Culpuna agarró un mechón de mi pelo y me obligo a caminar hasta que por fin vimos luz, luz de noche, pero sin duda era una esperanza, una salida, al fin podía ver luz natural.
—Corre y alejate lo que más puedas, yo te buscaré— Corrí dejando a mi amiga antras y en cuanto llegue al final del muro me pude dar cuenta que estaba a las orillas de un acantilado, el mar rugía con fuerza cada vez que sus olas golpeaban los muros del castillo.
—Vamos, tu puedes— me dije a mi misma, sin pensar retrocedí unos pasos y me lance al mar, se que Culpuna dio su mejor esfuerzo para sacarme de ese lugar, no puedo morir ahogada, aunque no sepa nada. En segundos el agua y la corriente del mar me rodearon por completo, con una fuerza tremenda, sin darme oportunidad de poder moverme, de intentar salir.
Salir del agua más fue difícil de lo que pensaba, el dolor interminable, la falta de aire, el dolor punzante de mi espalda, la corriente que me movía de un lugar a otro, la falta de orientación, no puedo negar que entre en desesperación, pero una vez mantuve la calma y solo relaje mi cuerpo para poder subir, por suerte mi plan tuvo éxito, eso y mi magia. Camine a paso lento y cansado hasta llegar a la orilla de la playa, estaba bastante lejos del castillo y aunque intente buscar con la mirada el lugar por donde salir, no estaba, el castillo estaba intacto, sin un solo agujero, ni un ladrillo menos.
—Lo siento— Dijo una vez a mi espalda y luego un dolor punzante.