La noche anterior casi me mata.
No por la prueba.
Sino por Kael.
Y por la forma en que me mira cuando cree que no estoy mirando.
Los pasillos de piedra aún huelen a ceniza y sudor de magia quemada.
Camino con la espalda recta entre los cadetes que aún me observan como si fuera una bomba a punto de estallar.
—¿Viste lo que hizo su áure? —susurran.
—Es del Vacío, eso no es natural…
—Ella no debería estar aquí.
Perfecto.
Si me temen, no me desafiarán.
Y si no me desafían, me mantengo viva.
Aunque eso no detiene a Kael Rhyen.
Me espera al final del corredor, apoyado contra una de las columnas talladas con runas antiguas.
Su capa ondea con arrogancia. Su mirada, como siempre, es un desafío.
—¿Me estás siguiendo? —le espeto al pasar.
—¿Estás huyendo? —me responde sin moverse.
—Solo de idiotas arrogantes con espadas bonitas.
Me sigue.
—Tu magia ayer… fue algo más que una simple manifestación. Lo que hiciste destruyó las runas de la arena. Eso no es normal, Elara.
—¿Quieres que me disculpe por sobrevivir?
—Quiero saber si entiendes en qué te estás convirtiendo.
Me detengo en seco. Giro.
—¿Y tú? ¿En qué te convertiste, príncipe caído?
Kael no responde. Su mandíbula se tensa. Ahí está. El pasado que lo muerde.
—Creí que no te interesaba mi historia —dice.
—No me interesa. Pero disfruto clavarte palabras como dagas.
Nos quedamos así, mirándonos en silencio. Dos fuegos listos para devorarse.
Entonces el cuerno suena.
Prueba nueva. Terreno nuevo. Más peligro.
Y Kael sonríe como si no acabáramos de querer matarnos.
—Será divertido.
La entrada al laberinto está protegida por pilares arcanos cubiertos de runas.
Al cruzar el umbral, la realidad cambia.
No hay suelo. No hay cielo.
Solo un espacio suspendido entre sombras, con caminos invisibles y trampas mágicas que se activan al mínimo error.
—Solo uno saldrá con el sello del Vacío —dice Seraphine—. Y quien lo obtenga, conocerá una verdad que pocos han visto.
Todos me miran.
Saben que yo tengo ventaja.
El Vacío me conoce.
Pero yo no confío en él.
Ni siquiera en mí misma.
Kael se acerca.
—No me salves si caigo.
—No lo haría.
Y entramos.
________________________________________
Nyx se desliza junto a mí en forma de humo serpenteante. No ruge. No habla. Pero siente.
Me muestra los caminos ocultos, los hilos de energía. Me susurra… algo antiguo.
La primera trampa se activa con un símbolo de fuego. Una llamarada cae del cielo.
—Nyx.
La criatura abre su boca sin ojos. La llama desaparece.
Nada. Ni cenizas. Solo vacío.
—Impresionante —dice Kael detrás de mí. No sé cómo llegó tan rápido.
—No tanto como tu obsesión conmigo.
—Llámalo... interés profesional.
La tensión crece. Él camina junto a mí, hombro a hombro.
Hasta que la trampa cambia.
El suelo se desploma.
Caigo.
Pero Nyx se transforma al instante.
Sus alas se abren como una fractura en el espacio, y me envuelve.
El tiempo se ralentiza.
Veo un recuerdo.
Mi hermano.
Aeliano.
Atado. Rodeado de círculos arcanos.
Gritando mi nombre.
—¡Elara! ¡¡Elara, ayúdame!!
Nyx me suelta.
Caigo de rodillas en un pasillo diferente, jadeando.
Kael está allí.
—¿Qué viste?
Mi voz es un cuchillo.
—Nada.
—¿Fue tu hermano?
Mi sangre se congela.
Lo sabía.
—¿Qué sabes de Aeliano?
Kael no responde enseguida.
—Lo vi una vez… en los calabozos de la Torre del Eclipse. Lo usaban para… pruebas.
La rabia me abrasa.
—¿Qué clase de pruebas?
—De control. Magia del Vacío. Como tú.
Mi corazón late tan fuerte que apenas escucho mis propios pensamientos.
Kael me toma del brazo.
—No hagas una locura.
Lo miro, furiosa.
—¿Y qué otra cosa sabes hacer tú?
Nos quedamos a centímetros. Él está a punto de decir algo…
Cuando el sello aparece.
En el centro del laberinto, una losa con símbolos antiguos, flotando sobre el abismo.
Kael corre.
Yo también.
Pero Nyx es más rápido.
Nos lanza a ambos al borde del sello.
El símbolo se enciende.
Y la voz del Vacío resuena en mi mente.
“Tú no lo abriste. Él lo llamó primero.”
¿Él quién?
¿Aeliano?
Caigo de rodillas.
El sello se graba en mi piel como una cicatriz ardiente.
Y el laberinto se desvanece.
________________________________________
Regreso al mundo real.
Seraphine me observa. Ronan también.
Kael está detrás de mí.
Y todos vieron lo que pasó.
—Eres la elegida del Vacío —dice Seraphine—. Ahora, ya no hay marcha atrás.
No contesto.
Porque en mi pecho, la marca arde.
Y en mi mente…
Aeliano sigue gritando.
#1889 en Fantasía
#6113 en Novela romántica
vinculos, magia aventuras misterio amores amistad, acciondrama
Editado: 13.08.2025