La oscuridad puede ser un refugio.
O una trampa.
Esta noche, es ambas cosas.
El anuncio fue inesperado.
Un entrenamiento nocturno. Solo para los cadetes que han sobrevivido más de cinco pruebas.
Un juego de sombras.
Así lo llamó Seraphine.
—Veremos quién baila y quién se quiebra —nos dijo con esa sonrisa venenosa.
Ahora estoy aquí, rodeada de columnas talladas en obsidiana, bajo la luz tenue de esferas flotantes que parpadean como luciérnagas inquietas.
El ambiente parece suspendido entre la realidad y el sueño.
Perfecto para morir sin que nadie lo note.
—¿Lista para la función, bailarina del Vacío? —susurra una voz detrás de mí.
—Tarde, Kael. El vals ya empezó.
Lo escucho sonreír, pero no responde.
Kael no bromea tanto como aparenta. Solo se oculta.
Y yo no soy diferente.
Las luces estallan.
Todo se vuelve sombra.
Y entonces, la voz de Seraphine retumba desde el cielo:
—Danza de Sombras: dos cuerpos, una sincronía. La prueba termina solo si ambos salen... o ambos caen.
El suelo tiembla. La magia se libera.
Y antes de entender lo que ocurre, una jaula de espejos nos atrapa.
Kael y yo. Solo nosotros.
Rodeados de reflejos infinitos, con nuestras propias imágenes distorsionadas atacándonos desde todas direcciones.
—Genial —gruño—. ¿Una trampa romántica o un entierro de lujo?
—Tal vez ambos —responde él, desenfundando su espada.
La prueba no es física.
No solo.
Es mental, emocional, máquina de ilusiones.
Los reflejos muestran imágenes rotas:
• Kael con el pecho atravesado por una lanza.
• Yo gritando, con Nyx desvaneciéndose entre mis manos.
• Aeliano, atado a un altar de piedra, sus ojos negros como la noche.
—¡No mires! —me grita Kael, empujándome hacia atrás.
Pero ya es tarde.
La visión me atrapa.
Estoy sola.
De nuevo en esa torre sin puertas.
Aeliano está frente a mí.
Más joven, más delgado, su rostro es una máscara de miedo.
—Elara… por favor. No dejes que me olviden.
—¿Dónde estás? ¿Cómo puedo llegar a ti?
Pero él no responde. En su lugar, alza una mano, y una runa se forma en el aire: una espiral con bordes dentados.
El mismo símbolo que vi en mi piel después del laberinto.
—El Vacío… nos conoce. Pero no nos posee. No todavía.
Y desaparece.
Me ahogo.
Kael me sostiene de los hombros.
Su voz, baja, quebrada.
—Te perdiste en la ilusión. ¿Qué viste?
—Aeliano. Él… trató de hablarme. Me mostró una runa. Como si quisiera advertirme de algo.
Kael frunce el ceño, tenso.
—Cada vez que el Vacío se manifiesta, consume algo a cambio. Tiempo. Recuerdos. Magia. ¿Estás bien?
—Estoy mejor que tú con esa cara de preocupación.
—Me preocupas —dice, sin rodeos.
Lo miro. Y por primera vez, él no lo oculta.
Su guardia está baja.
—Desde que llegaste, no dejo de pensar… que me estás arrastrando hacia algo que no puedo controlar.
—¿Y qué quieres que haga? ¿Que desaparezca?
—No. Quiero que dejes de estar tan malditamente sola.
Me paraliza.
—Kael…
Él da un paso. Luego otro.
Nuestros reflejos en los espejos danzan como si anticiparan algo.
Un beso.
Una traición.
Una promesa rota.
—Te admiro, Elara. Más de lo que debería. Eres la única que no se inclina, no teme, no cae.
Mi voz es casi un suspiro.
—Eso no significa que no me rompa.
Él toca mi mejilla. Apenas. Como si supiera que no puede tocarme más sin incendiarse.
—Si caes, caeré contigo. Pero no te dejaré sola.
Quiero decirle que no necesito a nadie.
Que estoy mejor sin aliados.
Que Nyx es suficiente.
Pero la verdad es que…
empiezo a necesitarlo.
Y eso me asusta más que el Vacío.
Nyx ruge.
Las ilusiones se quiebran como cristal bajo presión.
Los espejos estallan.
Y la jaula desaparece.
Kael y yo quedamos en pie, de espaldas uno al otro, cubiertos de polvo mágico y cicatrices nuevas.
Seraphine nos observa desde las alturas.
Y su sonrisa es más afilada que antes.
—Interesante —murmura.
Como si acabáramos de darle justo lo que quería.
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De vuelta en mi habitación, me observo en el espejo.
La runa de la visión aún brilla bajo mi clavícula.
Aeliano me llamó. Pero no estoy segura si fue para que lo salve…
o para advertirme que no lo intente.
Kael está en mi mente.
Su cercanía.
Su promesa.
Y algo me dice que si sigo permitiendo que se acerque, el Vacío no será el único enemigo difícil de contener.
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Editado: 13.08.2025