Heredero del Eón

Capítulo 20. Juegos de guerra.

El evento más esperado por todos llegó, los juegos de guerra donde todos los alumnos de los tres años de educación base participarían. Habían avanzado todos en sus clases de FOLD y se morían por mostrarle al mundo los grandes guerreros folders que eran. Con la emoción latente, los cadetes se subieron a muy temprana hora a los camiones que los llevarían a una zona especial donde realizarían el evento. La zona se encontraba en las afueras del norte de Petral. La única forma de llegar era a través de vehículos y el acceso estaba restringido. Los casi trescientos alumnos se acomodaron en una explanada techada y rodeada de pantallas gigantes y un sistema de sonido. El coronel Toriello junto con otros profesores se encontraban al frente de los cadetes, los acompañaba una visita muy especial.

                  —¡Muy buenos días, cadetes! —habló Charles, su voz se escuchaba en cada rincón de la explanada—. El día de hoy festejaremos los cincuentavos juegos de guerra de nuestra Primera Academia Militar. En este evento se batirán en batalla entre ustedes. Aunque recuerden: ustedes mismos serán su peor enemigo. El día de hoy nos acompaña una persona muy importante para nosotros. Él quiere tener una plática con ustedes; el teniente general de nuestro ejército, líder de la junta militar, Herman Will —anunció el coronel y los alumnos de inmediato aplaudieron al general.

                  —Gracias, coronel Toriello. Buenos días, cadetes. Espero que estén listos, lamentablemente en esta ocasión nuestra mariscal no tuvo la oportunidad de asistir, pero tenemos un mensaje de ella para ustedes. —El general leyó un mensaje genérico de ánimo de parte de la mariscal—. Recuerden, ustedes son lo mejor de Terrenal y deberán demostrarlo. —Los cadetes aplaudieron al término de las palabras del teniente general.

                  —Muchas gracias, teniente general Will y lleve nuestro agradecimiento a nuestra señora mariscal. Bien, la teniente coronel Hilda Moral les explicará la dinámica de los juegos.

                  Charles dejó el podio y el micrófono abierto para Hilda.

                  —Escuchen bien, les daré las indicaciones básicas. Si aún les queda alguna duda pueden preguntar a los profesores y el staff que estarán apoyando. Serán tres ciclos de tres horas cada uno. Primero los cadetes de segundo año tendrán su enfrentamiento, seguido de los de tercer año y terminaremos con los de primer año. La dinámica es muy simple, se le entregará a su líder un emblema como este. —La teniente coronel les mostró un emblema que también se proyectó en las pantallas—. Cada pelotón tendrá uno, por lo tanto, el objetivo es obtener el emblema de los pelotones enemigos y desactivarlos para derrotarlos. Si el emblema no está desactivado el otro pelotón puede recuperarlo.

                  » Como ya saben se les permitirá aplicar FOLD en estos juegos, habrá armas básicas, algunas más complejas, y adaptadores para principios de soporte. También hay elementos como motocicletas, caballos, scooters, y otras cosas. Habrá hasta alimentos y tabletas de glucosa esparcidos por el campo de batalla. Todo lo necesario para ayudarlos a explotar sus habilidades al máximo.

                  » En sus uniformes especiales pueden ver una pequeña barra de vida, si esa barra llega a cero después de sesenta segundos están fuera. Es decir, tienen un minuto para recuperarse con soporte de un folder vital, ya sea ustedes mismos o alguien más. También pueden recuperar sus barras cuando estén inactivos. Resumiendo, estarán fuera si su barra llega a cero por sesenta segundos, y el pelotón perderá si su emblema es inactivado. Los ganadores serán determinados por la cantidad de emblemas desactivados y hasta qué momento siguieron de pie.

                  » Mientras aguardan su turno podrán ir a los salones de espera donde hay aperitivos y podrán observar las batallas de sus compañeros. Por último, asegúrense de que sus comunicadores sirven. Es todo, cadetes, recuerden: serán constantemente monitoreados y evaluados.

                  —Muy bien explicado, teniente coronel Moral. Pongámonos de pie, damos oficialmente inaugurados: ¡los cincuentavos juegos de guerra! ¡Vamos todos por la victoria y la gloria! —gritó Charles con enjundia.

                  La emoción de Charles se contagió y la agitación por comenzar de los cadetes crecía con cada minuto. En algunos la ansiedad era buena, en otros no; lo que crecía era la angustia, como en el caso de Tom. Para su buena fortuna (quizás) ellos serían los últimos en participar. Mientras esperaban podían comer los bocadillos que llevaron para ellos, a la vez que veían en las pantallas de las salas como se desenvolvían los primeros juegos.

                  —Esto es muy conveniente —dijo Gary mientras tomaba un pequeño emparedado de las mesas—. Podremos ver como son exactamente las zonas antes de nuestra guerra.

                  —Y adaptarnos. De todas maneras, ¡hemos planeado esto con mucho tiempo! —exclamó gustosa Fanny mientras tomaba un refresco.

                  —Deberías intentar comer algo —sugirió preocupada Susie a su amigo Tom al verlo pálido y asustado.

                  —No, co-como crees, si como algo ahora, seguro lo-lo vomito en los juegos.

                  —Bueno, como quieras, pero deberías intentar relajarte un poco.

                  Pronto, los alumnos de segundo año estaban en sus posiciones, cada pelotón en su zona elegida al azar. Los juegos iniciaron con el disparo ejecutado por el teniente general Will. Era increíble el descomunal enfrentamiento que tenían, las tácticas que usaban y cómo se las ingeniaban. Las peleas cuerpo a cuerpo entre los cadetes para proteger sus valiosos emblemas no se hicieron esperar.           Los Halcones Dorados analizaban cómo se desarrollaban los juegos. Con base en eso, entre Fanny y Gary hacían adaptaciones a sus planes. La primera ronda terminó, y los ganadores indiscutibles del segundo año fueron los Búhos Plateados, quienes ganaron por su increíble trabajo en equipo e ingenio. Aunque fue angustioso para los alumnos de primer año ver a las ambulancias dando primeros auxilios a los cadetes que no tuvieron mucha suerte dentro del combate; pero ese miedo se esfumó en cuanto la segunda ronda dio inicio. Tom se sintió peor y aún más agobiado, ya que en solo tres horas sería el turno de los cadetes de primer año.




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