Heredero del Eón

Capítulo 21. Estrategia y sorpresa.

Los halcones se reunieron en el punto acordado. Fanny analizaba con el programa que les habían facilitado, Enío, las probabilidades de acción de los pelotones restantes. Gary le ayudaba a Fanny a insertar variables para obtener la mejor opción. El resto de los halcones contemplaba la ardua tarea de esos dos. Seguro que el resto de los pelotones hacían lo mismo que ellos puesto que no habían visto movilización cercana.

                  —¡Bien! —exclamó Fanny—. Esto es lo mejor que nos dará Enío, estoy segurísima. Los Lobos Plateados querrán emboscarnos primero al considerarnos un pelotón más débil que los Tigres Esmeralda. —Fanny les mostró el monitor donde marcaba la zona donde estaban con las posibles localizaciones del resto de pelotones y activó un comando donde los cadetes mostrados en el programa se movieron—. Este es el patrón que seguirán ellos y más adelante los Tigres Esmeralda. Si nos movemos a este edificio vecino tendremos una mejor visualización y nos será fácil escabullirnos como Enío indica —dijo Fanny señalando el edificio de dos pisos abandonado al lado de donde estaban.

                  —Hagámoslo entonces. ¡No dejaremos que los Lobos nos menosprecien! —gritó Aishah decidida.

                  —¡Tú lo has dicho! ¿Qué posiciones tomamos? —le preguntó Ian a Gary y Fanny.

                  Tom había permanecido callado, Luis advirtió que Tom parecía en especial preocupado al observar la pantalla.

                  —¿Qué pasa? —le preguntó Luis a Tom.

                  —Es que, no me parece una buena idea —respondió en voz baja.

                  —¿Cómo? —pero Fanny fue capaz de oírlo—. ¿Por qué, Tom?

                  —Bueno, es que, yo… —tartamudeó, sin embargo, la mirada decidida de Fanny lo hizo seguir—. Has alimentado con cuanta variable has podido a Enío y estoy muy de acuerdo con su predicción. Pero, no hay que ignorar el hecho de que los Lobos y los Tigres también tienen un Enío y seguro que todos tendremos resultados similares.

                  —Buen punto… —murmuró Fanny.

                  —Pero este programa es increíble. Fanny lo configuró para nuestra situación —le debatió Aishah.

                  —Los Tigres y los Lobos también han llegado lejos. No hay que confiarse. —Tom se acercó al monitor—. Es como la batalla en Nuevo Dorado durante el intento de invasión de México. Por confiar en una versión anterior a Enío los mexicanos lograron tomar un par de ciudades fronterizas.

                  Tom examinó el mapa y las localizaciones.

                  —Si nos fiamos de las localizaciones es probable que los Lobos quieran hacer una táctica pinza clásica y así tener protección en caso de emboscada por los Tigres. Y no un ataque directo como sugiere Enío. Igual somos pocos, ningún pelotón podría hacer un Waterloo. Pero una pinza mal encarada podría ser fatal.

                  —Pero, Tom, ¿en qué te basas para decir eso? Porque Enío no cree que los Lobos atacaran así —le interrogó Gary.

                  —La verdad, ¡es una corazonada! —exclamó Tom apenado.

                  —No podemos cambiar una estrategia solo por una corazonada, Tom —le dijo Candace molesta—. Nos has hecho perder el tiempo. Hagamos lo que dice Enío.

                  —Yo le creo —declaró pronto Ian—. Al menos al Tom de ahora le creo.

                  —¿Al Tom de ahora? —murmuró Tom.

                  —Quizás podríamos dividirnos —siguió Ian—, unos movernos como dice Enío y otros cuidar el otro flanco por si es la táctica que dice Tom. De otro modo, aun si todos los Lobos atacan de un frente será fácil reagruparnos.

                  Y no solo Ian apoyó la corazonada de Tom, sino también Ben, Susie y Luis. Por tanto, Gary decidió cambiar la estrategia. Así, Luis y Tom decidieron tomar la retaguardia. De ser la opción de Enío, Tom, quien todavía portaba el emblema estaría más seguro. De ser la corazonada de Tom, Luis se encargaría de protegerlo y al estar escondidos en otro edificio tendrían oportunidad de escabullirse. Luis y Tom observaban a distancia segura a través de una ventana, nada se les escapaba.

                  —¡Mierda, está empezando a llover! —masculló Luis.

                  —¡Tenemos movimiento! —escucharon a Gary desde el comunicador de Luis—. ¡Pero son solo dos!

                  —¡Sí es una pinza! —exclamó Luis al ver que de su lado se divisaron dos lobos también, a los pocos segundos apareció un segundo par.

                  —Pero, parece que no es cualquiera… —murmuró Tom.

                  Después apareció un tercer par.

                  —Es una pinza escalada —dijo Tom—. Seguro el último par que salga tendrá el emblema.

                  —Vamos a atacarlos —sugirió Luis, Tom observaba atento.

                  —No lo sé, de nuestro lado de la pinza tenemos a seis. Será mejor atajar de lejos. ¿Traes arma de fuego?

                  —La traigo, aun así, está lloviendo. Eso podría cortar la visión y no conseguimos equipo para esta situación.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.