Herederos

Prólogo.

-Sentía frio, la lluvia era fuerte, el agua se filtraba por las paredes, el viento mecía las ventanas, ella trataba de cubrirse tanto como podía con la pequeña cobija, encogiéndose, asiéndose más pequeña, pero sentía el frio, sus pies estaban congelados, era más de media noche, sentía a sus hermanos quejarse del frio también, su hermano mayor Finn, era quien debería tener más frio, pues le había cedido su manta a el pequeño Tim, él tenía solo 8 años, era el más pequeño de ellos, así que ambos trataban de protegerlo como podían, el pequeño Tim tenía una salud frágil, y ellos se sentían culpables por eso, pues fue un descuido de ellos, cuando él tenía 6 años que contrajo una enfermedad respiratoria, por pasar toda la noche bajo la lluvia, cuando se desmayó con una fiebre alta, sus hermanos lo llevaron a un medicó, todo lo que tenían, lo poco que les quedaba se lo dieron al médico en pago, desde entonces cuidaban a Tim más que nada, no querían perder a su hermano, se había enfermado un par de veces más, pero por suerte no había llegado a mayores riesgos, ellos estaban congelándose, pero, Tim, no sentía frio, el pequeño tenia, tres abrigos, y dos mantas cubriéndolo, estaba en el centro de la pequeña habitación donde el frio y el agua no filtraban, sus hermanos lo cuidaban como un tesoro, Tasia llevaba un sencillo vestido, aunque estaba gastado era de buena calidad, alguna vez fue blanco, aunque ahora llevaba rastros de manchas de comida, que lo decoloraban, tenía un suéter gris, que le quedaba muy grande, pero así lo había dejado para que le durase más tiempo, y escondiera lo que no quería que nadie se fijara, su hermano Finn, llevaba unos pantalones marrones, en buen estado pero gastados, una camisa gris hecha de la misma tela del abrigo de su hermana, pues este era de la posadera que se los había regalado, y que Tania corto y cosió para uso de ambos, e incluso le hizo un par de calcetines a Tim, la posadera era bastante voluminosa, así que Tania con sus habilidades de costura aprovecho la tela, además el vestía un abrigo verde Olivo, era bastante bonito, y de calidad, pero no era muy abrigador, era un prenda hecha para ser mostrada no para quitar el frio, el tenia al igual que ella unas botas gastadas, ambas eran blancas, pero ahora tenían una mezcla de color entre el sucio, y lo gastado, bastante peculiar, el mejor vestido era el pequeño Tim, tenía un conjunto de marinero, blanco con azul, prácticamente nuevo, confeccionado por Tania, un abrigo blanco con adornos de cristales azules, con un sello real, en el pecho, arriba de ese un abrigo azul cobalto, con plumas en las mangas y el cuello, la verdad es que era de su hermana pero él lo usaba para abrigarse, en las noches frías, y por último un abrigo de terciopelo rojo, con adornos dorados, era la que usaba su hermano ese día fatídico, tenía varios cambios de ropa 3 más para ser precisos, sus hermanos solo uno más, Tania trabajaba en una posada de cocinera y limpiadora, Finn trabajaba en las caballerizas de la posada, y en todo aquello que pudiera para conseguir dinero, Ambrosi era hermosa y prospera, pero no para los huérfanos, en la ciudad no querían ver niños pobres, por eso tuvieron que alejarse a lo más profundo de Ambrosi, donde solo había pocas posadas, y casi nadie vivía, allí, donde la gente pobre habitaba, irónicamente, también era el área de entrenamiento para los caballeros del reino, Sonmburtria tenía los mejores caballeros del mundo, su entrenamiento era duro, pero sus habilidades sorprendentes, el gran castillo, era una fortaleza, los caballeros Vivian todos allí, casi siempre, ahora muchos oficiales, buscaban donde dejar a los soldados más jóvenes, pues venían caballeros, y por su puesto cada vez que venía un caballero real, se preparaban menormente, banquetes, bailes, y un sin fin de eventos, pero por lo mismo necesitaban espacio, desalojaban los dormitorios, para que cada cabello tuviera el suyo, vaciaban los salones, el espacio se reducía al máximo, y todo el castillo estaba alborotado, por lo tanto la ciudad también, Sonmburtria era un imperio prospero, había decaído en conquistas, ya que dejo de conquistar a sus vecinos, para hacer alianzas por matrimonio, con el nuevo Emperador, esto se convirtió en la nueva forma de expandir, el actual Emperador, tomaba por esposas a princesas extranjeras, tenía muchísimas esposas, pero ninguna le había dado un hijo, muchos decían que era por no ser un hombre como el difunto emperador Phillips, un conquistador, el antiguo emperador, había masacrado a miles, pueblos enteros habían perecido a su paso, se regodeaba de la victoria de sus vecinos que no duraban más de un año ninguno, pero claro como todo los rumores tenían más mentira que verdad, el emperador Phillips era un hombre valiente, frente a todos se comportaba a la altura de las expectativas, pero por la noche no dormía, lloraba en sueños, y sus gritos desgarradores se escuchaban por días, el antiguo emperador detestaba conquistar, o por lo menos matar por ello, siempre trataba de que la conquista se llevara a cabo en el menor tiempo posible, le atormentaba, aun así conquisto cientos de tierras, siempre con el propósito de proteger el imperio, siempre lo recordaba, junto a él, un joven de hermoso cabello negro, ojos grises, como los de un lobo, la primera vez que lo vio él tenía 11 años, el apenas comenzaba su entrenamiento de caballero, su padre lo adiestro personalmente, pero a cambio le pidió, que la protegiera, y así lo hizo, cuando tenía 13 años el empezó a seguirla a todas partes, cuando termino su entrenamiento a los 17 años, ella misma estuvo presente y él se volvió su guardián personal, no se separaban nunca, y él siempre estaba con ella, sus tristezas, sus alegrías, en todo momento, siempre la acompaño eran inseparables, pero había una sombra negra sombre ellos, que no lo sabían, si no muy pocos, por eso no se dieron por advertidos, ellos eran felices juntos, asistían a bailes, salían a paseos, comían juntos, tenían picnics, en la ayudaba a elegir sus vestidos, incluso dormían juntos en ocasiones, que solían ser cuando ella enfermaba, era la única forma de que él se quedara junto a ella, las doncellas estaban acostumbradas, solo él la atendía cuando enfermaba, se volvía sobreprotector, aunque siempre lo era a decir verdad, si ella soltaba una sola lagrima, el culpable debía temer por su vida, en la protegía de todo, pero además de protegerla la consentía en todo, era su pequeña niña mimada, ni siquiera a su hermana trataba tan bien, pero ahora todo era tan diferente, ahora ella no se atrevería a verlo a la cara, no como estaba, no como una andrajosa, temía su reacción, porque sabía que si había alguien que podía acabar con ella, con su fe, con sus ganas de vivir era el, porque después de tantos años juntos, de que el fuera su único amigo y confesor, su protector, y cuando tenía 12 su amor, no supo cuándo, ni donde, ni como comenzó, pero se enamoró de el de una forma tan profunda, que no podía soportar tenerlo lejos, por eso le rogo a su padre que el la protegiera, y solo a él lo aceptaría, su padre la adoraba, así que accedió, él lo entrenaba para comandar sus tropas, y como favor a un gran amigo de armas, pero adoraba a su hija más que a nada, así que lo convirtió en un estratega magnificó, pero él era un prodigio, era el más fuerte, el guerrero más fuerte nacido en 100 años en Sonmburtria, y el más astuto también, así que su padre le otorgo un cargo impresionante para alguien tan joven, general de las tropas del jazmín, esa era un cargo muy importante, los caballeros del jazmín eran los más fieros caballeros reales, por lo menos de la guardia de las princesas, pues existían un orden jerárgico, los caballeros de la luna, protegían a el emperador y muy pocos llegaban a ese lugar, los caballeros del sol, protegían a la emperatriz, y estos tenían las mejores habilidades del imperio, pues la emperatriz traería a los herederos del imperio, eran seleccionados, solo si superaban a un caballero de la luna, el heredero o heredera, era protegido por los caballeros de las estrellas, los demás miembros tenían su propia escolta, pero ellos mismos la elegían, o se les asignaba pero el nivel era diferente, la princesa heredera tenia además de la guardia de las estrellas, tenía a los caballeros del jazmín, pues al nacer se le otorgaba a cada príncipe o princesa su guardia personal, a medida que cambian su posición pueden cambiar de caballeros, los caballeros del jazmín, eran los más fuertes, pues el mismo emperador los había seleccionado, los caballeros del aire protegían a él joven príncipe, y la guardia de la naturaleza, protegían a él joven hijo ilegitimo del emperador, pero este dormía en un área diferente junto a su madre, las concubinas, o esposas menores, o simplemente mujeres amadas por el emperador, no tenían una guardia, sino solo un par de escoltas, pero el emperador solo tenía un amor la emperatriz pero él nunca abandonaría a su hijo, así que le confeso a su prometida la existencia de su hijo, esta acepto que era parte de su pasado, pero el emperador no dejaba que su familia, su verdadera familia, fuera importunada, pues la madre de su hijo era venenosa, por eso, la envió lejos de sus habitaciones, a otro palacio adyacente, donde no se encontrarían nunca, todo aquello parecía tan lejano ahora, Tasia tenía que dormir, y eso intento, pues el día seria largo y cansado.




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