Herederos

Capítulo 3.

Tasia oficialmente empezaba a odiar a los caballeros, nunca en su vida había tenido más trabajo, está hecha polvo, planchaba, cocinaba, limpiaba, cosía, ordenaba las habitaciones, atendía a los clientes, y cumplía sus caprichos, muchos de hechos, cada uno más ridículo que el anterior, las ordenes pasaban de un simple pastel, a una docena de ropa interior de seda, tenía unas ganas de decirle a el idiota que los ordeno que los hombres no usaban seda en su ropa interior, pero igual no le interesaba, el hombre se vestía con más adornos que ella en cualquier etapa de su vida, el pobre segundo hijo del Márquez, como le gustaba al parecer ser mencionado, pues pasaba todo el día bebiendo y quejándose de que lo había echado de la fortaleza porque una orden entera de caballeros imperiales tomaría el mando para dejarlos en forma, y a él lo habían echado por que su habitación estaba designada para un caballero de la mismísima orden del jazmín, y todos estaban emocionadísimos, pasaban todo el día entrenando, y cuando regresaban, estaban sucios y apestosos, por suerte Finn le ayudaba a lavar la ropa por que ha hecha se le revolvía el estómago solo de tener que recoger la ropa, llevaba unos días pesadísimos, por suerte habían sido unos días soleados, pues era muy complicado tener a Tim con ella mientras tenia tantas cosas que hacer, Finn se lo llevaba con él la mayoría del tiempo, vigilándolo mientras Tim jugueteaba en el bosque, mientras él se encargaba de los caballos, la ropa y varias cosas más, el polvo que levantaban los caballos era malo para Tim, por eso Finn lo dejaba jugar por el bosque, pero sin alejarse, cuando lavaba la ropa, lo dejaba nadar un rato, pero poco tiempo lo secaba enseguida y lo envía a jugar mientras el lavaba, estar mucho tiempo en el agua no era bueno pasa su salud, eso era otra motivo a su frustración, temía no estar lo suficiente atenta Tim, el pequeño Tim era un buen niño pero siempre se escapaba de la atenta miraba de su hermanos y hacia algún disparate, observo llena de resignación como empezaban a llegar los soldados de su entrenamiento, esta vez estaban completamente llenos de barro, pobre Finn, pensó, esos uniformes serian difíciles de lavar, y definitivamente seria difícil sacan las manchas del piso cuando se secaran, que era lo que seguramente pasaría en las habitaciones porque ellos no se darían prisa en bañarse para bajar a cenar, y hablar con sus amigos, cuando llegaron todos limpio el hall, y las escaleras, regreso a la cocina cuando termino, saco del horno la última bandeja de panes, termino de hacer los zumos, y empezó a llevar todo a las mesas, sabía que no tardarían en bajar, coloco cestas decoradas, los cubiertos, y servilletas, cuando terminó, bajaban por las escaleras un grupo de soldados charlando alegremente, ella termino de ultimar los detalles en la cocina, los platos ya estaban servidos, ella subió a limpiar todo el desastre que habían hecho arriba, cuando observo el pasillo desastroso lleno de barro, suspiro, seria agotador terminar con todo en dos horas como mucho, volvió a superar empezando a limpiar, sería un trabajo pesadísimo.

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Elías Samuel Elistofes El Lavile, General de Sonmburtria, General de las tropas del jazmín, Márquez de Listore, Caballero condecorado de Ambrosi, décimo cuarto en la línea sucesoria del Imperio de Sonmburtria, o el titulo más importante, amemos para él, él, simplemente él, el nombre con el cual la princesa Athanasia lo bautizo, con su sonrisa resplandeciente en sus labios recodaba como si hubiera ocurrido hace unos momentos, ella tan hermosa con su vestido Lila, adornado de perlas, luciendo orgullosa la tiara de perlas que él le había regalo, eso hacia menos de una semana y parecía que nunca se la quitaría, recordaba su voz, mientras reía encantada.

-Tu nombre es horrible Elías, accidentalmente lo escuche pues papá, piensa darte una condecoración por ayudarme a construir Ambrosi, temo decírtelo pero tus padre no tenían imaginación, así que he decidido ahorrarte mucho tiempo y simpatía, abreviaremos desde ahora te llamare Él, después de todo tus nombres empiezan y terminan con él, además de estar por todos lados en tu nombre, además así podre hablar de ti y confundir a las personas, cobre todo a las damas.-comento picara echándose a reír, era una pequeña diabla, al final había empezado a llamarlo el, muchos se confundieron y su encantadora princesa pasaba los días riendo de su broma secreta, solo por ver su sonrisa el renunciaba a su nombre gusto y así lo hizo, todos tenían su manera de llamarlo, pero solo ella lo llamaba así, él, con su suave voz acariciando sus oídos, sus ojos picaros observándolo mientras se reía gustosa de él, y a él no podía importarle menos que ella se burlara impune de él, aunque en aquel momento ella estaba enferma, y el muy enojado y nervioso, en aquella ocasión había salido a cabalgar con la duquesa Vilosex, pero ese par de pequeñas insensatas se habían detenido en el riachuelo, despidieron a su escolta, y ellos no pudieron negarse, pues ambas se desnudaban, se bañaron toda la tarde, al volver su princesa estaba congelada, en la noche se removía incomoda, y el entro a revisarla tenía fiebre, despertó a el médico, y la atendió toda la noche, se quedó dormido sentado en un sillón frente a su cama, al despertar la observo, mientras se sonrojaba, acariciaba su cabello tímidamente, mientras lo miraba con admiración, lo que le dijo esa mañana todavía resonaba en su cabeza como una melodía encantada.




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