La mañana era bulliciosa, Elias habia madrugado habia enviado a decir a la posadera que su esposo estaba con el, ademas de ordenar subir un desayuno completo, con un hermoso vestido con todos sus accesorios a la joven en su habitación, Ann estaba ansiosa queria ver a la joven que disfrutaba de las atenciones de semejante señor, pero la joven que vio en la cama era Tasia, sonrio picaramente, la niña no era tonta deslumbro a un señor rico, ella misma se lo sugirió una vez, pero la joven se horrorizó, asegurando que nunca por mas hambre que tubiera venderia su cuerpo asi, ella podia comprenderla en cierta medida, pero la verdad era que antes de que viviera con su esposo en la nueva Ambrosi, esta era solo una tierra sin ley, ella trabajaba en un bar, y varias veces tubo que vender su cuerpo para sobrevivir, cuando Ambrosi fue cambiada radicalmente por un joven señor, el mismo joven señor que habia tomado a Tasia, recordaba como este cerraba todos los antros, los burdeles, las casas de apuestas, derrumbo todo a su paso, levantando una nueva, hermosa, limpia y glamorosa ciudad, ella se quedo sin trabajo asi que sedujo a su actual esposo, un gordo, sucio y maloliente posadero, el tubo suerte pues al estar tan lejos de la ciudad no demolierón su posada, pues toda la ciudad fue edificada desde cero, dejando a muchos sin trabajo, sobre todo a las mujeres, pues los hombres conseguian trabajo facilmente como ayudantes en la contrucción de la nueva Ambrosi, o en el maravilloso palacio de cristal, desde que el joven prometido de la princesa, acabo con los burdeles, los hombres empezarón a casarse, pues si se sospechaba de actividades no permitidas, todos los implicados perdian todo y eran enviados a prisión, Ambrosi se trasformo por completo en un solo año, mas duro la costrucción del palacio, pero desde la desaparición de los herederos de la corona, todos poco a poco retomaban sus viejas costumbres, pero mas discretamente, por miedo a represarias, recordaba que ella misma se vendio un par de veces sin que su esposo se enterara sin embargo no tenia el cuerpo de antes asi que le resultaba menos atrativa a los hombres, en una ocación sugirio a Tasia hacerlo también, se ganaba un dinero extra asi, mucho mas sustancioso que en sus tiempos, pero Tasia a su parecer fue mas lista, conquisto con su cuerpo virginal a el mismisimo señor de Ambrosi, nunca seria su esposa, tal vez solo una amante ocasional, pero tendria todo lo que quisiera seria la dama mas alta de Ambrosi, pues la princesa no estaba, incluso podria darle un hijo y su vida estaria asegurada por siempre, además el joven señor de Ambrosi, era un caballero fuerte, galante, apuesto, limpio, no como su esposo que cada vez que la tocaba queria vomitar, lo peor era que no pasaba una sola noche sin tocarla un martirio todo los dias, pero estar en los brazos de semejante hombre seria un placer sin precedentes, camino hasta la cama y desperto a Tasia, ya la aconsejaria, si señor, un hombre como ese valia la pena luchar.
-¡Tasia despierta ya!.-gritó.
-Ann, Señora, disculpe me quede dormida ya bajo a limpiar.- contesto despistada y apresuradamente Tasia, no estaba muy espabilada.
-No te preocupes criatura, ya lo hice yo, ten come, necesitaras fuerzas, seguro que tu hombre vendra pronto y te dejara sin energias-comentó picara.
-Si claro, y-ya recorde.-Respondio sonrojada, El, estaba alli, la habia encontrado, estarian juntos, pero ¿donde estaba?, quiso preguntar pero Ann estaba dandole una larga lista de consejos para manter a su hombre, la escuchaba preguntandose si seria capaz de hacer la mitad de cosas que resitaba Ann, seguramente no, pero no queria parecer malagradecida asi que no dijo nada.
-Tasia ahora que has atrapado a un gran señor, debes saber que debes hacer todo lo posible por conservarlo, nada de celos, ni aunque este con otras mujeres, se abierta, di si a todo lo que te proponga, satisfacelo en la cama, dejalo agotado de placer, seducelo para que pase mucho tiempo contigo, mientras mas esten juntos mas pronto podras tener un bebe, con eso ya tendras tu vida asegurada, comportate simpre alegre, docil, sumi....-la puerta la interrumpio, el Marquez de listore estaba en la puerta, con un rostro devastado, Ann salio despavorida, su rostro mostraba radia, dolor, rencor, se adentro a la habitación se arrodillo en la cama, bajo la cabeza, mientras su lagrimas corrian desbocadas pedia perdón desesperado, ella lo abrazo estubierón abrazados horas, ella como pudo lo subio a la cama para que descansara en su regaso, El, se quedo dormido de tanto llorar ella solo lo reconforto en sueños hasta que El desperto, tomo sus manos delicadamente examinandolas, no eran como antes, ahora estaban llenas de cortes, tenian cayos, estaban asperas, muy diferentes a las suaves y rosadas manos que el siempre besaba con devoción, solo por no ver esa exprección se decidio a usar guantes, aunque nunca le gusto, lo haria, por suerte estaba cubierta el resto de su cuerpo no se veria, trataria de permanecer cubierta hasta que su cuerpo regresara a su estado anterior, no soportabar ver esa expreción en su rostro, suspiro, llevaba tanto tiempo que no actuaba como una niña caprichosa, y es que era la unica forma de sacarlo de ese estado, solo exigirle lujos, caprichos, tonterias, lo hacia feliz, pero ella era frugal, rara vez le pedia algo, nunca abusaba de su generosidad, pero esta vez tenia que hacerlo, por su bien, incluso tenia que ser dura con el, pues si lo perdonaba facilmente, el nunca se perdonaria el mismo, tenia que hacerlo redimirse, para que el alcansara un nivel de paz mental apropiado, respiro era hora de volver a su vida, aunque la antesala de llegar a su palacio nuevo como una niña malcriada no le gustaba nada, pero tocaba, no queria que su futuro esposo estubiera torturandose dia y noche, tomo aire nuevamente, El estaba cabizbajo, ella lo acaricio suavemente antes de soltar con una voz melodramatica y exagerada.
-El, ve mis hermosas manos, el estado tan terrible de mi cuerpo, todo por tu culpa, ¡deberas recomponerme!, me untaras cremas, aceites, esencias, todos los dias, estaras pendiente todo el dia de mi, por lo menos hasta que recupere mi estado normal, ¡y consigueme un carruaje!, no quiero montar a caballo mi cuerpo esta tenso, cuando lleguemos a casa, tendras que ayudar a limpiarme bien, luego me daras un masaje, ¡y consigueme guantes!, hermosos guantes de seda, de todo tipo, modelo y color, ¡y vestidos!, no tengo vestidos de temporada conmigo, llama a mis modistas necesito un nuevo guardaropa, ¡no se te olviden las joyas!, quiero mis joyas y las de mi madre, ¿esta en Listore, cierto?, ¡quiero ir a visitarla lo mas pronto posible, ¡y ya es hora de que me presentes a tu familia formalmente!.- finalizó con aire de niña ofendida, El estaba absordo escuchando atentamente cada una de sus palabras, se levanto decidido, se inclino solenemente, prometiendo.
-Como desee, conseguire todo inmediatamente, su majestad esta perfectamente en Listore como imagino, poco a poco va superando su efermedad, en una semana partiremos a Listore, y Luego llegaremos a Licia, mi padre tiene Licia como una fortaleza para desviar la atención de Rafaele, asi que tendremos que enviar una carta para que nos esperen, asi evitararemos contratiempos, y-y pedire que preparen las joyas del Marquesado, es hora de que te pertenescan, si gustas dare hoy mismo la orden de preparar el compromiso, para dentro de unos meses podremos comprometernos oficialmente.
-Esta bien, esperare, pero el compromiso sera dentro de un mes tu familia vendra de vuelta con nosotros igual mi madre, celebraremos la fiesta de compromiso con los arreglos que tenemos acumulados para la boda.
-pero si utilizamos los arreglos de la boda, se retrasa dos años la boda, tendrian que empezar desde cero los arreglos, y todavia estan en preparación los arreglos de tu cumpleañsos, los mande hacer como siempre, perdi dos modelos, pero este me temo todavia no esta listo, los cristales todavia no estan ensamblados.
-Vere despues los arreglos de mis anteriores cumpleaños, despues del compromiso replanearemos la boda, pues quiero que sea lo mas pronto posible, pero por supuesto con el maximo explendor y no estoy dispuesta a ceder, ya veremos como lo haremos, por que todavia tenemos que restaurar el poder, no me entusiasma la idea pero es mi deber defender Soumburtria, ademas el pueblo de Armeria que no olvidan que una vez fuerón una gran nación, es mi deber asumir el trono, por lo menos mientras Alexktim este listo, pero quiero acender casada contigo, dejaremos eso despues de la luna de miel, por que un heredero tambien sera necesario.
-Si comprendo todo se hara como desees.-acordo debilmente, le encataba la idea de una bebe, sabia que ella lo decia por que Armeria consideraria que un bebe un nuevo heredero aseguraria la corona, para que no callera otra vez en manos de algun inescrupuloso, aun asi el adoraria tener un bebe, pero eso un bebe, no un heredero, no un peon, no una moneda de cambio, que el principe Alexktim considiera herederos para el imperio, y los educara como tal, el pensaba malcriar a sus hijos hasta la saciedad, si tenia una niña igual a su madre, ¡seria la niña mas mimada del mundo!.
-El, es hora de marcharse ve a prepararlo todo.
-si, claro.-constesto soñador con los ojos brillantes, todavia pensando en una pequeña princesa con ojos grises, y cabello de oro batido.