Herederos

QUÍTATE EL ESCUDO

 

  • y tú… eres…
  • ¡Sal de mi Cabeza Diana! – grita la hibrido mirando fijamente a su hermana, mientras los demás no entendían lo que estaba pasando.
  • Lo siento, - responde su gemela sonriendo – pero… porque no te animas a quitarte tu protección, - la mira pícaramente - vamos hermana, quítate el escudo. – ladea la cabeza y sonríe tiernamente.
  • ¡Basta Diana, No digas más!
  • ¡Eliana!
  • ¡Diana! Eso es invasión a mi privacidad. – todos la miraban sin entender
  • ¡Ya basta las dos! – interviene Michael  frunciendo el ceño– nadie aquí entiende lo que está pasando, así que por favor sean claras.
  • Esto es lo que pasa… - responde Eliana mientras pasa su mano de su quijada  a su nuca  como quitándose un velo invisible descubriendo su apariencia.

Al quitarse el escudo que ella misma emanaba,  pudieron apreciar la nueva apariencia de Eliana que era el cambio de cabellera de rubio a negro azabache con rayos dorados y sus ojos pasaron  de azules a  color miel al igual que el vampiro, al descubrirse Michael pudo reconocer que Eliana era su alma mirándola fijamente.

  • Entonces lo que sentía por ti, era verdad – dice el vampiro sin bajar la mirada de la hibrido y acercándose a ella.
  • Pero ahora es real  – responde, el vampiro sonríe teniéndola enfrente.
  • ¿Ella es tu alma?   - pregunta Sofía, el vampiro asiente.
  • Obtuviste el cambio de Michael, – habla la bruja sonriendo. – es por eso que el sello real no aparece completo, por ella no podrás ser más fuerte que el clan real – sonríe la bruja mirando al vampiro, siendo ignorada por todos.

Eliana cambió al igual que Michael, no por el motivo que lo hizo su hermana sino por ser la única que puede detener al vampiro en caso quisiera tomar posesividad del trono real y ella solo mostraba su cambio al quitarse por completo su escudo.

  • ¿Tú también sabía que yo era tu alma? – pregunta Michael tomándola del brazo, ella asiente – ¿desde cuándo?
  • Desde la primera vez que te vi – lo mira aguantándose las ganas de llorar.
  • y aun así… ¿pretendías escondérmelo e irte?  - dice con la voz desquebrajada, ella vuelve asentir.
  • Lo siento – responde bajando la mirada.
  • No, no lo sientas, – dice sonriendo-   no ibas a reclamarme… porque no me amas ¿cierto? – se aleja de ella dándole la espalda para limpiarse las lágrimas.
  • No es eso. – voltea el vampiro al escucharla –no es que no te ame…- lo mira fijamente. -   solo que aún no puedo reclamarte – sonríe tristemente.
  • ¿¡Qué!?  ¿Por qué?
  • Si te reclamo ahora… dejaras de ser lo que eres.
  • Es verdad – interviene Diana, el vampiro la mira – si mi hermana te reclama en este momento dejaras de ser vampiro y te convertirás en un humano.
  • Entonces, cuando, cuando podremos estar juntos. – vuelve a mirar a Eliana
  • En la próxima fecha especial, – lo mira tiernamente - Nuestros poderes desaparecen por un instante cuando la Diosa Luna y su hermana la Diosa Noche… está en su máximo esplendor. 
  • ¿¡Qué… por qué!?
  • Por ser gemelas, nos debemos al encuentro de las hermanas Noche y Luna. – responde Diana.

Cuenta la leyenda que habían muchos seres en la tierra que le temían a la Diosa Noche porque era oscura y tenebrosa, que cuando los seres salían a caminar y ella reinaba, muchos terminaban muertos o perdidos en su andar haciendo que muchos la odien y suplicaran a los dioses que ella no existiera, al escuchar aquellas suplicas la Diosa Noche enfurecida con aquellos seres decidió ser cada vez más oscura y cruel siendo solo alabada por los seres que podían hacer daño a los demás en medio de su reinado y eso entristecía a la Diosa.  Al ver el sufrimiento de su hermana, la Diosa Luna quien era admirada por su belleza y esplendor  decidió ayudar a la Diosa Noche brillando más y luciendo cada vez más hermosa cuando estaba a lado de su hermana, al ver que estando juntas ya no le temían y además recibía muchos halagos (“que hermosa que esta la noche”) permaneció con ella acompañando por siempre a su gemela y fue así que la Diosa noche ya no es tan temida como lo era antes porque su hermana da luz en medio de su oscuridad siendo su ancla en su existencia. Y como para recordar aquel lazo y sacrificio de amor cada cierto tiempo las dos diosas se juntan para ser ellas mismas, siendo tan negra y oscura como nadie la noche y tan bella y esplendorosa la luna.

  • Pero eso será dentro de… ¡cincuenta años! – exclama el vampiro, Eliana asiente - porque no te descubriste antes, podías haberme reclamado después de tomar el mando.
  • No, no podía, tendrías que haber elegido entre tomar el mando de tu clan o yo – responde la hibrido sonriendo tristemente.




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