Herederos: El PrÍncipe De Hielo

VIII

Dejo salir un suspiro, fue en vano mi intento por quedarme en la parte de atrás y ver desde las sombras como se desarrollaba todo, estoy perdida.

Bridge aprieta mi mano, si, aquí estoy yo en primera fila, fantástico.

Los autos se estacionan frente a nosotros, primero los guardaespaldas salen para revisar el perímetro, le sonrió a Bridge mientras me suelto de su agarre y me dirijo hasta Dustin, el encargado de seguridad del Castillo.

―Dus, te puedes encargar de informar, al cuerpo de seguridad, las medidas que hemos tomado para la estancia del Rey y su familia ― asiente y se dirige hasta uno de los trajeados, Dustin es un tipo de pocas palabras.

Vuelvo junto con Bridge y Lex, que están resplandecientes, no es para menos, son muy pocas las ocasiones en que la familia puede estar unida. En ocasiones siento lastima, a pesar de tenerlo todo y amarse, deben vivir separados.

―Mamá― dice el Rey bajando del auto, lleva un traje gris de raya diplomática que le queda fantástico, tiene los mismos bucles rebeldes que su madre, y los ojos iguales a los de Lex, lo había visto en televisión y en revistas, pero personalmente es imponente.

No puedo evitar sonreír al ver como abraza a una pequeñita Bridge, en comparación a su hijo. La Reina es la siguiente en salir del auto, su cabello negro está perfectamente recogido en un tocado encima de su cabeza, se ve algo incómodo, pero aun así es muy elegante, lleva un traje tipo sastre gris perla, es una mujer muy bella.

―¡Coral!― escuchamos un grito detrás de nosotros, donde aparece Lady Lyris, pasa como un rayo rojo junto nosotros directamente a Coral, que la mira con los ojos abiertos sorprendida, y a juzgar por la cara de todos, no es la única.

Compartimos una mirada con la abuela Bridge, lo único que acierto a hacer es encogerme de hombros, yo tampoco tengo idea de que está pasando.

―Vaya, vaya ― suena una voz masculina detrás mío, está muy cerca, puedo sentirlo ― Lyris, no ha perdido el tiempo.

Camina por mi lado sin regresar a verme, ha cambiado mucho en estos años, está mucho más alto y fornido, su cabello lo lleva mucho más largo que cuando nos conocimos, sus hombros son más anchos, y que más puedo decir, es un espécimen digno de ver, algo así como un Dios Nórdico en la tierra. Lleva unos pantalones de vestir azul marino y un jersey trenzado beige.

Me duelen los ojos de verlo. Abraza a Bridge y la hace reír con alguna tontería que le ha contado en el oído. Y le da unas palmadas en la espalda al abuelo Lex.

―Parece que has visto un fantasma ― comenta Coral, viniendo hasta mí, esta sonrojada, y observo que de alguna manera se ha zafado del agarre de Lady Lyris.

―No soy la única con cara de sorpresa ― pasa uno de sus brazos alrededor de mis hombros, aprovechando los varios centímetros que me saca, peor en tacones.

―Es una larga historia...

―Somos dos, hermana, somos dos.

Bridge nos capta con la mirada mientras está rodeada.

―Muchachas, vengan acá ― Coral se encoge de hombros y comienza a caminar hacia allá, yo no estoy tan segura de querer hacerlo, pero al ser Bridge, hago de tripas corazón y doy el primer paso.

―Mira Paul, esta belleza de aquí es Coral, llego con nosotros el año pasado, ha sido gran apoyo con todo lo relacionado al castillo, recuerdas que te comente el problema de las tuberías ― El Rey asiente ante la historia de su madre, algo tan normal en ella.

―Si lo recuerdo mamá, mucho gusto Coral ― se lleva su mano a los labios, las mejillas de Coral comienzan a encenderse otra vez. Se voltea a mí, y comienzo a sentirme incomoda ― Tu debes ser Josabet, tus informes me han quitado mucho trabajo de encima.

Le sonrió en respuesta, nunca me gustó la idea de ser una mantenida, asi que después de negociar con Bridge y Lex, que manejaban la ciudad me permitieron trabajar en el despacho municipal, había logrado sistematizar gran parte del trabajo, por lo que ahora se llevaba a cabo en pocas horas, en vez de días o semanas. Estaba orgullosa del trabajo que había hecho.

―Es un honor para mí poder servirle, su majestad ― digo haciendo una pequeña reverencia con la cabeza.

El Rey suelta una carcajada, que me deja confundida.

―Nada de su majestad, llámame Paul, eres como una hija para mis padres, eso nos convertiría en hermanos ― sus ojos brillan divertidos, a pesar de los signos de cansancio ― aunque creo que serias más como mi hija.

Un escalofrió me recorre la columna vertebral, me veo forzada a dar una sonrisa. Miro de reojo a Hale, y me doy cuenta de que no me ha quitado la mirada de encima.

―Bet, es muy seria, se lo he dicho siempre, debe aprender a soltarse ― es la voz del abuelo Lex, no lo puedo negar, no me gusta que las cosas se salgan de control, como en este momento.

Paul, asiente ante el comentario.

―Tengo la idea perfecta ― comienza y algo me dice que no me va a gustar lo que escucharé ― Porque no acompañan a Hale y Lyris a la Gala de Navidad de la secundaria AMBUR, les será mucho más fácil estar con otros muchachos de su edad, en vez de quedarse con estos viejos.

―Viejo estarás tú ― le responde Bridge ofendida.

Compartimos una mirada de complicidad con Coral y la respuesta es un rotundo no.

―Es una maravillosa idea ― suelta Lady Lyris, soltando el brazo de Hale, quien no se ha pronunciado ― ¿verdad que lo pasaremos increíble, Hale?



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En el texto hay: principe, amor, realeza

Editado: 18.10.2018

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