Herederos: El PrÍncipe De Hielo

XXIII

Josabet

Siete meses después...

De alguna manera he conseguido salir adelante, no ha si fácil, ha llevado tiempo y sacrificio, al inicio mis periodos de conciencia duraban un par de minutos, y casi nada en mi cuerpo me respondía, tuve que someterme a largas horas de rehabilitación para que mis músculos volvieran a ser lo que alguna vez fueron, todo fue lento, demasiado, habían momentos en que la frustración podía más, y lloraba de la impotencia de no poder hacer nada más, pero creo que todo esto habría sido aún peor si no hubiera contado con el apoyo incondicional de Bob, mi hermano pequeño que se había convertido en todo un hombre mientras yo no podía verlo y de Hale, que día a día, sin importar sus ocupaciones estaba aquí para hacerme compañía, para darme un sacudón cuando las fuerzas comenzaban a flaquear, Ivette mi enfermera se ha encargado de que no me falte nada y de ayudarme a tener una vida más llevadera.

En estos meses creo que he tenido que superar una de las pruebas más difíciles, todo ha sido como volver a nacer, en un inicio necesitaba ayuda para todo, ni siquiera podía hablar, comenzamos a comunicarnos con parpadeos, paso más de un mes hasta que mi cerebro comenzó a normalizarse, pero me esperaba algo aún más complicado, volver a aprender todo de nuevo, sentarme, comer, inclusive caminar, todo costo lo suyo y aunque aún no estoy por completo recuperada, creo que he pasado la etapa más difícil.

―Mi niña ― dice el abuelo Lex sentándose a mi lado en el sofá, mis abuelos no han dejado de visitarme y aunque no lo mencionan, sé que extrañan su vida en Ambur, porque lo que he logrado indagar, el castillo Lennox, no tuvo grandes afectaciones, pero por seguridad no han podido regresar ahí y están manejando todo desde aquí en Lizar ― tienes mucho mejor semblante en estos días.

Le sonrió en respuesta, no todos los días le dicen a uno que puede dejar de lado la silla de ruedas, aunque sea para depender de un andador, es un gran comienzo.

―El Dr. Roberts, me ha dicho que puedo dejar la silla de ruedas, ahora podré moverme yo solita ― el abuelo se ríe colocando su mano en mi pierna.

―Corazón, no te sobreesfuerzes, te ha llevado mucho tiempo conseguir este avance, no dejes que la emoción lo eche a perder ― asiento y acaricio su mano, me llega en el corazón ver como sus arrugas se han acentuado mientras yo dormía, su salud se ve deteriorada, aunque nadie lo menciona sé que el país está pasando por una crisis, todos tratan de ocultármelo, pero sé que el descontento con el Rey Paul, está en una etapa alarmante, he escuchado a Hale pelear con su padre en repetidas ocasiones, Hale ya tiene veintisiete años y ya es tiempo que se haga cargo del trono, pero para su coronación es necesario de despose a la futura reina, y como que yo ya no soy apta para el cargo.

―Tranquilo abuelo, sé que debo ser paciente.

El senado de Hannover está revisando la propuesta del príncipe de cambiar los requisitos de coronación, hay diversas opiniones al respecto, desde la noticia de que Lady Josabet Barrier, ha recuperado la conciencia, se ha especulado en la posibilidad de la coronación, pero es evidente que el príncipe tiene otros planes. Puede ser que el amor se ha terminado, luego de tantas pruebas...

Leo una y otra vez el artículo de una de las revistas amarillistas de Lizar, joder, que no tienen nada mejor que hacer que poner en duda todo lo que hacen los ricos y famosos del país. Dejo caer la revista al suelo, ya estoy harta de esto.

Coral entra en el momento en que miro a la revista con desprecio, suelta una carcajada, y se sienta a mi lado, la veo de buen humor, ha estado algo extraña los últimos días.

―Ya están escribiendo tonterías de nuevo ― dice tomando la revista del suelo y dándole una ojeada ― Hale no ha parado de luchar por que cambien las leyes con respecto a la coronación, tienen más de setecientos años, yo también pienso que es hora de que Hannover comience a cambiar.

Asiento en silencio, no puedo negarlo, me siento un tanto insegura con las acciones de Hale, entiendo que la crisis lo están llevando a tomar medidas desesperadas, pero siento que también lo hace por mi culpa. En la condición en la que me encuentro no podría ni siquiera plantearme estar en el altar, cosa que es la solución más rápida en este momento para que él tome la corona.

―Estás pensándolo demasiado Josabet ― comenta Coral con voz seria, alzo mi mirada hasta ella que me observa detenidamente ― Hale no está preocupado por la corona si es lo que estás pensando, su preocupación es que tú te sientas obligada con la situación, o que en el peor de los casos, vayan a obligar a alguien solo por subirlo al trono.

Como decir que es lo que me preocupa cuando ni siquiera yo lo sé, he contado con todo el apoyo de la familia y de Hale, pero el tiempo está corriendo y Hannover esta inestable, no puedo permitir que por mi culpa, el país entre en una nueva era, estoy segura que con Hale a la cabeza del país, tendrán muchas oportunidades de crecer.

―No me gusta nada la cara que has puesto ― dice Coral negando con la cabeza, en ocasiones siento que me conoce más de lo que me conozco yo misma ― espero que no sea la locura que estoy pensando.




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