Herederos, Origenes (lgbt) (editando)

CAPITULO 3

“COMPLEJO DE DIOSES”

🌊❄❄🌊

 

Nunca mi vida había corrido peligro de muerte, mi mamá siempre se aseguró de eso, y no digo que fuera una mamá sobre protectora, simplemente me enseño bien sobre las cosas que podía y no podía hacer, desde pequeño me enseñó a comprender cuales eran mis limites, al igual que me ayudó a desarrollar muchas de mis habilidades, gracias a eso había crecido con un gran sentido de la autoconservación.

Obviamente se le olvidó mencionar que tenemos magia en nuestras venas y que ni siquiera somos humanos, en serio.

¿Quién olvida decir algo como eso?

Después de la primera aparición de mis habilidades y de que mi mamá me explicara a medias lo que somos y de dónde venimos, me pregunté cómo pudo ser mi vida si hubiera sabido que poseía magia, ¿Hubiera sido distinto?, ¿Hubiera ganado todas las peleas qué tuve?

No es que haya tenido muchas, pero siempre levanto mi voz cuando algo me parece injusto, y eso, trae muchas consecuencias, tratando de hacerme el héroe metí mi nariz en asuntos que no siempre eran de mi incumbencia, así que si hubiera sabido de mi habilidades desde un principio pude ahorrarme muchos moretones, o quizá pude haber evitado el casi ser aplastado por una roca gigantesca, pero no podemos tener todo lo que queremos en nuestras vidas.

Debería ser más agradecido con el universo, después de todo el chico frente a mi salvó mi vida y eso quiere decir que aún tengo oportunidad de descubrir este nuevo mundo.

—¡LIAM! —Una conocida voz se escucha como un eco en mi mente, aún sigo aturdido por todo el accidente. Sigo en el piso con mis piernas que siguen sin reaccionar por el susto, y aún no puedo apartar mi vista del chico albino, no importa cuánto me sacuda Amirah. — ¡¿Estas bien?, ¡Liam!, ¡carajo!, ¡dime algo! —Amirah intenta hacerme reaccionar, pero entre más agita mi cuerpo, más ganas de perder el conocimiento me dan.

—¿Qué?, si, no. —Respondo a medias y en un hilo de voz, carraspeo con fuerza al sentir mi garganta completamente seca. —Creo que sí. —Digo sin más, Amirah me mira con cara de incredulidad.

—Estuviste a segundos de morir, ¿Solo eso dirás? —Pregunta con una mueca en su rostro. —Genial, el Profesor Litore me matara cuando se entere. —Dice ella con una mano en su frente, yo niego con mi cabeza.

—Descuida, no tiene por qué enterarse. —Sacudo un poco mi pantalón y siento como mis piernas vuelven a funcionar.

—Claro, ocultémosle tu casi muerte a tu tío el telepata. —Reprocha con sarcasmo, se levanta y me extiende una mano, sin dudarla la tomo. —Tengo que llevarte a la enfermería. —Agrega y estoy a punto de negarme, pero soy interrumpido.

—¡Zeph!, ¿Estas bien? —El chico castaño que lanzo la pelota en mi dirección se acerca al chico albino con preocupación, pero el chico no responde, sigue viéndome, pero esta vez con su manos apoyadas sobre sus rodillas, parece agotado. —¡Zephyr! —Grita el castaño y gana la atención del albino.

“Zephyr, extraño, pero lindo nombre”

—¡Maldición Aiken! —Responde el chico. —Te escuche a la primera, y sí, estoy bien. —El chico albino intenta pararse derecho, pero una mueca de dolor aparece en su rostro y vuelve a agacharse.

—No debiste usar tu magia. —Le reprocha el castaño, Aiken, si la memoria no me falla, y no lo hace. —Sabes lo que pasa cuando lo haces. —El otro chico lo mira aún más molesto.

—¿Y que se supone que hiciera? —Responde con molestia en su voz. —¿Dejarlo morir? —Me señala con su cabeza y la atención del castaño recae en mí y por su expresión no será nada amigable.

—¡¿Y tú porque no te moviste?! —Me pregunto con furia en sus ojos. —¿Acaso deseabas morir? —

“¡Que carajos!, ¿Qué está mal con este chico?”

Cuando estoy a punto de defender mi honor, Amirah se me adelanta.

—Él es un vacuum. —Agrega la rubia como si fuera la respuesta a todos los problemas del mundo, y yo ni siquiera sé que carajos significa, pero por la expresión de los otros dos chicos imagino que no es nada bueno.

—Un simple hechizo de levitación hubiera sido más que suficiente. —Responde el castaño, con un poco menos de rabia en sus ojos.

—¡Ya cállate Aiken! —El chico albino se para derecho aún con una mueca de dolor. —Déjalo en paz. —Me mira con una extraña mezcla de enojo y lastima.

—¡Por su culpa casi pierdes el control!, ¡Debería estarte llevando a la enfermería en este momento! —El castaño se acerca al albino y justo cuando trata de poner una de sus manos en brazo el peliblanco se aparta y lo mira con nada más que rabia, el castaño retrocede unos pasos. —Lo siento, con todo el alboroto lo olvide.

—Estoy bien, solo necesito ir a mi habitación. —Él se gira y comienza a caminar, me percato que ni siquiera pude agradecerle por salvar mi vida y trato de detenerlo.

—¡Espera! —Grito y me alejo un poco de Amirah quien me sostuvo todo el rato, la chica en serio es fuerte, ni siquiera titubeo al hacerlo. —Gracias, por salvar mi vida. —Digo en tono neutro, soy capaz de percibir la tensión en el lugar y lo último que quiero es expresarme de manera incorrecta y agravar las cosas. El peliblanco solo gira un poco su cabeza, lo suficiente como para verlo de perfil y asiente con simpleza, luego continua con su camino.




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