“HOMENAJE”
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Liam
Muy pocas veces he sentido este hormigueo en mi estómago, usualmente aparece cuando estoy a punto de hacer algo completamente nuevo. Lo sentí la primera vez que me adentré al mar, también apareció cuando hice por primera vez un clavado desde lo alto de un risco, y como olvidar mi primera vez. Todas esas ocasiones, fueron la primera vez de algo, pero esta no es la primera vez que viajaría a través de un portal, o la primera vez que vería un extraño hechizo, digo, he visto a Kenna prenderse en llamas, a Zeph congelar todo a su alrededor, a Amirah invocar extrañas sombras asesinas, incluso yo he hecho cosas extraordinarias, pero, aun así, el hormigueo está presente.
—Solo para que quede claro. —Repite Zephyr por decimocuarta vez. —Nosotros tomaremos su apariencia, y ustedes la nuestra. Nada de cambio de cuerpos, nada de cambios de cerebro. —Todos los presentes asentimos por decimocuarta vez.
No lo culpo, esto de la hechicería puede llegar a ser confuso, más para él que no es su área.
—Los cambios serán solamente físicos, similares a una ilusión. —Añade Amirah. —Nuestros Mythirios y nuestros poderes seguirán siendo los mismos, así que por ningún motivo podemos usarlos. —Recalca con seriedad. —Lo último que queremos es que los otros estudiantes vean a la heredera de las sombras usando un Mythirio de grifo, o al heredero nival lanzando rayos eléctricos. —Centra sus ojos en Harmony y Sebas, quienes escuchan atentamente.
—Escúchame bien. —Dice Zeph dirigiéndose a Sebas. —Iras a mi habitación y te encerraras, no tocaras nada y esperaras a que regresemos, ¿Entendido? —El rubio asiente mientras traga fuerte, quizá para los demás les parezca que el albino está exagerando, pero para mí, es solo Zephyr siendo Zephyr.
—Bien, si eso es todo, iniciemos esto. —Harmony se acerca frotando sus manos. —¿Trajeron los objetos? —Pregunta viendo a los herederos, quienes sacan de sus bolsillos unas pequeñas pertenencias.
Amirah saca una peineta dorada, con la imagen de una pequeña serpiente hecha con esmeraldas. Zephyr muestra un añillo, parece estar tallado en una especie de roca negra. Sebas también se acerca y saca del bolsillo de su chaqueta un pequeño brazalete con una tuerca en medio y, por último, Harmony abre su mano, mostrando un broche de plata con forma de un canario.
Para realizar el hechizo se necesitan objetos personales, algo que la otra persona pueda usar mientras el hechizo este activo, todo para lograr una mejor conexión y poder portar la esencia del otro. También debe hacerse en un lugar espacioso, por eso estamos en medio del bosque, donde nadie pueda vernos.
Zephyr toma el brazalete de Sebas y le entrega el anillo, Amirah y Harmony también intercambian objetos. Todos se los colocan en los lugares correspondientes, y comienza el hechizo.
Los cuatro se posicionan para formar una equis, Zephyr frente a Sebas, y Harmony frente a Amirah. Fue una sorpresa al ver la página Del hechizo, y descubrir que no está escrito en alguna lengua antigua, sino en español. Los chicos se miran entre ellos, mientras Ashanti y yo esperamos a unos metros de distancia.
—Que los ojos vean, lo que quieran ver… —Comienza Amirah.
—Que los oídos escuchen, lo que quieran escuchar…—Continua Harmony.
—Una imagen alterna, que no se asemeje a la realidad…—Pronuncia Sebas.
—Un espejismo casi imposible de diferenciar…—Dice Zephyr.
—Mirando hacia el frente, mi imagen te doy, y sin duda alguna, te presto mi voz…—Comienzan a hablar al unisonó. —Una conexión que nos vincule, un recuerdo de quienes somos y una razón para volver, hasta que nuestros objetivos podamos obtener. —Bajo sus pies se comienza a formar un círculo de energía luminosa, quedando los cuatro dentro de él. De reojo miro a Ashanti, quien parece preocupada, sin apartar los ojos de los chicos. El circulo continua por dividirse en cuatro, y lo siguiente que veo, es como los objetos que intercambiaron comienzan a iluminarse con la misma luz del circulo, apenas corren algunos segundos, y esa luz envuelve el cuerpo de los cuatro, con una intensidad que me obliga a cerrar mis ojos.
Cuando me aseguro de que ya no hay más luz cegadora, abro lentamente mis parpados, para que mis ojos puedan acostumbrarse de nuevo a la luz natural, pero mis ojos se abren de par en par al ver a los chicos, es como si solo hubieran intercambiado de lugares.
Me acerco a paso lento, hasta llegar cerca de ellos. Miran sus cuerpos como si fuera la primera vez que lo hacen. Amirah con la cara de Harmony trata de pararse de puntitas, quizá trata de acostumbrarse al cambio de altura. Sebas con el rostro de Zephyr, mira sus brazos llenos de escarcha como si fuera lo más increíble del mundo, es imposible no sentir gracia al ver su reacción.
Mis ojos se desvían hacia Zephyr, quien también mira sus brazos y manos, libres de escarcha y con un aspecto completamente normal. No es necesario leer sus emociones para saber que es impactante la imagen que está viendo en estos momentos, no importa si el cuerpo no es suyo.
—¿Todo bien? —Pregunto por lo bajo, para que nadie más pueda escucharlo. Él me dedica una sonrisa melancólica, debo admitir que esto es raro, sé que es Zephyr, pero su rostro es el de Sebas, lo cual también es confuso.