CAPIRULO 22

“FUEGO FENIX”

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Liam

Los gritos de la discusión de ayer aún resuenan en mis oídos, en definitiva, Kenna es un as en causar polémica.

—¡¿Cómo te atreves a tomarte una atribución cómo esa?! —Amirah reclama a Kenna.

—Trataba de hacer algo bueno, no veo donde está la maldad en eso. —Se defiende la pelirroja con calma.

—Ni siquiera eres su amiga. —Ataca Zephyr con indignación. —Tú mejor que nadie conoces a Inari y Xian es un desertor.

—Que mejor forma de iniciar una amistad que esta. —Contesta Kenna.

—Si quieres ser amiga de alguien, le das un brazalete, no un novio. —Hablo por primera vez.

Alejo las imágenes de mi mente y termino de vestirme. A diferencia de los otros días, hoy decidí levantarme muy temprano, Demian sigue en cama, pero el rubio termina por despertar con el ruido de mis libros cayendo al piso.

Maldigo mentalmente y los levanto.

—Lo siento, no planeaba despertarte. —Me disculpo. Demian restriega sus parpados y se coloca sus gruesas gafas.

—¿Adónde vas tan temprano? —Toma el reloj en su mesa de noche y me mira con el ceño fruncido. —¡Son las seis de la mañana, Liam! —Me encojo de hombros y sonrió.

—Una vez leí que, si te levantas temprano, la sangre en tu cuerpo circulara mejor. —Demian enarca una de sus cejas.

 Es obvio que no se la creyó.

—¡Bien!, quiero saltarme el drama que habrá en el desayuno, necesito estar a solas para pensar. —Confieso.

—¿En serio te verás con Xian? —Pregunta con curiosidad.

—Por supuesto que no. —Me siento al borde de su cama. —Kenna perdió la cabeza, su forma de hacer amigos es extremista, pero lo que hizo con los trajes fue un buen detalle. —Agrego, tratando de poner todo en perspectiva.

—Kenna es complicada, enigmática, casi nunca sabes lo que pasa por su cabeza, es voraz cuando quiere y no teme decir lo que piensa ni lo que siente, pero te aseguro que muy, muy en el fondo hay algo más. —Sonrío antes las palabras de Demian. Y se supone que quien mira en las almas de los demás soy yo.

—Seguramente sí. —Contesto con una sonrisa. —Por cierto, ¿Quiénes son realmente estos gemelos que ponen a todos con los pelos de punta? —Demian suspira con pesadez y se acomoda en su cama.

—Inari y Xian son como dos gotas de agua físicamente, pero por lo demás son como el blanco y el negro, el día y la noche, no puedo pensar en un mejor ejemplo de dicotomía que esos dos. Asistieron a la academia cuando yo apenas tenía diez años, pero aún recuerdo sus discusiones. Sus diferencias eran tantas que casi siempre terminaban peleando. Lo que causaba la molestia de Cleo, la hermana de Amirah, y de Catherine Marie, la heredera del pueblo Minera.

Escucho con atención la historia de Demian, que una vez más prueba ser una biblioteca con piernas, su memoria es incluso mejor que la mía, lo cual es impresionante. De poder asistir a la academia como un estudiante, seguramente seria del mejor.

—Inari es un completo idiota, un prepotente, posesivo y arrogante que solo tiene aire en la cabeza. —Me rio por su descripción. —Xian siempre fue un misterio, casi nunca hablaba, parecía estar molesto todo el tiempo, y ni siquiera termino la academia, por eso lo llaman desertor, y no hay peor vergüenza que esa. —Me sorprendo por esa parte.

—¿Terminar la academia no es un requisito para poder pertenecer a la familia real? —Pregunto, fue de las primeras cosas que aprendí cuando llegué aquí. Demian niega.

—Es obligatorio solo para los herederos, quienes necesitan la marca del conocimiento, una de las tres marcas necesarias para poder reinar.

Recuerdo eso de una de mis pláticas con Amirah. Para probar que son dignos de ser reyes, deben obtener tres marcas: La marca del conocimiento la obtienen al acabar la academia, la marca del poder la obtienen cuando por primera vez logran canalizar el origen de su pueblo y la última es la marca de la alianza, que se obtiene cuando se comprometen con alguien. Si, así es, antes de ser rey o reina deben estar comprometidos. No todo puede ser perfecto en esta sociedad.

—No recuerdo muy bien, pero Inari termino siendo el heredero del pueblo Ciclón, y en ese momento Xian abandono la academia, el resto es historia, pues nunca asiste a los eventos sociales o incluso políticos, es un completo milagro que Kenna lo haya contactado.

¿Otro ermitaño? Al parecer se me dan bien.

—Suena a una historia llena de drama y complicaciones, justamente lo que trato de evitar a toda costa. —Digo, levantándome de su cama y volviendo a tomar mis libros.

Apreciaba a Amirah, pero no podía presenciar una más de sus peleas con Kenna, y Zephyr… Ni siquiera sé que carajos pasa con él, un día parece acercarse a mí con intenciones que superan la amistad, y al siguiente se aleja dos mundos de distancia. Me despido de Demian y continua mi camino.

Tristán me pidió únicamente que me concentrara en mis estudios, en aprender todo lo que pudiera de la magia, aprender a controlar mi don y como cereza del pastel, aprender a ser un escriba por mi cuenta. La academia tiene un programa especial para aquellos superdotados que nacen con esta habilidad, es sumamente exclusiva, pero yo no puedo asistir pues eso llamaría demasiado la atención. Estos últimos días he estado dándole vueltas al asunto, y llegue a la conclusión de que estoy estancado, completamente estancado.  No puedo ayudar a Tristán con la investigación sobre el homicidio de nuestra familia, no he podido conseguir nada acerca de August, nada concreto que me diga que él es mi papá. Aunque recibo cartas de mi mamá, sigue contestando de manera misteriosa y ambigua causándome ganas de arrancar hasta el último cabello de mi cabeza. Así que básicamente sigo sin saber con exactitud de dónde vengo.