Capítulo 26
“REYES Y REINAS PARTE 2”
🌊❄❄🌊
Liam
La atmosfera del lugar se vuelve tensa, se puede ver en las miradas de los presentes que realmente desean explicaciones, en especial los padres de Zephyr. Ambos me observan atentos analizándome desde la punta de mis zapatos hasta la coronilla de mi cabeza. Soy capaz de sentir el coctel de emociones que están sintiendo en este momento, los ojos de la reina brillan por las lágrimas retenidas, y puedo percibir un cierto temblor en sus manos, ver esta nueva versión de su hijo debió ser impactante para ella. Odio el haberme perdido ese momento.
Trato de concentrarme en lo importante, mantengo la calma mientras pienso en las palabras correctas. Amirah desde un lado trata de entrar en acción, pero con una mirada de mi parte logra entender que prefiero hacer esto por mi cuenta, esta es mi batalla, no la de ella, no importa cuán protectora sea. Zephyr se remueve incomodo tratando de figurar que hacer ahora, pero es como si su cuerpo entero se hubiera bloqueado, así que decido tomar acción por mi cuenta.
—Es un placer y un gran honor conocerlos, sus majestades. —Pronuncio, con una enorme sonrisa y serenidad en mi voz al mismo tiempo que me inclino en una muy bien ensayada reverencia.
Cuando levanto mi rostro una vez más, me encuentro con la reina Eira frente a mí, a escasos centímetros, lo siguiente que veo son sus brazos alrededor de mi cuerpo, en un estrecho abrazo. Su acción me toma por sorpresa, me tardó en reaccionar, pero cuando mi cerebro se despierta, acepto su abrazo con el mayor de los gustos.
—Gracias. —Pronuncia en mi oído. Lo hace con tanta sutileza que apenas lo escucho, pero sigue lleno de sentimiento y gratitud.
La reina se aleja de mi cuerpo y vuelve a tomar la compostura. Al igual que las otras reinas, la rodea un aura de gracia y elegancia, su cabello es blanco al igual que el de su hijo, y sus ojos son igual de grises, cual espejos.
El rey Aspen se acerca hasta tomar lugar al lado de su esposa, inclina su rostro con sutileza y extiende su mano, no dudo ni por un segundo en tomarla.
—Nuestra familia está en deuda contigo. —Dice, su voz es gruesa, áspera e imponente.
Todo en él prueba que es un rey digno. Su ancho y trabajado cuerpo, su cabello y barba blanca, y sus ojos que parecen cristales de hielo.
—Gracias, rey Aspen. —Pronuncio con respeto. —Pero lo que he hecho no ha sido para obtener una recompensa o un pago, ha sido para ayudar a un amigo. —Trato con todas mis fuerzas de no morder mi lengua al pronunciar tal mentira.
Murmullos nos rodean, el resto de las familias nos observan, y pongo todo de mi en dar la mejor primera impresión posible.
—Desde el primer segundo en el que te vi en vi reino, supe que estas destinado para grandes cosas. —La reina Anat se une a la conversación, con una copa de vino en su mano y una mirada curiosa. Amirah mira de reojo a su madre. Conozco también a mi amiga que sé, que está tratando de descifrar las palabras de su madre.
—¿Lo conoces, Anat? —Pregunta con sorpresa el rey Aspen. Ella asiente con una enorme sonrisa.
—Liam es amigo de Amirah. —Responde sin más
—¿Tu sabias que la maldición de Zephyr se rompería? ¿Lo viste en alguna de tus visiones? —Cuestiona la madre de Zephyr a la reina Anat, pero la madre de Amirah niega con elegancia.
—Liam es un acertijo, uno complejo. —Trajo profundo sin perder la postura ni la sonrisa, no puedo flaquear frente a ellos. —Cada que veo hacia él, solo veo un alma pura y talentosa, pero no hay nada más, todo y todos los que lo rodea se vuelven borrosos. Tu futuro, jovencito, no ha sido escrito por el universo.
Mierda.
Todos los que escuchan a la reina Anat comienzan a murmurar. Los padres de Zephyr se ven mutuamente, procesando lo que acaban de escuchar, y no los culpo, ni siquiera yo entiendo de lo que esta mujer está hablando.
Mi mirada baila por todo el lugar, observando los rostros de Zephyr y Amirah, quienes parecen consternados, trato de mirar hacia otro lugar. —Mala idea— Mis ojos se cruzan con la mirada furiosa de Tristán, no necesito habilidades empáticas para saber que en estos momentos desea mi cabeza sobre una mesa. Si antes llamaba la atención, ahora soy un espectáculo de circo.
—Creo que Liam ya recibió demasiado protagonismo. —Amirah interrumpe el momento, y me toma del brazo. —Lo están agobiando.
Agradezco a mi amiga con una mirada. Zephyr es el siguiente en acercarse.
—¿Te encuentras bien? —Murmura, veo la preocupación es sus ojos.
—Descuida, todo bien, solo necesito encontrar a los chicos. —Digo, es la excusa más estúpida, pero espero sea suficiente para sacarme de aquí. Amirah señala un lugar en específico.
Bufo cuando veo a Harmony y a Sebas subiendo por las escaleras hasta llegar donde sus respectivas citas. Olvide que ellos vienen como acompañantes de Aiken y Ashanti. Ahora si quiero estrellar mi cabeza contra las paredes del lugar.
—Por favor, sería un placer si te sientas con nosotros. —La madre de Zephyr pide con amabilidad. No es un secreto que esto de la realeza no es del todo de mi agrado, pero ni yo soy tan idiota como para rechazar un pedido como ese, seria descortés en muchos niveles.