CAPITULO 27

“REYES Y REINAS PARTE 3”

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Liam

Sabes que las cosas están jodidas cuando todo a tu alrededor comienza a moverse en cámara lenta, cuando tu cerebro se desconecta de la realidad y tu cuerpo no responde, eso es justamente lo que está pasando.

Todos los presentes miran atentos a las cuatro entidades frente a nosotros. Me detengo a observar a cada uno de ellos, el que antes era una gárgola de piedra, ahora es un chico delgado con rizos rubios, sus rasgos son afilados, su nariz y su barbilla. Sus ojos marrones se pierden entre los mechones de cabello que caen sobre su rostro, y su sonrisa brilla de cierta forma que me causa escalofríos. Su postura es elegante, al igual que el traje que lleva puesto, sin corbata y sin los últimos botones de su camisa sin abotonar.

Mi mirada viaja hasta la chica de cabello corto, teñido de un borgoña que incomoda la mirada, su piel es blanca, sin vida, enormes círculos oscuros rodean sus apagados ojos, es como ver un cadáver de pie. Ella no sonríe, solo nos observa con desdén, el odio esta presente en sus ojos. Lleva puesto ropa para holgada, pantalones anchos, botas militares y una chaqueta desgastada, escalofriante en todos los sentidos.

El tercero es la bola de pelos que atacó a Zephyr, un chico de piel morena, cabello oscuro y desalineado y grandes músculos, los cuales están expuestos a simple vista, pues solo trae puesto un pantalón de tela verde. Una enorme cicatriz recorre la mitad de su rostro, a través de su ojo derecho hasta la comisura de sus labios. Su pecho sube y baja, no sé si es por el cansancio o solo por la rabia.

Detrás de ellos se encuentra la chica que salió de entre las sombras, sonriendo de oreja a oreja, no puedo ver sus ojos pues siguen cubiertos con los que parece un accesorio de encaje, su cuerpo esta lleno de joyas doradas, brazaletes, anillos y collares. Su cabello es oscuro y cae hasta sus hombros, enmarcando perfectamente su rostro.

La situación es confusa ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? Todos parecen tener las mismas preguntas, pero es el padre de Aiken, el rey Astigar, quien, al ver a su hijo tendido en el suelo con una horrible herida, se abalanza a preguntar.

—¡¿Quién carajos son ustedes?! —El sonriente hombre que atravesó el portal se fue, solo queda un sujeto con ira y una mandíbula apretada.

—Quienes somos no es relevante. —Contesta la chica de ojos cubiertos.

—Lo relevante es lo que queremos. —Continua la de cabello corto.

—Y lo que queremos, es al bebé. —Finaliza el rubio de traje oscuro.

—Entréguenlo y nadie saldrá herido. —Agrega el semidesnudo. —Opónganse, y todos aquí morirán.

Un silencio se genera en el lugar, hasta que es interrumpido por la amarga y descomunal risa del rey Astigar, todo el mundo observa al monarca con sorpresa. Su hijo está tendido en el piso, con la pierna abierta de par en par, acaban de amenazar a todo el mundo, y su reacción es morir en risa.

—Importa un carajo quienes sean, su castigo será. —Posiciona ambos brazos frente a él, mostrando sus antebrazos, los tatuajes que hay en su piel comienzan a brillar, liberando un aura que termina por materializarse en dos enormes hachas, las cuales hace bailar entre sus manos.

—Imbécil. —Se ríe el rubio. El rey Astigar no espera un insulto más y lanza una de sus hachas contra el chico, pero antes de que la arma impacte contra su cuerpo, el rubio levanta una de sus manos y detiene el hacha en el aire. Una sonrisa siniestra se forma en su rostro —. Como dije, imbécil.

Lo siguiente que vemos, es un borrón, un movimiento tan rápido que apenas es apreciado por nuestros ojos. El hacha del rey viaja por los aires hasta clavarse en el hombro de su dueño. Los gritos y suspiros no se hacen esperar. Acaban de herir a uno de los reyes, y todos los estudiantes comienzan a correr desesperados, los guardianes de la academia ingresan al salón con sus enormes lanzas, todo se acelera y yo apenas puedo registrar que es lo que sucede.

—¡Todo el mundo fuera! —Escucho el grito de Tristán, mientras trata de evacuar el salón.

La reina Lily se lanza al suelo, sosteniendo la cabeza de su esposo. La reina Agni, la reina Anat, la reina Ayana y la reina Maka se colocan en la primera línea de defensa. Las cuatro intercambian miradas rápidas, y con un simple movimiento de manos y un grito a unisonó los cuatro chicos terminan encerrados en un domo-prisión, pero al parecer el movimiento de las reinas no causa ni la menor de las preocupaciones en ellos.

—Necesitaran más que eso. —Habla, la chica de cabello corto.

Los cuatro levantan sus manos, y la mismas niebla negra comienza a rodearlos. Todos murmuran palabras en una lengua que no logro reconocer, sus voces se escuchan retorcidas, distorsionadas. La niebla negra aumenta y el domo-prisión comienza a agrietarse.

—Imposible. —Murmura la madre de Kenna. Pero antes de que pueda volver a exclamar, el hechizo que creó con las otras tres reinas cae a pedazos frente a sus ojos.

En el salón solo quedan pocos espectadores: Todos los reyes y reinas, a excepción de la familia de Aiken (los cuales fueron evacuados), todos los herederos, la directora Caena y para mi desagradable sorpresa, Demian sigue aquí. Todos observamos con detenimiento y sorpresa, como el potente hechizo de las reinas se cae a pedazos, frente a nuestras narices.