CAPITULO 30

“HERIDAS ABIERTAS”

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Kenna

Toda la vida he estado segura de mis acciones, incluso cuando la impulsividad me gana, lo cual suele pasar muy a menudo. Hasta hace algunos años culpaba a mis padres, la fusión de sus genes no podía resultar en algo más que en un ser lleno de energía y criterio rápido, pero luego nació mi hermana y resulto ser uno de los seres más cautelosos de la historia. Muchas gracias, Vera, por destruir la única excusa que puede darme paz mental en este momento.

Entre la organización de mi baile y la destrucción de este, olvide por completo desactivar la estúpida filtración de información. Ahora ya es tarde.

—Cerebritos, ambos, a su laboratorio, ¡ahora! —Salgo de mi estúpida crisis existencial interna y les dedico una mirada seria a la chispita y a su no novio.

—Por supuesto que tus garras tienen que estar clavadas en esto —Amirah levanta la mirada, su pecho en alto, sus brazo cruzados y ese típico gesto que hace con sus cejas cada vez que algo no le gusta.

—En otras circunstancias de la vida me encantaría discutir contigo, gatita —Sonrío sin perder la postura —. Pero resulta que en este momento tengo cosas más importantes que resolver — No espero respuesta por parte de la rubia. Salgo del laboratorio con prisa, me giro solo para asegurarme que los tortolitos me siguen.

—¿En que estabas pensando al revelar ese tipo de información, Kenna? Por una razón tu padre no la hizo pública.

Acelero el paso cuando el interrogatorio comienza ¿es tan difícil de entender que no hay tiempo?

No estaba pensando, en ese momento estaba sumamente enojada, quería sacar los ojos de Aidan con mis propias uñas, programe la filtración de información para revelarse días después del baile, el cual me haría muy feliz, tan feliz que me haría borrar el estúpido archivo. La autorreflexión no es de mis mejores virtudes.

—Chispita, espera a arreglar este desastre antes de comenzar a juzgarme —Murmuro en voz baja, mientras peleo conmigo misma para no dejar que el pánico llegue a mi garganta.

¿Fue estúpido lo que hice? Por supuesto que sí.

En el momento me pareció el escarmiento perfecto, pero ahora no lo parece tanto. Aidan cometió un error, uno terrible y ahora quien sabe cuántos lo saben.

Aidan siempre fue un guerrero prodigio y habilidoso, finalizó su entrenamiento y formación en tan solo cinco años, de los cuales dos fueron en Imperium. No fue sorpresa que llamara la atención de los profesores, del general de las fuerzas de roca escarlata y del más importante de todos, mi padre, el mismísimo rey.

No dudaron en asignarlo en una división especial, encargada de hacer frente a los grupos rebeldes del reino. Aidan era un bebé comparado al resto de los integrantes, fuertes y capacitados guerreros, con años de experiencia, pero la técnica y el talento de Aidan eran impecables y casi superiores a las del resto, ¿por qué estoy hablo en pasado? Quizá porque talento y técnica no aseguran la madurez, sabiduría y experiencia que traen los años.

No fue sorpresa enterarme que Aidan tendía a ser un presumido y arrogante. No lo culpo, si yo hubiera terminado mi entrenamiento en el tiempo que él lo hizo, me encargaría que cada alma en este mundo lo supiera y lo tuviera presente, pero fue su arrogancia la que lo condeno al fracaso.

Su división se encontraba en una misión especial, reconocimiento de un campo rebelde, su trabajo era únicamente observar, vigilar y regresar a su base. El campo se miraba débil, vacío, expuesto, fácil de doblegar. O al menos fue eso lo que pensó el joven oficial.

Regla número uno de la armada: Siempre sigue las ordenes de tus superiores, no importa lo poco que te guste, solo sigue las malditas ordenes de tus superiores.

¿Era tan difícil de entender?

Aidan decidió ir más allá, sobre pasar los límites e ingresar al campo enemigo. Varios de sus compañeros lo siguieron tratando de detenerlo, por desgracia, para cuando lograron alcanzarlo ya era demasiado tarde. El campo débil y vacío solo era un señuelo.

Decenas de rebeldes salieron de entre las sombras de las noche, rodeando la unidad especial. Ellos lucharon, hasta su ultimo respiro. La única razón por la cual dejaron con vida a Aidan, fue para enviar un mensaje a mi padre: Los rebeldes crecen con cada minuto, sus armadas aumentan, y en algún momento vendrán por las cabezas de los reyes.

El cuerpo de Aidan fue encontrado en medio del bosque, con su pierna terriblemente dañada y su coraje extinguido por completo. Su conciencia lo hizo hablar, y una hora después, fue expulsado del ejército, con completa deshonra. Mi padre sintió culpa por haberlo puesto en aquella división a tan temprana edad, y por eso mantuvo todo tan oculto como pudo, usando su influencia para darle a Aidan una nueva vida, una como profesor aquí en Imperium, una vida que seguramente acabo de destruir.

¿Cómo sé todo esto?

Documentos personales en el marco de Aidan, y una larga y extensa conversación con mi abuela, quien tiene mucho tiempo libre para conversar con los guardias y empleados de la fortaleza.

Da igual como lo supe, lo que importa es lo que hice con esa información, solo espero poder amenizar el impacto de esto.