Herederos, Origenes (lgbt) (editando)

CAPITULO 31

“AVALANCHA”

🌊❄❄🌊

Liam

Todo comienza a salirse de control, y no hay nada que podamos hacer para detenerlo. Los reyes y reinas se encuentran alterados por completo y aunque no los conozco bien, comienzo a ver patrones en ellos. La reina Anat se pone histérica y ansiosa, grita cuanto puede y ordena sin piedad; El rey Astigar se vuelve un completo déspota que no hace nada para ayudar, deseando que todo se resuelva por arte de magia, cosa que ni viviendo en este mundo va a pasar; La reina Ayana, al contrario, se encierra en su cabeza, solo deambula por el lugar, con la mirada centrada en un punto especifico, quizá buscando soluciones y respuestas; El rey Aspen trata de mantener los estribos, pero puedo notar su angustia, su enorme deseo por proteger a su familia lo consume, y al verse rebasado por la situación, cae en un poso profundo de frustración.

La que mejor lleva la situación es la rey Eira.

¡Por las mareas que sí!

Guarda silencio para meditar las cosas, pero no al punto de perderse en sus pensamientos, se mantiene atenta a su esposo y a su hijo, interviene para controlar a los otros reyes de ser necesario. No pierde la compostura e incluso sonríe en un intento de calmar a todos los herederos.

Me sorprendo de lo bien que he leído a todos ellos, sin abrumarme o absorbiendo parte de sus emociones. Es un hecho, mi control sobre mis habilidades empáticas mejora con cada día y no puedo estar más feliz por ello.

Siendo honesto desearía poder absorber el control que tiene la madre de Zephyr. Pues para ser alguien que lee y controla las emociones, estoy hecho un nudo de nervios, incluso siento como la ansiedad me respira sobre el cuello.

Deje el laboratorio luego de escuchar las demandas de los reyes. Zeph está en lo cierto, esto comienza a ser una guerra y él junto con el resto de los herederos se encuentran justo en el medio. No importa cuánto me haya pedido que deje de tratar de ser el héroe, no pienso dejarlo a él o a mis amigos a la merced de una deidad oscura.

No sé qué me sorprende más: Que haya llamado “amigo” a Aiken, o que tenga la seguridad y soberbia suficiente para tratar de enfrentar a una criatura extremadamente peligrosa.

Cruzo la plaza de los jardines pensando en posibles soluciones, repasando mentalmente cada uno de los libros que he leído. Me encamino hacia mi edificio, pero justo en la entrada me encuentro con Harmony y Sebas, veo en sus rostros la preocupación y la incertidumbre, vaya que las noticias vuelan en este lugar.

—¡¿Cómo se encuentra Aiken?! —Dispara a la primera la pelinegra.

—Se encuentra bien, todos se encuentran bien —Respondo —. De momento —Agrego.

—¿Qué sucedió, Liam? —Pregunta Sebas con sus ojos cristalizados.

Estos dos están tan perdidos como yo. Me siento responsable, fui yo quien los arrastro a involucrarse con la realeza.

—No estoy por completo seguro, pero al parecer los chicos están vinculados entre ellos, y como si eso no fuera lo suficientemente malo, también se encuentran atados a la isla —Ambos se miran entre ellos —. Cuando Ashanti trato de atravesar el portal, las heridas que provoco la gorgona en su cuello y rostro se abrieron, creando una especie de efecto domino que termino con todos ellos bañados en sangre y dolor. Una escena que realmente deseo borrar de mi memoria —Confieso.

Mi pecho se hunde al recordarlo.

—¡Maldición! —Murmura Harmony, reposando su cuerpo contra la pared. Está claro que la condición de Aiken la tiene angustiada, lo último que necesita el castaño en estos momentos es convertirse en una licuadora viviente.

—Despína —Pronuncia el rubio en un hilo de voz y con la mirada perdida.

—¿Qué dices? —Cuestionamos con Harmony al mismo tiempo.

Sebas abre su marco y lo extiende hacia mí.

—Ashanti y yo escribimos el algoritmo de búsqueda esta mañana, después de detener la noticia del profesor Ruadh —Explica —. Justo lo terminamos cuando su madre la llamo para encontrarse en la plaza central. Luego de dos horas el primer resultado apareció —Finaliza.

Mi atención va directo al marco de mi amigo, y por decimoquinta vez en el día, un escalofrió ataca mi cuerpo y lo recorre por completo al ver la imagen de una estatua negra, es una chica, vestida en harapos y con una venda en los ojos.

 —Es la gorgona, aquí parece sacada de una cueva, pero si es ella —Digo sorprendido.

—Déjame ver —Harmony arrebata el marco de mis manos y observa atenta la imagen con cautela.

—Su nombre es Despína, cuando vivía, perteneció al pueblo minera, hace mil años —Agrega el rubio —Su estatua se encuentra en un templo en las afueras de Yakutia, en Alemania. Pero me temo que es todo lo que pude encontrar —Manifiesta con frustración.

—Descuida, es perfecto, por el momento —Lo animo, llevando mi mano hasta su hombro.

—Esto se pone cada vez más oscuro —Murmura Harmony sin apartar la vista del aparato.

—Y se pone peor —Asevero, llamando su atención —Los reyes han llamado a las guardias reales de sus reinos, han cancelado las clases y ordenado que todos los estudiantes sean evacuados —Finalizo.




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