Herederos, Origenes (lgbt) (editando)

EPILOGO

 

🌊❄❄🌊

Liam

Luego de varias horas de vuelo sobre su lomo y un manto de invisibilidad, logramos llegar a las costas de Amalfi. Mi cuerpo se llena de escalofríos con cada paso que doy por las calles estrechas, reconociendo cada centímetro del lugar, recordando las memorias que creé hace años. Mi infancia está aquí, y lo estará siempre, no importa en lo que me convierta, nadie podrá sacar este pueblo de mi pecho. Nadie.

Zephyr observa con una sonrisa el pintoresco lugar, rodeado de construcciones antiguas, y adornadas con brillantes colores y plantas. Detengo mi camino cuando llego al lugar donde crecí, el lugar que guarda mis secretos. Observo su pintura blanca y su techo de teja, reparo en sus ventanas de madera y el pequeño jardín en frente. Camino hacia la entrada y me detengo frente a la puerta de color azul.

—Es un suerte que ahora sepas hechizos para abrir cerrojos —susurra Zephyr a mi espalda. Me giro con una sonrisa.

—Sí, podría usa un hechizo, o simplemente podría usar la llave —camino hacia una de las maceteras de la entrada y busco entre las flores hasta encontrar la pequeña pieza de metal. Zeph asiente con una pequeña sonrisa.

Deslizo la llave por el cerrojo y abro las puertas. La familiaridad me inunda y me llena. Reconozco el lugar de inmediato, sus colores, su decoración, el olor que lo llena. Zeph entra a mi espalda y no tarda en merodear. Su primer movimiento es acercarse a una de las paredes repletas de fotos de mi infancia. Su sonrisa se ensancha al ver al pequeño Liam.

Hago lo mismo, pero con otras piezas de la sala. Mis dedos se deslizan por una pieza de cerámica que hice en la escuela para mi mamá cuando tenia diez. Ella dijo que era hermosa, pero la realidad es que ser alfarero no está en mi destino.

—Ven —le llamo a Zephyr.

Él no duda en seguirme por las escaleras. Recorro el corto pasillo hasta llegar al final y abro la puerta de la izquierda. Lo hago con cautela y con cierto respeto. Mi cuerpo se llena de escalofríos cuando veo mi antigua habitación, repletas con las cosas que no pude llevarme. Hay posters de mis bandas favoritas en las paredes, varias piezas de colección de algunas series en los estantes. Un enorme librero repleto de libros de todo tipo. Hay decenas de fotografías, pero una resalta sobre las demás. Zephyr no tarda en fija su atención en esa.

—Esto pertenece a Liam, el chico que creció aquí por diecisiete años pensando que solo era un humano —comienzo —. Y esa es mi mejor amiga, Natalia —señalo la foto que tanto observar. Natalia me abraza como si no hubiera un mañana.

—Es hermosa —dice con sutileza.

—Es lo más cercano que tengo a una hermana, así que puedes guardar tus garras —suelto con gracia, sabiendo que una pequeña espina de celos le pincho en el interior.

Él deambula por el lugar, observando cada cosa con el mayor de los detenimientos. Me acerco a uno de los muebles y de uno de los cajones saco una pequeña caja de madera, la abro y tomo su contenido en mis manos. Mis dedos se deslizan por la pieza con el mayor de los cariños y luego me acerco a él una vez más.

—Sé que estas acostumbrado a los diamantes, al oro y a la plata —comienzo —, pero realmente me gustaría que tuvieras esto —le muestro el collar de conchas e hilo negro que yo mismo hice hace años. Él lo observa con detenimiento y luego una enorme sonrisa se abre paso en sus labios. Se gira dándome la espalda y entiendo lo que quiere. Me acerco y le coloco el collar alrededor de su cuello.

—La colección de joyas reales de mí familia solo acaba de agrandarse —responde con una sonrisa mientras toca el collar con sus manos —. Jamás me lo quitaré, lo prometo —se acerca y deja un tierno beso sobre mis labios. Luego se aleja y observo su extraña mirada.

—¿Qué sucede? —inquiero preocupado.

Zephyr se aleja un poco.

—Es solo que es extraño —confiesa —. Te amo y amo todo de ti, pero todo esto es nuevo, es algo que no conozco y realmente quiero hacerlo, quiero entenderlo.

Me acerco a paso lento y lo abrazo, rodeando mis brazos por su cuello.

—Lo harás, te contaré todo. Lo bueno y lo malo —replico. Zeph besa mi cuello.

El momento pudo durar más tiempo, pero el sonido de mi marco me saca de mi fantasía. Saco el aparato que había olvidado que traía conmigo y observo atentamente la alerta.

—¿Qué sucede? —cuestiona él preocupado.

Trago saliva con gran fuerza.

—Cuando Kenna y yo regresamos de enfrentar a Zahna —inicio —. Fuimos al laboratorio, allí le entregue una muestra de sangre a Harmony —su ceño se frunce —. Luego fui a mi habitación y tomé el cepillo de cabello de Demian…

—Una prueba de ADN —deduce con los ojos bien abiertos.

—La computadora estaba programada para enviarme los resultados… son positivos —confieso con un escalofrío a mi espalda.

Zeph aprieta con fuerza mi brazo.

—Demian sí es el hijo de Zahna…

Niego rápidamente.

—Demian es hijo de lo que había debajo de Zahna —lo corrijo. Él no tarda en fruncir su ceño —. En el ultimo segundo, cuando ella estaba completamente débil, pude sentir algo en su interior. Había alguien debajo de toda esa magia oscura.




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