Herederos por Contrato

Capítulo IX

“No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.”

Alejandro Dumas

***

Me quito los casquillos de mis audífonos para poder estar un momento en silencio luego de la alborotada noche que tuve con Thiago, realmente su actitud es lo que me deja sorprendida porque a pesar de que estuviera molesto, siempre se mantuvo sereno conmigo, es decir, que no hubo insultos o agresiones que provocarán que la conversación se saliera de nuestras manos; sin dudarlo es alguien quien termina por darme sorpresas pero al final del día, me sigo preguntando quién es en verdad.

Es cierto que es un hombre apasionado y sincero, pero a veces, oculta algunos rasgos que puedan lograr que entienda más sus puntos de vista; a esta altura, quisiera pensar que todo estará bien, pero en verdad, de nuevo no llegamos a ninguna solución, en vez de eso, él sigue de pie con su propuesta, mientras que yo, sigo con mi negativa de aceptarla cuando no la necesito, como también, dejarle entender que mi dignidad vale más que venderme como un objeto.

—Ay pequeño, sé que tu padre te quiere, pero realmente no sabemos cómo lidiar aun con esta situación. —Acaricio mi vientre plano.

De por sí, sigo anonadada al no creer como aquellas palabras llenas de amor y sinceridad salieron de él al explicar la razón por la que no quisiera estar alejado de nuestro hijo, desde luego, comprendo muy bien su perspectiva pero siento que un matrimonio no soluciona todo y más cuando este, tiene intenciones materiales de por medio que no producirán algo bueno, ya que la decisión no se ha tomado de forma madura, como a su vez, que esta dependa de estar enamorado uno del otro.

De seguro, seguirá insistiendo con su plan, pero no quiero seguir de esta forma cuando ambos podemos responder de otra forma. Algo se me debe de ocurrir, de todas formas, lo importante es que el bebé pueda salir más beneficiado que ambos y lo importante, que no salga dañado al ver sus padres como unos rivales o enemigos antes de verlos como personas que se respetan y lo aman de forma incondicional.

Me doy la vuelta y estoy a punto de apagar la lámpara de mi mesita de noche pero me cae una llamada por la aplicación Messenger, en donde enfoca la fotografía de mi mejor amiga de la infancia Cristina quien se encuentra al lado de su esposo que no es nada más y menos que mi primo René. Le quito los audífonos a mi celular para así poner en altavoz la llamada para no tener el teléfono en la mano y ser más sencilla la operación para que esta misma no se me llegue a dormir.

—Hola Cris, ¿cómo has estado? —Le pregunto mientras cierro los ojos.

—Hola Ru, todo bien por acá. ¿Alguna novedad allá? —Cuestiona.

Mmm, una novedad de la que nadie de mi familia se ha enterado aún, en donde luego de que sepan la noticia, sin dudarlo, querrán celebrarlo a lo grande al saber que estoy embarazada, aunque no tengo duda de que estarán interesados de conocer al padre del bebé y desde luego, la historia de como lo concebimos. En fin, todavía es muy pronto para dar noticia y más cuando aún es un feto, por lo que es mejor seguir teniendo el secreto para que pasen unas semanas más y pueda estar segura que el bebé crecerá con salud en mi vientre antes de llegar al mundo de los inmortales.

—Ninguna, todo bien por acá. —Intento escucharme segura. —Y ¿ustedes?

Cristina ha sido mi mejor amiga de la infancia y cómplice para cualquier secreto o travesura que haya hecho en mi vida; se podría decir que ambas crecimos en la misma ciudad, fuimos a la misma escuela y de por sí, ahora somos familia luego de que a mis quince años, ella empezará a salir con René, mi primo hermano. Nuestra amistad aún sigue a flote con el paso de los años, más cuando me fui de El Salvador para vivir y trabajar acá en Portugal, desde luego, siempre ha sido esa amiga con la que puedo contar y confiar en todo, pero para mi mala suerte, está será la primera ocasión que tendré que guardarle un secreto, en donde cuando se entere, no tengo duda que se preguntará los motivos que tuve para ocultárselo.

—Bueno, no todo está bien. —Enarqué la ceja.

— ¿Ha pasado algo de lo que no me he enterado? —Empiezo a ponerme nerviosa.

Hubo un momento de silencio que me preocupé por si había colgado la llamada, logrando que tuviera que alejar el celular para verificar si todavía seguíamos hablando, por lo que al ser así, hice una mueca para volver a poner el auricular en mi oído para escuchar la siguiente noticia que Cristina me tiene.

—Ayer fui a visitar a tus padres junto con René y Salvador… —Comienza a contarme —Sé que ya sabes que la salud de tu padre empeoró, pero aún sigue siendo fuerte a pesar de su condición, como también, que tu madre y tus hermanos, siguen apoyándolo sin dejarlo solo y sin compadecerse de él. —A pesar que me decía todo aquello, sé que no es lo que me tiene que decir. —Sin embargo, supe algo de lo que arruina esa bonita imagen de que ellos se encuentran bien.

—Dilo ya —el corazón empieza a latirme rápido.

Su tardanza ocasiona que no pueda quedarme un segundo más tranquila, ya que al conocerla y no decir rápido lo que debe de hablar, eso significa que es algo muy preocupante e importante que es difícil de aceptarlo.




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