Herederos por Contrato

Capítulo XXV

“Si queremos progresar, no debemos repetir la historia, sino hacer una nueva. Debemos añadir a la herencia dejada por nuestros antepasados”

Mahatma Gandhi

***

Aliso la falda de mi vestido en el instante en que dejo de verme en el espejo para ir hacia el tocador y poner mis pertenencias en mi cartera, hoy es mi primer día de trabajo y por supuesto, quiero dar una buena impresión de mi llegada a pesar de que el jefe sea mi propio esposo; doy un largo respiro en el que solo quiero pensar que aquí daré todo lo mejor de mí, me esforzaré para llegar hasta lo más alto y por supuesto, haré todo lo que tenga en mis manos para dejar una huella en Inversiones TS.

— ¿Cómo amaneció la mamá más hermosa del mundo? —Thiago abrió la puerta de nuestra habitación.

Quien hubiera dicho que nuestras primeras dos noches en nuestra nueva casa serían las más tranquilas de todas, más porque es un vecindario pacifico en el que no hay ruido, tenemos un hermoso paisaje de la costa del mar y el clima nos favorece a punto de que ya esté preparando el momento en que reunamos a nuestra familia para invitarla a la casa.

—Excelente. —Dije alegre.

Me doy la vuelta para poder quedar de frente de él, paso mis manos por sus hombros para poder estirar la tela y no quede la marca de la percha en su camisa. Se ve muy guapo que no me esperaba verlo vestido de una manera formal, aunque iba a ser tonto cuando no puede ir con sus famosas camisas polo o camisetas a su empresa cuando tiene que dar una buena imagen al ser el dueño; sin embargo, no me había preparado mentalmente para verlo así, algo dentro de mí pareció como si se hubiera estado enorgulleciendo al tenerlo como esposo.

— ¿Nerviosa? —Hago una mueca.

Creo que parte de mi vida y de mi personalidad es ser nerviosa en toda ocasión, bueno, últimamente lo he sido cuando he estado con Thiago, primero con el embarazo, luego con la presentación con nuestra familia, el matrimonio, la luna de miel, la cita con la obstetra y el día de hoy, con mi primer día del trabajo. Empiezo a creer que está nueva emoción seguirá formando parte de mí, porque sin dudarlo, los siguientes meses seguiré así hasta el momento oportuno que llegue las contracciones y el parto.

—Vivo de eso. —Rueda los ojos con risa.

—Bajemos a desayunar, me importa que te cuides mucho luego de lo que dijo la doctora sobre tu alimentación y el ovario poliquístico. —No me sorprende su preocupación.

Y como no estarlo si ha descubierto que además de que tendremos gemelos, he tenido tres abortos espontáneos de los cuales dos de ellos si fueron provocados por el ovario poliquístico, mientras que el otro, con sólo recordarlo, se me revuelve el estómago y no son por las náuseas o vómitos matutinos.

—Lo sé, no me lo debes de recordar. —Se percata de mi cambio de voz.

—Es que tú y los bebés me importan demasiado que no quiero que algo les suceda. —Aprecie su preocupación.

Pone la mano encima de mi vientre del cual el vestido lo sabe ocultar a la perfección a pesar que esté ha comenzado a crecer, siento como hace unos movimientos circulares en los que saca una sonrisa; aún sigue muy emocionado y feliz desde que descubrió que seremos padres de gemelos, aunque eso conllevo a que pasara a ser un padre sobreprotector y tuviera que estar pendiente en mi alimentación, medicamentos y peso.

— ¿Vamos? —Le señalo la puerta.

—Primero las damas. —Pongo los ojos en blanco mientras al dejarlo atrás sonreí.

Bajamos al primer piso para irnos al comedor que está dentro de la propia cocina, apenas llego cuando Thiago se encarga de poner los platos del desayuno en la mesa y luego se sirve un café mientras que a mí, me deja un jugo de zanahoria con naranja del que no estaba preparada para empezar así el día. Me senté en una de las sillas para esperarlo a él también para que se sentará y comiéramos juntos; apenas lo hizo cuando le dio un sorbo a su café a punto de que al agarrar los cubiertos, fue que inició nuestro desayuno.

— ¿Te puedo pedir un favor? —Asintió después de terminar de masticar. —En tu empresa, quiero que me trates como cualquier otro empleado, no quiero que los demás piensen que por ser tu esposa habrá favoritismo, quiero ganarme mis propios éxitos sin que pongas las manos en mi trabajo y que vean todos, que soy una más que se ganará la vida como ellos. —Le digo antes de que piense que puede darme un mejor trato solo por ser su esposa.

—No te preocupes, no pretendo ascenderte rápido. —Dice bromeando. —Pero hablando en serio, siempre te trataré como una empleada más en mi empresa, en eso no debes de temer cuando quiero que sepas que odio los favoritismos y a mis trabajadores les guardo respeto, integridad y equidad. —Espero que sus palabras sean ciertas.

—Te lo agradeceré mucho. —Me conformó por el momento.

De por sí, quiero comenzar con el pie derecho esté día, que nadie piense que porque soy la esposa del jefe iré con motivos de ordenar, como a su vez, de tener mejores privilegios que ellos. Nada de eso, si acepte la propuesta de Thiago en trabajar en su empresa, fue por necesidad, porque sé que le debo mucho sabiendo que trajo a toda mi familia a esté país que aún les es desconocido, añadiendo que, tengo que seguirme encargando de ellos, por lo que mi salario será repartido para mi familia, para los bebés y para las necesidades del hogar.




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