Herencia de Sombras

Capítulo 17: Ecos de una Mentira

Esa noche, mientras Kael dormía abrazado a su costado, agotado por la tormenta emocional, Naira no pudo cerrar los ojos. Observaba el techo de la habitación con la mente en ebullición.
Desde aquella conversación escuchada en la gala, algo se había agitado dentro de ella. Al principio fue desconcierto, luego sospecha, pero ahora lo que sentía era un peso abrumador: la certeza de que todo en lo que creían… estaba podrido desde las raíces.
¿Por qué los hombres no podían engendrar hijos? Esa era la “verdad” aceptada, repetida por generaciones: los varones eran estériles. Un milagro genético mantenía su nacimiento como algo esporádico, y sus vidas eran protegidas como tesoros vivientes. Pero, ¿y si todo eso era una mentira? ¿Y si alguien había decidido desde hace tiempo quién podía tener hijos varones… y quién no?
Kael podría no ser el hijo biológico de su padre.
Esa idea era un abismo.
¿Y cuántos más? ¿Cuántos de esos chicos bellos y cuidados, encerrados en mansiones, habían nacido por conveniencia política, económica, de poder?
¿Quién decidió todo esto?
¿Era el padre de Kael el líder de esta farsa? ¿O solo uno más entre los que sostenían esa gran simulación?
El sistema era cerrado, hermético. Pero había algo que podía empezar a abrirlo: los patrones. Si los nacimientos eran controlados, habría familias privilegiadas. Familias con acceso. Familias que, generación tras generación, mantenían hijos varones dentro de sus muros.
Se giró hacia Kael, aún dormido.
—Tenemos que hacerlo —murmuró para sí—. Descubrirlo todo. Aunque el mundo se venga abajo.
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A la mañana siguiente, Naira le compartió sus ideas a Kael. El muchacho la escuchó con atención, en silencio al principio, y luego asintió con una determinación que brillaba en sus ojos.
—Haremos un registro —dijo él—. Todas las familias que tengan hijos varones en la actualidad. Luego, cruzaremos eso con los nombres de quienes ocupan cargos importantes o tienen vínculos con el gobierno.
—Y también las fechas —agregó Naira—. Cuándo nacieron. Cuántos hay por década. Quiénes fueron sus madres. Si hay coincidencias…
—Encontraremos el patrón.
Esa misma tarde, transformaron uno de los cuartos de lectura en una sala improvisada de investigación. Archivos digitales, registros públicos, antiguas revistas de sociedad, artículos académicos: todo lo que pudieran conseguir sin levantar sospechas.
Era un rompecabezas gigante.
Pero ambos estaban decididos a armarlo.
Aunque les costara el alma.



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En el texto hay: amor fantasía acción

Editado: 18.04.2025

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