Hermanastros ( I libros )

Capitulo 08

En la entrada del baño, miró a Kate.

-Kate -dijo-, ¿tengo cara de que me interesa?

En ese momento, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Kate dejó de insistir y se paró frente al lavabo, aún con Sora en su mano. La tenía del cabello, y ella lloraba.

-Mi amor -le dijo a Kate-, ¿me haces el favor de recordarme en cuál fue? -dijo, mirándola.

-En el tercero -contestó, a punto de llorar.

-Gracias, mi amor -puso su mano en la mejilla de Kate, la cual ya recorría una lágrima-. No llores, ¿sí? -dijo mientras la limpiaba.

-Bueno, hagamos esto, pero antes las perras falderas de esta vengan aquí -se acercaron cuatro chicas, llorando y con miedo.

-¿Recuerdan lo que pasó aquí, cierto? -ellas asintieron.

-Bueno, esto pasará ahora. Sé que ella -levantó del pelo a Sora, acercándola a su rostro- fue la que le hizo eso a Kate, pero como todas ustedes fueron cómplices al agarrarme para evitar que hiciera algo, para evitar que metiera la bella carita de mi amiga en ese baño... todas ustedes lo harán solitas. Porque supongo que no querrán que lo haga yo, ¿cierto?

-No -dijeron las cuatro.

-Bueno, hagan fila como hormigas lame culos que son de esta y metan sus caritas en el tercer baño, ¿entendido? -ellas asintieron y hicieron lo que dijo.

-¿No crees que es demasiado, Paulina? -dijo Kate.

-No -la miró-. Esto es para que todos los de este lugar sepan que no se metan contigo. Si tan solo hubiera sido yo la que le hicieran eso y a ti agarrada, hubiera sido muy diferente... Pero fuiste tú. -Miró a las chicas-. Háganlo.

Llorando, una por una, metieron la cara en el baño.

-Perfecto. Ahora va la perra mayor, muévanse -dijo, quitando a las cuatro de su camino.

-Por favor, no lo hagas -dijo llorando Sora, aún desnuda.

-Ay, esas palabras -dijo, mirándola-. Ay, esas palabras. Recuerdas que esas mismas palabras dijo mi amor cuando me tenían agarrada tus perras, ¿dónde está Kate?

-Por favor -dijo de nuevo.

-Nop -dijo simple. La agarró, la llevó al baño y la metió ahí.

-A ver, contemos, fueron exactos 97 segundos los que estuvo Kate aquí. Hubieran sido más si no me libero de las tres perras que me tenían, ¿cierto, Kate?

Kate asintió llorando.

-Bueno, contemos. 1, 2, 3... -contó hasta llegar a 97. En todo ese tiempo, Sora forcejeaba para que la soltara. Cuando terminó de contar, la sacó. Sora tosía y respiraba acelerado, mientras Paulina reía macabramente.

-Bueno, espero que lo tengas claro ahora, que con Kate nadie se mete y sale bien librado.

-En serio, se ve malditamente sexy siendo una perra -dijo Matt.

Me miró a mí, luego de soltar a Kate.

-Vas tú, no creas que se me olvida el puñetazo que le diste ese día.
Me dio miedo y miré cómo se acercaba a mí. Me pegó en la cara, exactamente en el mismo lugar donde le di a Kate. Caí al suelo, sobándome la cara. Pegó fuerte, y eso que aún no se transforma. Cuando lo haga, su fuerza aumentará más.

-Bueno -dijo ella, mirando a Kate, un mar de lágrimas-. Ya acabé. ¿Nos vamos, Kate?

Ella asintió y salieron de ahí. Todos se apartaban cuando pasaban. Me levanté y salí de allí.

(...)

Ya estaba en casa. Parece que mis padres se enteraron de lo que ocurrió en el instituto, porque esperaban a Paulina, enojados. La puerta se abrió y ella entró.

-Ya vine -dijo. -¿Contenta?

**

Paulina Moon

Entré a la casa después de dejar mi moto en el garaje.

-Ya vine -dije al entrar. Erika, mi padre y Fabricio estaban en el living, esperándome. -¿Qué pasa?

-¿Qué pasa? ¡¿Qué pasa?! -dijo mi padre, claramente molesto-. ¿Qué fue lo que pasó hoy en el instituto?

-Ah, eso... -dije mientras terminaba de entrar-. Solo puse en su lugar a una estúpida que le hizo daño a Kate -respondí con simpleza.

-Varios chicos han venido diciendo lo que pasó. Estás en boca de todos -dijo furioso.

-¿Desde cuándo eso importa, padre? -le respondí-. Sabes que con Kate nadie se mete. Ella lo hizo -señalé a Fabricio-, y lo pagó con lo mismo.

-¿Qué, también le metiste la cara en el baño? -dijo irónicamente. Yo reí.

-No, le pegué un derechazo. A Sora solo le hice lo que ella hizo -contesté-. ¿Qué hay de malo en hacer que paguen lo que hacen? Para que sientan lo que Kate sintió. Casi muere por tragar esa agua, y eso que no dejé que se ahogara... Recuerden que Kate tiene problemas de respiración, y eso fue lo que más me molestó. -Mi papá me miró fijamente.

-Tienes razón, pero estaba desnuda -reprendió mi padre-. Y ahora muchos dudan de que tú seas su alfa.

-Aaaaaah, ¿ese es el problema? -levanté el dedo índice-. Uno: estaba desnuda porque se transformó y se iba a lanzar a él, el inútil -señalé a Fabricio como si fuera lo más común del mundo. Él estaba de espaldas-. Podía matarlo así, pero solo aproveché la oportunidad que la Diosa Luna me dio para hacerlo con ella y sus perritas solas. Pero no se dio. Y segundo -levanté otro dedo-. El día de mi cumpleaños explicaré mis razones de por qué lo hice, y entenderán, al igual que tú, papá. No te preocupes.

Me acerqué a él y le besé la mejilla.

-Bueno, voy a mi cuarto. Este estúpido tiene la cara dura -les enseñé mis nudillos, que estaban lastimados por el golpe que le di-. Voy a curarme, nos vemos.

Erika, mi papá y Fabricio rieron.

(...)

Ya mañana es mi fiesta de cumpleaños. Todo está listo. El discurso que daré para que perdonen "mi falta" y para mi transformación...




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