Lixue Chen se encontraba de pie en aquella habitación oscura solo iluminada por algunos focos blancos que aunque brillantes, no servían para iluminar el rostro de las personas frente a la chica, sentadas frente a un gran escritorio de caoba negro sobre los que descansaban hojas blancas y afiches de se busca que mostraban desde fotos hasta imágenes de personas.
Pese a la poca luz, la chica sabía que las expresiones de los tipos serían las de siempre, frías y despiadadas.
—Ripper— Dijo una voz que Lixue en algún momento pudo relacionar con un sentimiento de miedo pero que ahora solo le generaba respeto, al fin y al cabo, había sido como un padre para ella— ¿Sabes quién es?
—Sí señor, he escuchado de él, el caso de mi compañera Lou—Afirmo la chica, con seriedad— Un asesino serial que se centra en héroes y agentes por todo el mundo ¿Verdad?
—Así es, es una información que solo tenemos las academias y algunas de las empresas de héroes, ya sabes, para no causar revuelo entre los civiles y por eso te pido discreción, aunque en esta línea de trabajo, es algo que ya sabes— El hombre hablo con seguridad mientras la chica asentía.
—Hemos seguido sus pasos hasta Ciudad Central, en América— Informo el hombre, mirando los papeles frente a él— Aun no tenemos sospechosos y con el torneo a la puerta de la esquina, seguro el asesino pensará estar en una especie de banquete de todo lo que pueda comer.
—Lo atrapare, señor.
—Lo entiendes rápido— El hombre le miro, logrando mirar aquellos profundos ojos castaños— Este trabajo es importante para nuestro grupo ¿De acuerdo? De todas formas, si es demasiado para ti, puedes retirarte del torneo. Los deseos del Grupo Lóng Qiáng no tienen que ver con nosotros.
—No lo defraudare, señor, lo atraparé y ganare el torneo— Dijo la chica con seguridad.
—Lo sé.
Esa conversación se repetía una y otra vez en su cabeza, provocándole escalofríos mucho peores que los del frio viento de invierno azotando su rostro, todo mientras las luces de la calle y de los grandes edificios en Ciudad Central se reflejaban en sus lentes especiales de agente.
Pese a que solo participo en el torneo como actividad de intercambio y que ella misma había tenido tiempo para investigar en los días anteriores, la verdad es que si se sentía patética de no haber encontrado de una sola pista justo cuando prometió que atraparía al asesino frente a su líder.
Por lo que había logrado robar hace poco de la Sociedad de Oro (SDO), el asesino ya debió haber desaparecido a un par de hombres de entre sus filas.
La chica era de tez acaramelada, de cabellos morenos largos atados en un bollo que dejaba sueltos algunos mechones que caían alrededor de su rostro. De ojos rasgados, ojos oscuros, labios gruesos y nariz respingada. Tenía algunas pecas en su rostro y una cicatriz en forma de estrella en su mejilla derecha.
Portaba el uniforme especial del Grupo Lóng Qiáng, un uniforme de Tai chi de color blanco con líneas azules en los bordes, debajo de esta, una playera blanca, hecha de materiales especiales que les otorgaban defensas especiales. Su pantalón también era azul y sus botas eran blancas con listones blancos. Su escudo escolar estaba a su espalda que era una lanza de punta morada enterrada en el suelo, rodeada por un par de dragones de color negro.
Su grupo no representaba a la escuela pero era fácil no llamar mucho la atención con ese uniforme, pues al final del día, era una estudiante del programa de héroes.
—Te encontraré— Dijo la chica saltando entre los techos con gran habilidad.
Mientras tanto, en la oscuridad un chico con bastón miraba con atención a aquel asesino encapuchado quien acaba de matar a otro agente cortando sus manos con un arma punzocortante.
—Tú debes ser Ripper ¿No? He escuchado de ti por otro hombre que se dedica a lo mismo que tu— Ramsés hablo con tranquilidad, como si no supiera lo peligroso que era ese asesino. Aun esbozaba una sonrisa tranquila y amable— He encontrado varias de tus… Escenas por todos los túneles.
— ¿Y tú quién eres?— Dijo el encapuchado. Su túnica estaba bastante rota.
Ramsés era un chico de diecisiete años, de ojos negros, cabellos negros bien cortos, tez clara, nariz respingada, labios gruesos y una complexión atlética pese a su bastón metálico.
Ese día llevaba una camisa blanca, unos pantalones de color caqui, unos pantalones negros bien boleados y una boina del mismo color que sus pantalones. Llevaba unos lentes sin aumento para aparentar.
—No, no soy un héroe o un agente para que quede claro, solo soy el líder de los Oscuros, un grupo aparte y me llamo Ramsés ¿Cómo te llamas tú? ¡Es broma!— Bromeo el chico de forma amable.
— ¿Ripper, me llamaste? Pues eso, mi nombre— Respondió la sombra. Ramsés logro notar una sonrisa bajo la sombra de su capucha.
—Escuche que vas por ahí matando agentes de la SDO ¡Que interesante! Apuesto a que estas molesto con este horrible sistema ¿No? Por eso tratas de romperlo— Ramsés se mostró muy empático en ese momento— ¿Qué te parece si derribamos a la ciudad de manera más directa? Únete a…
La sombra soltó una fuerte risotada que reboto en las paredes del antiguo metro subterráneo.