Hermandad: Cazadores (vol. 1)

Encontronazo.

— ¿Y a dónde iremos?— Preguntó Orlan con interés mientras miraba los puestos callejeros y los locales donde las luces aun le daban ese aire festivo del torneo. La gente realmente se emocionaba por eso— ¿Tierra a Vania? ¿A dónde vamos?

—Ah, perdón, leía el documento que me mando Javier sobre los restaurantes que recomienda— Dijo Vania, apartando la mirada de su celular.

—Acabo de ver un lugar bastante elegante allá atrás ¿Saben?— Aseguro Chandler, señalando hacia atrás, justo hacia el edificio donde estaba su departamento.

—Seguimos siendo estudiantes y al menos yo no tengo tanto dinero para ir a lugares elegantes— Contrarresto Vania, mirando de reojo a su amigo— A menos que me quieras invitar a comer, entonces no me negaría a...

Los dos miraron a Orlan.

—No se hagan muchas ilusiones ¿Quieren?— Este levanto sus manos en señal de rendición— Es verdad que me pagan un poco más como profesional y como parte de los Tops pero no tanto como creen.

—Bueno, la primera en la lista está cerca— Dijo Vania que termino de buscar la localización por internet— Dice Javier que tienen muchos platillos originarios del continente y también versiones de nuestros platos típicos.

—El punto es comer cosas diferentes— Señalo Orlan.

— ¡Confirmo!— Complemento su amigo.

—Bien, entonces vamos para allá, de menos, hay cosas típicas de acá— Dijo Vania quien los guiaría hasta el lugar.

Los chicos siguieron caminando entre bromas y risas mientras contemplaban las calles aun adornadas con lámparas de papel muy bonitas, listones con los diferentes colores representativos de cada academia, los escudos de estas y de la SDO y otras tantas empresas conocidas de héroes que patrocinaban el torneo. Incluso había peluches conmemorativos, llaveros y demás cosas que se venden en este tipo de eventos. Esa calle era de las principales así que el ambiente era todavía más vivo que en otras calles.

—Es tan agradable como el que celebraron en casa hace dos años— Admitió Chandler, sonriendo con añoranza.

—Cierto— Orlan esbozo una sonrisa.

— ¡Es aquí!— Dijo Vania, señalando el local.

—Tiene buena pinta— Orlan lo observo con atención mientras ponía los brazos en jarra. 

Era un local de dos pisos, con adornos por fuera siguiendo la temática del festival y que por dentro denotaba un ambiente tranquilo, al menos más tranquilo que en otros lados. La gente charlaba y los meseros estaban bien vestidos cosa que hizo sentir mejor a Chandler con respecto a su propio outfit.

Sin pensarlo mucho, entraron y al instante, un chico los llevo a su mesa con amabilidad.

— ¡Qué bueno que nos tocó en el segundo piso!— Dijo Vania mirando por la ventana. Las luces de la ciudad eran hermosas y la hacían revivir memorias en esa ciudad, siendo ella misma originaria de Ciudad Central aunque jamás estuvo mucho tiempo ahí.

—Por cierto, ese Javier ¿Es tu novio?— Preguntó Orlan, interesado.

— ¿Eh? No, es un viejo amigo de cuando vivía aquí— Le explico la chica, sin mostrarse sonrojada o nerviosa por el cuestionamiento, pero si por la persona que la había hecho— No te preocupes…

—No lo hago, solo me dio curiosidad— Confirmo el chico con su tranquilidad de siempre.

La sonrisa de Vania se quebró un poco… Pensar que lo habría preguntado por celos era demasiado bueno para ser cierto.

Chandler solo podía negar con la cabeza al verlos, entonces se concentró en la carta del restaurante y tras unos segundos, hablo— Creo que me quedare con las enchiladas, tienen un nombre raro ¿No les parece? En-chi-la-das. ¡Ja! Hasta es curioso pronunciarlo.

Chandler era el único que estaba usando aquel aparato conocido como Locutor, el cual estaba compuesto de un micrófono que escucha y que al estar conectado a la red, traducía de forma instantánea para el usuario, así mismo, escucha la voz del usuario y la traducía copiando los movimientos de sus cuerdas vocales para igualar los tonos y que no se escuche robótico. El único inconveniente es que si el usuario hablaba más fuerte que el aparato podría volverse un problema.    

—Son deliciosas pero ten cuidado, pican si no estás acostumbrado…— Comenzó Vania.

— ¡Puedo manejarlo!— El chico hablo con orgullo.

—Bien, entonces yo iré por unos chilaquiles…

— ¿No son lo mismo que las Enchiladas?— Preguntó Chandler comparando ambas fotos.

— ¡No son lo mismo!— Se quejó la chica.  

—Me parece que probare los famosos tacos de pastor. Se ven bastante bien y el agua de horchata también— Orlan de verdad estaba interesado en los tacos, entonces miro hacia la ventana pues la luz de la ciudad pareció deslumbrarlo unos segundos.

No pudo evitar pensar que pese a lo hermosa que era la ciudad, por debajo no era más que desechos pútridos de gente que se cree dueña de la vida de las personas. Si tan solo todo brillara por igual…

El chico no pudo evitar notar algo extraño en los techos de los edificios de enfrente. Una sombra moviéndose y la causante del destello, seguro.



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En el texto hay: misterio, heroes, asesinosenserie

Editado: 18.03.2024

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