—L-lo... Hiciste muy bien— Nina trato de gritar con todas sus fuerzas pero no solo la voz de sus hermanos, sino de toda la gente que estaba a su alrededor termino por opacarla.
— ¿Dijiste algo?— Preguntó Aylin quien noto que movió su boca.
Nina negó con la cabeza, sonrojada.
— ¡Ah, tienes un gato!— Iris no se había detenido a ver a Aylin hasta ese momento, notando que tenía cargando a un gato pequeño— ¡Es hermoso! ¿Cómo se llama? ¿Quién es adorable? ¿Quién es adorable? ¡Mira, Nina!
Nina miraba al gato con los ojos muy abiertos ya que si era muy bonito. En realidad ella jamás había visto uno más que en libros.
Ella lo toco y sus ojos se iluminaron. Era cálido y suave ¡Muy suave! Sus ojos hermosos estaban clavados en los de ella y su pelaje se movía de forma hipnótica cada que pasaba sus manos por él.
—Ah, claro, a ellas también— Johan hizo una mueca al ver que el gato se dejaba acariciar y pudo jurar que el gato le miro de mala forma.
—Bueno, ahora que hiciste un buen trabajo ¡Te invitaré a comer como premio! ¡También te invitaré a ti, Aylin! ¡Y al señor gato también! ¿Cómo se llama? Espero que lo dejen entrar— Iris no sabía si lo dejarían entrar en algún restaurante.
—Mejor compra algo para casa y comemos todos ahí— Sugirió Johan.
—Bien ¡A la tienda de conveniencia!
—Ya tendrás oportunidad de decir su nombre— Le dijo Johan a Aylin quien se vio desanimada al no poder decir el nombre que escogió para el gato.
—Si…— Aylin termino sonriendo un poco.
Pese a que el tema ya había pasado para todos y pese a que el gato le encantaba, Nina aun debía felicitar a su hermano por haber ganado. No sentía que lo hubiese hecho.
Los chicos salieron de ahí con algo de problemas pues la gente aún no comenzaba a salir y muchos aun trataban de entrar incluso cuando el juego había terminado.
A Nina le gustaba ver a la gente emocionada y pese a los empujones, nunca se sintió incomoda o mal, además de que iba de la mano de sus hermanos. La cosa es que solía engentarse con facilidad debido a que escuchaba sus voces de vez en vez, como susurros.
Por otro lado podía sentirse segura con sus hermanos. Ella siempre había querido una familia y desde que los conoció, no podía evitar sentirse en una.
Donde estaba antes, la gente la cuidaba pero jamás iba más allá de cuidados básicos, le daban lo que quería, le daban comida, la dejaban dormir pero cuando llegaba el momento, nadie hacia nada para detener el sufrimiento que le provocaban.
Y ahí, con ellos, nadie quería hacerla sufrir y todos estaban con ella.
Santiago siempre cuidaba de ella, le daba de comer y le enseñaba cosas, mientras que Johan le enseñaba a tocar la guitarra y aunque no era buena, nunca se enojaba con ella e Iris era quien siempre buscaba abrazarla y se sentía bien estando con ella. A veces también le enseñaba cosas pero no le salía bien y eso también la ponía contenta.
Aylin y Johan iban frente a Iris y Nina, hablando sobre la competencia y el cómo se estaba preparando Aylin para la carrera de obstáculos que era el día siguiente.
—Me pregunto si ya son novios ¡Ya deberían serlo!— Iris hablo en voz alta y miro a Nina— Sería lindo ¿No crees? ¡Hacen hermosa pareja! Aunque no estoy lista para dejar ir a mi hermano menor.
Nina negó con la cabeza. No entendía muy bien pero tampoco quería dejarlo ir.
—Ya veo— Iris se rio.
Nina se dio cuenta de algo y apretó la mano de Iris.
— ¿Se aflojo?— Iris le miro con nerviosismo— ¡Chicos, agarren lo que quieran de la tienda! ¡Los alcanzamos en un segundo!
— ¿Todo bien?— Johan parecía querer acercarse.
— ¡T-todo bien, solo adelántense!— Iris le detuvo y jalo con suavidad a Nina.
Johan se preocupó pero no tuvo más opción que hacerle caso. Aylin también se mostró preocupada pero Johan le arrastro con él.
Iris estaba sujetando lo mejor que podía el pie ortopédico de Nina detrás de uno de los edificios cercanos.
—Lo siento, de verdad— Iris se sentía avergonzada— Johan y Santiago lo hacen genial pero yo no puedo hacerlo ¡Si te soy honesta, me da miedo apretarte mucho! No, bueno, disculpa ¡Estoy hablando tonterías!
Nina sonrió un poco mientras se estaba sosteniendo de los hombros de Iris para no caerse.
Iris paso sus dedos por el pie ortopédico, un artefacto que simulaba de forma perfecta un pie, tanto en apariencia como en función, sin mencionar que estaba recubierto de un polímero que simulaba la piel. No podías darte cuenta de que es falso hasta que veías de cerca los pliegues de movimiento.
—Prometo que no te pasara nada de nuevo— Iris todavía estaba molesta con su hermano mayor. Más bien se sentía frustrada de que no le hayan avisado de los problemas y de que ambos hayan terminado heridos.
Santiago actuaba tranquilo pero aún estaba herido y ella había perdido un pie.
Nina apretó un poco más fuerte sus hombros.