Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Justicia.

El campo de batalla forja el carácter, quiera uno o no y Masayoshi era una prueba viviente de ello.

La misión de Japón actualmente era formar una única súper ciudad que recorriera toda el área de la isla y pese a haber recuperado las ciudades y centros más importantes, aun les quedaba un largo camino para llegar a eso, no solo socialmente, si no refiriéndonos a la cantidad de Blogumas que habían logrado asentarse.

Los doragon gundan o Ejército del Dragón, del que formaba parte Masayoshi tenían como única misión, matar Blogumas sin parar con tal de liberar espacio en las ciudades y centros rurales de la nación.

Y muchas veces no solo tenían como misión matar Blogumas, si no a algunos rebeldes que fueran en contra de la Ciudad del Sol Naciente, el nombre provisional de su súper ciudad, todo esto, en alto secreto, por supuesto.

La sociedad y el resto del mundo no tenían idea de las guerras civiles pues no había cabos sueltos gracias al Ejército del Dragón.

Además no eran simples soldados entrenados con poderes, habían sido modificados gracias a la biotecnología para potenciar su poder y con ello, ser los guerreros perfectos, al menos hasta ese momento.

Con el tiempo Masayoshi dejo de sentir emoción al matar, ni pena, ni alegría, nada, solo otra muerte más.

—Eres militar ¿No? Reconozco esa forma de caminar en cualquier lado— Dijo Konrad quien llevaba una chamarra azul gruesa y unos pantalones de mezclilla raídos— ¿Qué pasa? Te ves desganado…

En ese momento, el chico estaba delgado, aún estaba en forma pero se veía pálido y su ropa estaba mugrosa. Vivía mantenido por el gobierno pero aun así, era bastante descuidado consigo mismo ahora que no había razón para vivir.

Cuando aquellas guerras terminaron permitieron a los guerreros regresar a su casa aunque debían ser cuidadosos, y que había vigías cerca siempre, esperando que no cometan traición y decidan hablar de todos sus “trabajos”.

Masayoshi había matado al suyo pero no tardaban en sustituirlo pese a que él mismo aseguro que no diría nada.

— ¿Y qué?

—Seguro has pensando que tu vida ya no tiene sentido ahora que ya no tienes a quien matar— Le dijo el hombre observándolo con atención—   Ahora que has perdido a todos tus compañeros.

— ¿Tu que vas a saber?— Masayoshi saco su espada.

—Yo también soy de Dragón— Dijo el hombre, mostrando su tatuaje negro en el cuello— Y resulta que puedo darte motivos para levantar la espada de nuevo ¿Qué te parece?

— ¿Traición? Será mejor que…

—Claro que no, yo amo este país tanto como tu…

—Eres extranjero.

—Pero crecí aquí— Dijo el hombre sin moverse, pese a lo peligrosamente cerca que estaba la espada de Masayoshi de su cuello— Lo importante es que no, no quiero traicionar al país, más bien quiero cambiarlo.

— ¿Cambiarlo?

—Las guerras, quiero abolirlas ¿Me entiendes? No solo aquí en Japón, si no en el mundo— Konrad sonrió al notar que Masayoshi había apartado un poco su espada, interesado— Te contaré quien está detrás de las guerras, quienes las ocasionan y lo que es más importante, como podemos eliminar la guerra del mundo.

Masayoshi lo escucho y lo entendió.

Los soldados enemigos no eran los malos, si no aquellos que dirijan ambos ejércitos, la gente de arriba que ni de sus sillas se movían. Ellos habían creado las guerras y con su muerte, se eliminarían.

Al final Masayoshi comenzó a matar peces gordos, gente involucrada en las guerras de territorio y también mataba a la gente que pese a tener poder no hacía nada, esto con ayuda de Konrad y algunos simpatizantes.

Pero Heilóng, otro grupo en las sombras comenzó a perseguirlos por ser una amenaza para el mundo y sobre todo para China utilizando a sus efectivos más peligrosos: Las Cinco Sombras.

La gente no los conocía pero los que sabían de ellos sabían que eran tan de temer como un héroe top.

Eran monstruos.

Al final Konrad y los supervivientes tuvieron que escapar pero no habían dejado de lado su idea de detener los combates y las guerras.

Eso los llevo a los Oscuros, un grupo de niños que pensaban cambiar el mundo con palabras, cuando el único idioma que los humanos han entendió durante tanto tiempo, es el de la guerra.

El de la muerte.

Según Konrad, aquellos que solo bajo influencia del miedo actúan, no actúan de corazón y son escoria. Y eso es justo lo que son los Oscuros.

Los que solo asesinaban sin razón también eran escoria, por supuesto así que para ellos, todos estaban equivocados.

—Mi misión es tomar este punto así que podría dejarte ir vivo— Dijo el hombre mientras acomodaba mejor su gorro y le sonreía a Shadow— Solo no te vuelvas a entrometer en mi camino.

Un par de agujas fueron hacia él pero este las corto en el aire— Es una pérdida de tiempo que lo digas.

Masayoshi se giró para cortar a Shadow quien lo había atacado de forma directa en la espalda pero no paso, pues se fundió en la sombra del espadachín en el ultimo momento, acto seguido un aerosol se propago desde abajo, lo que hizo que este se apartara muy rápido, cubriendo su cara.




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