Wingo se arrojó contra Berserker lanzando fuertes golpes que si parecían hacer retroceder al hombre mientras este hacia lo mismo, generándole heridas en la piel bastante profundas. Ninguno se centraba en la defensa, solo querían que el otro cayera.
Un combate con todo lo que tenían era lo que hacía hervir a Wingo pese a que el mismo lo odiara admitir.
Shadow no podía evitar pensar que Wingo caería primero. Al fin y al cabo la sangre que salpicaba al suelo y las paredes solo era de él.
— ¿Te preocupa tu amigo? Pareces más humano de lo que pensé— Señalo Masayoshi envainando su espada.
—Te mataré pero si él pierde, ese grandote vendrá por mí y parece ser una masa de músculos muy enojada y estúpida que no tengo idea de cómo matar— Shadow hizo una mueca.
A Masayoshi le pareció curioso que lo llamara de esa forma porque, de hecho, así lo llamaban.
Kiyotaka era un chico con el único poder de ser muy fuerte pero había nacido enfermo, una enfermedad neurodegenerativa que impedía que madurara con naturalidad, por lo que pese a enlistarse en el proyecto con el único propósito de ayudar a la gente, su mente aún era la de un niño, uno muy pequeño que era muy idealista.
A los de arriba no les importaba, la verdad es que mientras más tontos, mejor ¿Qué más da si no estaba sano de sus facultades mentales o si era un niño mentalmente? Era fuerte.
Masayoshi y varios de sus amigos lo veían como una pequeña luz. Nunca se quejaba pese a que las operaciones eran dolorosas, nunca dejaba de sonreír y siempre les recordaba porque estaban haciendo eso.
Lastimosamente eso no les gustaba a los altos mandos, así que convirtieron al inocente y amable Kiyotaka en alguien con nulo control de sus emociones y que más bien parecía un monstruo descontrolado.
Un muro de músculos estúpido.
Era el único que no fue regresado a su hogar una vez que terminaron las guerrillas, fue el único que fue encerrado, siendo tratado como un monstruo durante mucho tiempo pero no le importó.
Pese a su apariencia, aun guardaba algo de esa luz infantil.
Le gustaba disfrazarse, ayudar y los dulces.
Masayoshi por poco corta la cabeza de Shadow, generándole una herida en el cuello.
Este mundo era demasiado injusto ¿Por qué alguien como Shadow podía matar a diestra y siniestra pero alguien como Kiyotaka no poda volver con su familia?
Los Oscuros también eran hipócritas. No merecían todo aquello en lo que habían trabajado.
— ¿Qué pasa? ¿Ya no sales?— Masayoshi salpico la sangre de su espada al suelo.
Berserker golpeo el estómago de Wingo, doblándolo, entonces le golpeo en el rostro de forma directa y acto seguido le dio una palmada en el pecho que lo hizo retroceder y caer al suelo.
Wingo escupió sangre.
—Este combate es muy emocionante— Admitió el Bloguma limpiando su boca— La verdad es que odio pelear pero tampoco puedo negar que lo disfruto un poco… Al menos, esta vez no estoy peleando para nada, sino para defender algo que quiero proteger.
—Yo… También— Dijo Berserker. Su rostro no cambio.
Wingo sonrió. Entonces no podía echarse atrás.
Shadow comenzaba a pensar que no ganarían por lo que debían hacer algo pero ¿Qué? ¿Huir? Si lo hacían… Este lugar era importante, no por nada los miembros más fuertes lo cuidaban.
Shadow frunció los labios con desaprobación. Ahí estaba, preocupado por la operación pese a todo lo que podría pasarle al final.
Tuvo que materializarse lejos del espadachín, entonces la lanzo un montón de jeringas que el tipo evito, cortándolas en el aire, aunque liberando aquel vapor que el tipo evito, retrocediendo un poco.
El que ahora hubiera un gran agujero en una de las paredes dejaba ir su vapor con más facilidad.
Sin mencionar que los movimientos de esos monstruos removían el aire en el interior de la sala.
— ¿Cuánto tiempo más duraras?— Preguntó el espadachín.
Shadow Lo odiaba mucho.
Wingo tampoco duraría.
—Puedo dejarlos ir— Dijo Masayoshi, llamando la atención del asesino en las sombras— ¿Te interesa?
— ¿Cómo así?— Shadow se materializo.
—Sabía que te interesaría— Dijo Masayoshi, irritando a Shadow— Bueno, solo váyanse, dejen este lugar y todo estará bien. Diré que fueron más fuertes de lo que pensé y que huyeron.
— ¿Ah sí? ¿Cómo sé que es verdad?— Shadow hizo una mueca.
—Supongo que no entiendes de tácticas pero este lugar es importante, eso es todo…
—Bien… ¡Wingo, tenemos que irnos!— Dijo Shadow, sin apartar la vista de Masayoshi quien estaba acomodando su espada y su gorro con despreocupación— No podemos derrotarlos…
— ¿Qué mierda dices?— Preguntó Wingo, mirándolo con cierta molestia.
—No seas idiota, morirás si sigues peleando, no le has hecho nada— Dijo Shadow cubriendo la herida en su cuello— Debemos irnos, es mejor que sobrevivimos y volvamos después.