Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Horas antes…

Las rutas de suministros de los Oscuros estaban en su totalidad centradas en los túneles del metro abandonado, utilizando algunas casas de simpatizantes para moverlos sobre tierra cuando es necesario o incluso callejones con baja taza de vigilancia.

Esos túneles también servirán para cuando comience la invasión pues desde ahí desplegarían refuerzos, no solo suministros pues eran conscientes de que los héroes no caerían sin pelear.

Viper se encontraba recorriendo uno de los túneles aunque camuflado, visualizando a los chicos que tenían trabajado acomodando los suministros, escuchando con atención sus conversaciones en busca de traidores.

La SDO había logrado infiltrar a un par de chicos que terminaron muertos por idiotas a manos de él.

De todas formas lo que debería de preocuparlos eran los suministros que les habían traído los tipos de Konrad. No solo eran armas, también eran medicamentos y armamento pesado que claramente no era gratis.

No había dejado de pensar en la reunión que tuvo lugar hace días con ese tipo.

—He escuchado que Konrad se enfrentó al líder ¿Sabías? Y debido a eso el líder parece querer echarse atrás con todo esto— Dijo un chico, cosa que llamo la atención de Viper quien se detuvo, acercándose por el techo.

— ¿Después de todo lo que hemos logrado?— Preguntó su compañero haciendo una mueca.

—Es lo que escuche, me lo dijo Ulises— El chico se encogió de hombros.

— ¿Quién es ese tal Ulises?— Viper coloco su uña sobre el cuello del primero mientras con su cola rodaba al otro tipo.

En cuanto terminaron de hablar, Viper se fue de ahí pero estaba claro que los tendría bastante bien vigilados. De todas formas su principal objetivo ahora mismo era encontrar a ese tal Ulises.

Esos rumores debieron de ser empezados por la gente de Konrad, seguro.

Viper termino llegado a la salida próxima solo para toparse con Ave quien estaba haciendo vigilancia de un grupo de chicos que bajaban algunas cosas de unas camionetas pero ya estaban terminando.

Era un taller pintado de gris, pequeño y estaba equipado con todo lo necesario para un taller automotriz, además de las cajas de suministros que venían de otros lados. Había otra gente ahí pero no dijeron nada de nada.

— ¿Qué hay?— Preguntó Viper apareciendo a un lado de Ave, tocando su hombro, provocando un salto en su compañero. Su camuflaje era muy útil para ese tipo de cosas.

— ¡¿Tratas de matarme de un susto?!— Ave se sujetó el pecho con una mueca.

—Siempre es tan divertido verte saltar del miedo— Viper se rio.

— ¡Ya basta! ¿Ya terminaste tu vigilancia?— Ave regreso la vista a los chicos.

—No, aún tengo que ir a otro lado— Viper se encogió de hombros— ¿Tú ya terminaste?

—Solo esta vigilancia y regreso a casa— Ave se encogió de hombros.

—Qué suerte…

Ambos se quedaron mirando como los chicos terminaron la descarga de material y entonces se fueron, despidiéndose de Ave con amabilidad.

Ave ni se sorprendió de eso. Ave era una persona muy amable.

— ¿Quieres que vaya contigo a la siguiente base?— Preguntó Ave, poniendo los brazos en jarra.

—No deberías ser tan bueno, no cuanto estamos en vísperas de la guerra— Dijo Viper sin mirarlo.

—Sí, es verdad— Ave se rasco el pico— Pero eres mi amigo y no creo que este mal ofrecerte ayuda a ti, digo, tampoco seré un monstruo que abandona a sus amigos… Ustedes hicieron lo mismo por mí.

Cuando Viper, Wingo y Ave terminaron en prisión, su compañero Bruno se arriesgó como espía de la SDO para sacarlos.

—Bien, entonces solo hasta la otra base, creo que el túnel está vacío a esta hora, así que será un paseo por el parque.

—Un parque oscuro y siniestro— Ave se rio.

Ambos comenzaron a avanzar por el túnel y esta vez Viper no estaba camuflado por lo que Ave podía seguirle el paso volando mientras este avanzaba por el techo.

El sonido de pasos les llamo la atención por lo que avanzaron más lento, listos para embestir contra su enemigo.

Entonces un montón de ondas que ninguno de ellos noto hasta que fue muy tarde, los hizo caer al suelo, inmóviles y con un gran dolor en todo el cuerpo. Cada célula de su cuerpo vibraba con fuerza.

Frente a ambos, estaban dos figuras.

— ¿De verdad? ¿Dos Blogumas?— Preguntó la figura más pequeña, una chica de cabellos rubios atados en dos coletas bastante grandes. De nariz para abajo su rostro estaba cubierto por una máscara. Sus ojos eran dorados y llevaba unos lentes de trabajo que no dejaban espacio para que nada entrara— Pensé que al ser piezas claves de los Oscuros serán más... Inteligentes.

—Es triste— Dijo su compañero, un chico alto de cabellos morenos. Su rostro también estaba cubierto pero este incluso tenía un parche, por lo que lo único que se veía era un ojo azul.

El chico hizo que su mano se prendiera en llamas.




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