Pulso había elegido ser otra persona y nunca más el hijo de las Estrellas Gemelas, aquellos patéticos héroes que murieron durante una batalla en Japón contra un villano que al final solo fue encarcelado.
Lo peor es que todo fue televisado.
— ¡Mamá, papá!— Grito Pulso, un niño de diez años con desesperación, mirando la pantalla de la televisión mientras apretaba los puños y los labios.
— ¡Más que Estrellas Gemelas parecen asteroides magullados!— Dijo el villano observando a sus padres, quienes estaba en el suelo. Su mamá era la única que estaba consiente, de rodillas, mientras su papá estaba en el suelo, inmóvil.
Su mamá no respondió.
—La verdad es que siempre me gustaron, me gustaba ver sus combates y como siempre se alzaban victoriosos— Dijo el villano mirándolos con atención— Su programa en la televisión es bueno pero siendo francos, me gustaba más cuando eran FreeLancer. Ahora siento que todo es parte de un show, muy falso.
Los padres de pulso eran de esos héroes que se graban deteniendo a los villanos con tal de subirlo a internet o a la televisión para que todos vean como los héroes magníficos que siempre derrotaban a los malos.
Por eso eran conocidos como Estrellas Gemelas, su nombre artístico aunque sus poderes también tenían que ver. Ella tenía el poder de manipular ondas aunque utilizando el aire como vehículo mientas su padre, tenía el poder de la súper velocidad.
Su madre no respondió.
El tipo destrozo las cámaras por lo que la imagen se perdió.
Pulso debía obseder a sus padres por lo que se aguantó las ganas de irse de casa para irlos a buscar al lugar del crimen pero tan solo unas dos horas después, oficiales llegaron a su casa anunciando lo peor.
—Tus padres eligieron seguir peleando, incluso cuando el villano les dio una salida pero, de verdad siguieron peleando, fueron muy valientes— Aquellas palabras seguían resonando en la cabeza de Pulso incluso hoy en día.
Los héroes de verdad eran idiotas si no eran capaces de valorar su vida.
Después de eso, y sin otro lugar al que ir ahora que estaba solo, se unió al ejército desde pequeño y en Japón, la verdad es que no importaba la edad, lo importante era que sirvieras de algo a la sociedad.
Las guerrillas solo lo hicieron confirmar que la gente era idiota, no solo los héroes.
—Vas a morir ¿Por qué te sigues levantando?— Preguntó Pulso cuando vio a uno de esos tipos que les gustaba pelear hasta el último momento protegiendo cosas que no valían la vida.
—No dejare que te lleves nada, no mientras me quede vida…— Dijo el pobre hombre.
— ¿Bromeas? ¿Es más importante morir protegiendo esta cosa que tu vida?— Pulso no pudo evitar esbozar una sonrisa quebrada.
—He trabajado mucho por esta vida, no la perderé. Sería lo mismo que morir.
— ¿De verdad eso es más importante que tener otra oportunidad para respirar?
—No tienes idea de lo que hablas, solo matas, arrebatas lo que ni siquiera te importa, no lo entiendes…
—Tienes razón, no lo entiendo— Y lo mato.
La gente cobarde estaba bien, esas siempre rogaban por su vida pero ¿Los héroes? ¿Los virtuosos? Esos eran idiotas que se sacrifican por otras personas, se sacrificaban por pequeñeces como recuerdos…
Y esa chica no era diferente de los idiotas… Ninguno retrocedía incluso cuando él les daba salidas.
— ¡Entonces tendrás que rendirte primero que yo!— Stelle le sonrió como si no estuviera en terrible desventaja.
Pulso corrió hacia ella para tocarle la cara pero esta logro evitarlo, girando hacia abajo, pero se aparto antes de que el tipo pateara el suelo, haciéndolo vibrar y provocando el levantamiento de varios escombros.
Stelle pudo cubrirse con sus manos, y es por poco es golpeada por el tipo que aprovecho la nube de restos. Aun así, la chica logro retroceder con todo su cuerpo para evitar el impacto.
Con una sola mano todo era difícil pero no podía rendirse. Quizá lleguen los refuerzos si lo distraía lo suficiente.
Pero sería difícil, tomando en cuenta que las cámaras y las calles en su mayoría ahora están inaccesibles.
—Estas agotada, perderás— Le insistió Pulso— Retírate y todo estará bien… Nadie te está viendo, puedes ser humana por unos segundos.
Stelle paso saliva y tomo un trozo de escombro— Los villanos como tu son odiosos, idiotas ¿Realmente creen que funcionara todo eso de ser el bueno y ofrecer salidas? ¡No se burlen del sacrificio de otros!
— ¿Qué?— Pulso le contemplo.
—La gente como tú que le da igual lo demás no merece poner en duda el sacrificio de alguien que sabe claramente quien es— Le dijo Stelle sonriendo un poco y entonces corrió hacia él con el trozo de escombro.
El tipo se preparó para recibirlo y poder golpearla de regreso con una gran sonrisa pero Stelle entonces lanzo sobre su hombro, algo que desvió su mirada unos segundos, los suficientes como para no ver como la chica lanzaba escombros más pequeños en su cuerpo, los cuales recibió casi de lleno, lo que lo orillo a retroceder.